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A pasos lentos llegaba a aquel cuchitril que llamaba "hogar", este era el piso que se le otorgaba a cada estudiante de la universidad en Seúl, subía por las interminables escaleras pues el ascensor llevaba roto varias semanas. Cuando al fin llegó sacó las llaves y abrió la puerta, su cuerpo dolía por haber cargado con su pesada mochila, así que la lanzó lejos de su vista. Del bolsillo pudo sacar un cigarrillo que poco después encendería. Tiró la colilla y al andar volvió a notar el dolor punzante dolor que sentía a su costado, unos malnacidos de su clase la habían seguido cuando salió del recinto escolar y la habían arrastrado a un callejón para pegarle una paliza. Suspiró mientras caminaba hacia su habitación, al entrar pudo ver el día de hoy en el calendario colgado, su pecho se oprimió al ver la fecha. 

14 de febrero

Su dolor no tenía nada que ver con el día de los enamorados, sino con aquel accidente que llevaba 5 años sobre sus espaldas y aun no podía olvidar. A su sonriente padre llevándole a aquel museo que siempre quiso ir y al borracho idiota que se llevó a la única persona que amaba, que si no fuera por su sentimiento egoísta aun podría esta aquí. 

Estos años se le habían hecho interminables, además de no haber tenido a nadie con quien desahogarse. Llevaba ya un tiempo pensando el porque seguía ahí, si bien sabía que no acabaría la universidad y solo le depararía penurias en su futuro, empezó a reír al darse cuenta de que tenía toda la razón. Sin esperar mucho tiempo entró al baño y del cajón sacó aquello que le ayudaría para llegar a su padre. Abrió el grifo para que la bañera empezara a llenarse y así comenzó a despojar cada prenda que traía puesta quedándose en ropa interior. Metió un pie en la bañera aun con una pequeña sonrisa en su rostro, después siguió con todo el cuerpo para poder sentarse en la bañera. Cerró el grifo y disfrutó del agua caliente en su último baño, podía ver lo múltiples moratones y golpes que su cuerpo tenía aquello le parecía repulsivo, así que sin esperar mas tiempo tomó la cuchilla, que había cogido del cajón, y la acercó a su piel. Sus manos temblaban mucho y el miedo se apoderaba de ella, no sabía el porque no podía hacer lo que tenía planeado desde el principio o el porque tenía tanto miedo.

Gritó frustrada por ni siquiera poder hacerlo, pero entonces recordó todas las risas, los golpes, las noches que había estado llorando sin nadie que la abrazara y lo mas importante, recordó que todo aquello podría terminar si conseguía cumplir su objetivo. Sus ojos se aguaron indicando que pronto iba a llorar y así fue, rompió en llanto quería acabar todo, sus muñecas ya no eran pálidas como siempre lo habían sido ahora estaban cubiertas de un color carmesí que iba tintando el agua transparente. De sus ojos no paraban de brotar lágrimas y ella no podía parar de rasgar su piel, puede que aquel acto le causara dolor pero este inmediatamente era borrado, cada vez sentía que su dolor comenzaba a desaparecer y la viva imagen de su padre la llamaba para darle aquellos abrazos que le encantaban. Fue entonces cuando su cuerpo golpeó con la pared de la bañera mientras se undía y poco a poco iba perdiendo el colocimiento, estaba a un paso de lograrlo, a solo uno.

-Papá ¿a dónde vamos? - preguntó la pequeña de trece años con una inmensa curiosidad.

- Vamos al museo de artes, ese al que querías ir - dijo el hombre que conducía el coche orgulloso y con la esperanza de que a su pequeña hija le gustara.

- ¿¡En serio!? No será una broma - preguntó haciendo un puchero, sabía que su padre era muy bromista, algo que le encantaba.

- Como va a ser una broma Byul - contestó con una suave risa - no bromearía con esto cariño.

La niña emocionada miró a la ventanilla notando lo resplandeciente que estaba el sol hoy, seguro que sería un increíble día, también se recordó a si misma hacerse muchas fotos con papá para colgarlas en su habitación. Movía los pies con felicidad mientras escuchaban "Golden" una de sus canciones favoritas, ese día no podía mejorar, pero si empeorar, mientras escuchaba los últimos versos de la canción puedo escuchar el grito de su padre y enseguida todo se volvió negro.

Abrió los ojos e inmediatamente tuvo que cerrarlos de lo blanco que era el sitio donde estaba, intentó volver a abrirlos y al conseguirlo no pudo reconocer aquel lugar donde se encontraba todo le parecía muy extraño.

-¿Estoy en el cielo?- preguntó con la voz baja.

Escuchó un quejido al lado suya, intentó mover la cabeza y apoyada en la cama donde se encontraba pudo ver a una chica rubia, esta estaba despertando y empezó a estirarse, ByulYi la miraba confundida ¿quién se suponía que era ella? Ella al darse cuenta de que su acompañante había abierto los ojos no pudo evitar sentirse muy feliz.

- Veo que has despertado- dijo la chica misteriosa con una gran sonrisa.

- ¿Quién eres? - intentó moverse ya que se encontraban muy cerca y eso la incomodaba, al hacerlo sintió un gran dolor en todo su cuerpo que la hizo dar un grito ahogado.

- Ey,ey, no te muevas, ¿no ves en que estado estás? - le gritó la chica enfadada sin mirarla.

-Que voz mas chillona - pensó Byul - No me has respondido, quien eres y donde estoy.

- Uno soy tu vecina dos estás en el hospital, escuché un grito que provenía de tu piso y preocupada de que hubiera pasado algo fui a ver, me sorprendí cuando noté que estaba la puerta abierta empecé buscarte hasta que bueno, te encontré en el baño y te llevé aquí - contestó rápido, Byul solo pudo pensar en lo tonta que fue al no cerrar con llave- Además deberías pensar en las consecuencias con lo que ibas a hacer ¿qué hubiera pasado si no te encontraba? Por dios- empezó a hablar mientras su voz salía entrecortada.

Se cubrió la cara y la azabache pudo deducir que la chica estaba llorando por su culpa, eso no le gustaba para nada y además le parecía raro que aquella chica estuviera mal si no se conocían de nada.

- ¿Por qué lloras? - preguntó cada vez mas confundida.

- No lo sé, cuando te vi estuve apunto de desmayarme, pensaba que era demasiado tarde - le costaba hablar e intentaba paran su llanto.

- Pues no deberías preocuparte tanto por mi - le contestó bajando el tono de voz, mirando la ventana pudo ver como si fuera a amanecer, ella juraba que cuando llegó a casa era mediodía ¿esa chica pasó la noche aquí? Debía ser muy tonta.

- ¡No digas esas cosas! Tu vales mucho - volvió a gritar mirándola directamente con los ojos hinchados por llorar.

- ¿Eh? Ni siquiera nos conocemos - Byul no podía parar de verla, puede que fuera un poco rara pero también era linda.

Ambas se quedaron en silencio, en el hospital no había ningún ruido pues era de madrugada y los pacientes se encontraban durmiendo. La chica parecía estar pensando en algo, pero entonces hizo algo que la azabache no se esperaba.

- Eso podríamos cambiarlo - se levantó de la silla y con una sonrisa se presentó - Me llamo YongSun Kim y espero que seamos grandes amigas.

- Eres demasiado extraña - le contestó con una pequeña sonrisa.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2020 ⏰

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Salvavidas | MoonSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora