El día que volví de la playa con la cabeza llena de complicaciones estaba segura que debía pasar un tiempo antes de volver a ver a Poché, todo había sido muy intenso en cuestión de pocos días y necesitaba darme un respiro para analizar bien las cosas y decidir mi futuro, lo único claro que tenía era que Poché había regresado a mi vida poniéndome el mundo de cabezas. Pero ese tiempo que tenía considerado era mucho más de lo que había pasado en realidad, no estaba en mis planes ver a Poché tan luego y nunca pensé que tan pronto llegaría el día en que la besaría en mí cama, tímidamente había aceptado mí invitación y estábamos sobre mis cobijas abrazándonos y besándonos sin que nada importara, me estaba dejando llevar sin ponerle freno ni pausa a la situación.
El solo hecho de estar con ella, acariciarla y besarla se había vuelto casi terapéutico y quizás eso era lo que me hacía perder la cabeza frente a ella, Poché transmitía todo lo que necesitaba, era estar en paz, en armonía y en amor.
Recostadas en mi cama con nuestras piernas entrelazadas nos besamos por varios minutos hasta que nuestros labios se hincharon y nuestras lenguas se cansaron, llene su cara de besos cortos y tiernos que la hacían reír, nos acariciábamos y sonreíamos en silencio sin dejar de mirarnos, éramos la cura de la otra.
Seguí besándola, esta vez fue un beso suave sin mayores intenciones, nuestros labios se disfrutaban y no se querían separar, tomé a Poché por sus mejillas y la besaba con delicadeza, tanto así que sentía como flotábamos perdiéndonos en nuestros movimientos.
De a poco fuimos besándonos un poco más intenso, me atreví y con mi lengua busqué la suya que sin hacerme esperar se unió a la mía, me encantaba la sincronía de nuestras bocas, el beso realmente era perfecto y parecia que cada beso nuevo eso era mejor que el anterior.
Sin separarnos, bajé mis manos y tomé a Poché por la cintura, comencé a jugar con su camiseta hasta que ubiqué mis manos en su abdomen. Sentir su piel contra mi piel me hizo estremecer - ojalá poder hacerla mía en este mismo instante - pensé, era lo único que tenía en mí mente pero debía ponerme límites.
De todas formas, seguí acariciando su piel bajo su ropa, Poché estaba profundamente perdida en mis labios y sus manos afirmaban mi nuca mientras sus dedos acariciaban mi cabello, notaba un poco de desesperación por su parte hasta que en mis labios sentí algo salado, era una lagrima de Poché.
- ¿Que pasa gorda? – me alejé bruscamente mirándola a los ojos.
Sus manos se fueron rápidamente a su rostro para limpiar aquellos ojos cristalinos.
- Nada Dani, no dejes de besarme – se lanzó nuevamente a mis labios, pero la esquivé.
- No Poché, algo te pasa – afirmé su rostro con mis manos obligándola a mirarme.
- Nada, una bobada - rió - solo me emocioné al besarte – confesó – jamás pensé que pasaría tan pronto, jamás imaginé tenerte otra vez en mi vida y me aterra que no sea para siempre.
Suspiré, no sabía que decirle porque sentía lo mismo así que solo le sonreí y la besé en la mejilla para luego abrazarla.
- Tengo que confesarte algo - continuó - tengo tu número hace más de seis meses, pero nunca me atreví a llamarte, no sabía cómo ibas a reaccionar ni sabía que decir si me había alejado sin decirte nada, no tenía cara para volver sin una explicación – finalizó con un puchero.
- Boba – reí suave – probablemente me hubiese enojado mucho así que agradece que la vida nos juntó sin forzar nada – me besó rápidamente.
- Cállate, no he terminado – sonrió y me volvió a besar – Hoy tampoco tengo una buena explicación para volver a ti, el daño que te hice, que nos hice, fue grande y no estoy segura de poder repararlo – me beso la nariz – pero si hay algo de lo que estoy segura es que quiero hacer las cosas bien y no me quiero volver a alejar de ti nunca – puso sus manos en mis mejillas y cerró sus ojos para besarme, esta vez suave y profundamente.
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Ven, seremos | Caché [Pausada🥲]
FanficEn tiempos de lucha, el amor es contención y resistencia, ¿lograrán vencer? Daniela Calle ha sido una afortunada a sus 22 años, nunca le ha faltado nada en la vida, pero tampoco se ha llenado de lujos. Ella sabe que la vida le ha jugado a su favor. ...