Mirada

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一¿Qué miras?

Había dicho Viridi bruscamente, porque una vez más, Dark Pit la estaba mirando fijamente.

¡Ni siquiera se molestaba en disimular! ¡¿Pues qué le pasaba?!

一¡Oye, contéstame!

Pero claro, él no lo haría. Igual a las veces anteriores.

Y bueno, para la Diosa de la naturaleza eso no sería un gran problema. Solamente tendría que irse a otro lado, o ignorarlo. ¿Fácil y sencilla la solución, no?

No.

Porque la verdad es que, a Viridi sí le afecta mucho esa mirada rojiza. Y a penas unos cuantos segundo pasan de ser consciente de que Dark Pit la está mirando, se pone un poco, sólo un poco nerviosa. Y las ganas de saber la razón del actuar del ángel son grandes.

Además de que siempre escoge los momentos en los que está trabajando para observarla, ¡ella no se podía ir a otro lado! ¡Y él idiota tampoco se iba y jamás le respondía!

一¡¿Puedes parar?!

Pero no lo hacía. En cambio, parecía que sus ojos se centraban aún más en ella.

Le estresaba, confundía, y molestaba profundamente cuando aquel ángel decidía, así porque sí, mirarla por un largo rato.

Y cuando decía un largo rato, era un rato muy largo.

En serio, de verdad, ¡¿por qué hacía eso?!

Entonces llegaba el momento en donde cansada, se le enfrentaba y combatía su mirada. Dark Pit incluso así no desvíaba sus ojos, al contrario, aceptaba el reto de Viridi, que se puso sola en esa pelea que él no perdería.

La rubia atinaba a poner su semblante más serio, y esperar que con eso el ángel oscuro dejara de verla.

Pero no ocurría.

En cambio, era la Diosa que no aguantaba el peso de la mirada rojiza, que se ponía nerviosa y titubeaba de su posición firme.

¿Eso era lo que siempre intentaba conseguir al observarla? ¿Verla de una forma débil?

Maldito sea.

Al final ella era quien retiraba su propia mirada verdosa.

一¡Haz lo que quieras! ¡No me importa más!

Y cuando a duras penas se atrevía a ver al ángel y comprobar si todavía seguía mirándola, este sonreía de esa manera orgullosa, altanera y algo juguetona que pocas veces adquiría. Y finalmente se marchaba.

Dark Pit casi no sonreía. Justamente las pocas veces que lo ha visto hacerlo, es cuando el tiempo donde la mantiene en observación se termina. Siempre sonreía al final, siempre sonreía cuando se iba.

Y siempre más dudas siembran raíces en su cabeza confundiéndola más.

La Diosa Viridi nunca entenderá porque a veces la mirada de Dark Pit está sobre ella.

𝗠𝗶𝗿𝗮𝗱𝗮 ⚘ kid icarusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora