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Elsa

Esperaba a Hipo parada en la acera, junto a la parada de buses, se supone que sale de sus clases en diez minutos pero estoy segura que tardará más, es el típico mascota del profesor por lo que se queda hablando con él un par de minutos después de clases.

Seguía estando pensativa. Las palabras de mi hermana y prima sonaban en mi cabeza prácticamente a gritos, aunque era reconfortante recordar el apoyo por parte de Mérida el cual vale mucho, por ser mi mejor amiga y por la cercanía que mantiene con la ley, siendo ella futura abogada y aspirante a fiscal de distrito tal y como su madre, mientras que su padre es detective de policía, conocido por muchos gracias al gran servicio que ha dado a la ciudad.

Mi padre y su padre eran buenos amigos, así nos conocimos nosotras, recuerdo aún que tenía 2 años y ella llegó a casa, nos presentaron y pasaron mi programa favorito el cual resultó ser el favorito de ella, hicimos una maratón juntas y luego ya ni queríamos separarnos, luego, al entrar a la escuela ella estaba en el mismo curso que mi prima y gracias a eso nos unimos las cuatro, jamás pensé que tendríamos diferencias de opiniones tan drásticas, solo espero que sí se llegan a enterar no nos dividamos.

Son lo que más aprecio.

De pronto, escucho alguien parar a mi lado, al levantar la mirada me encuentro con una capucha negra con cabellos blancos bastante llamativos cayendo por la frente. Sonrío al encontrarme con Jack otra vez, la verdad parece un buen chico, y su hermana es muy tierna.

- Hola! - Dije haciendo que pegue un salto.

- Hola, Elsa. Me asustaste, no creí que me recordaras. - Dice poniendo una mano en su nuca.

- Por qué no lo haría? no es como que seas alguien fácil de olvidar.

- Lo dices por el cabello?.

- Claro que no, el cabello claro no es sorprendente para mí. Eres buena onda, me agradas y eso no es fácil.

- Pues tú le agradas a muchos, por eso me sorprende, eres una chica popular yo soy un invisible. - Responde alzando los hombros.

- La gran mayoría de esa gente no me conoce, sólo tengo 6 reales amigos aquí, mi hermana, prima, Mérida y, por lo que he visto, nuestro amigo en común, Hipo.

- Esos son 5, señorita mejor de la clase. - Dijo en tono burlesco a lo que sonreí.

- Uno: Cómo sabes eso?, Y dos: El sexto eres tú. - Dije riendo.

- Aprecio eso. - Dice sonriendo mostrando una linda sonrisa amigable - Y cómo dato, en 4 años sabes por dónde se escuchan los chismes, y creeme, hablan mucho de ti, aunque me sorprende que sean solamente cosas buenas.

- Vas en cuarto año?. Qué estudias?.- Pregunté sorprendida puesto a que siempre lo imaginé de 18-19 años, no de 22.

- Fotografía. Siempre me ha gustado. Aunque para mí mamá siempre fue muy difícil obtener el equipo adecuado así que siempre la ayudé con el dinero.

- Es muy admirable, otra razón para recordarte. No me siento orgullosa, pero jamás he tenido un trabajo, como mucho ayudo en la empresa de mi familia pero, supongo que eso no es real esfuerzo.

- Nunca nadie lo a apreciado, gracias por ser la primera y probablemente la última. - Dice aquel peliblanco con una voz suave.

Suspiré - La gente es egoísta, se la pasa alardeando y hablando de su esfuerzo tanto que no logra apreciar el esfuerzo de los demás, el cual en muchos casos suele se mayor. Tú cuidas de tu hermana y tu madre y nadie se da cuenta a excepción de ellas.

- Pues tú te diste cuenta.

Luego de eso ambos nos quedamos en un silencio algo incómodo. Me debatía entre hacer algo o no, la verdad era un buen chico, y sé que dije que debía apartarme de la gente pero, es la Universidad y me encantaría hacer más amigos, siempre fuimos las chicas y yo, sé que puedo hacer más.

- Te gustaría ir a tomar un café algún día? Digo, para conocernos mejor. Yo invito. - Dije mirándolo y jugando con los dedos.

- Amm... claro, sólo, podría ser el sábado? No hay clases y salgo de trabajar relativamente temprano.

- El sábado será. - Le sonreí a lo que responde con lo mismo.

A los pocos segundos escucho como el bus para frente a nosotros, luego de intercambiar un adiós y otra sonrisa el se sube dejándome ver cómo se va del lugar.

Miro la hora en mi teléfono y ya había estado más de 20 minutos esperando a Hipo, creo que tendremos que hablar seriamente sobre su "amabilidad" con los profesores.

Me quedé en el mismo lugar esperando más tiempo en el que pensé, será bueno incluir a Hipo en esto de la segunda vida? Digo, va a estar expuesto a constante peligro, va a tener que guardar secretos de la gente que ama y va a vivir constantemente, al igual que yo, saliendo de por la puerta de su casa sin, tal vez, cruzarla para volver. Así perdí a mi padre.

De pronto escucho una bocina bastante conocida, miro al frente y cruzando la calle está Hicc dentro de su Mercedes esperándome para ir a donde yo lo llevara pues en todo el día no di ni la más mínima pista sobre el lugar al que nos dirigimos.

- Estás listo?. - Pregunté entrando al auto.

- Cómo quieres que lo esté si no tengo ni la menor idea de a dónde nos dirigimos?.

- Buen punto, es por eso que saldrás del auto y me dejarás conducir. - Ordené mientras salía de carro para que no pudiese decir nada.

Cambiamos los asientos mientras lo dejaba más confundido aún. Me senté frente al volante y di un fuerte y profundo suspiro.

- Por qué parece que tú tampoco estás lista?.

- Porque la última vez que estuve dónde vamos fue hace poco más de un año, y ese lugar aguarda uno de mis más oscuros secretos.

- Sobrepasa el que eres una clase de súper asesina que controla el hielo?.

- No, por eso dije uno de mis más oscuros secretos, créeme Hicc, las personas que aparentan más luz son las más oscuras, después de todo, se esfuerzan demasiado tratando de ocultar aquella oscuridad.

Se quedó en silencio dejando que lo único sonando en el auto era el sonido del acelerador siendo pisado.

Nos volveremos a ver, Hamada, y espero cumplas tu promesa.

La era de los nuevos guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora