Capitulo 1

23 0 0
                                    


Hoy parecía ser otro día ajetreado en la ciudad, el sol asomaba sus rayos lentamente pintando el cielo de colores vivos, sin embargo, nadie parecía notarlo. La tensión era tanta que podía cortarse como si fuese mantequilla. La gente despertaba asustada de si su familia o ellos sobrevivirían un día más.

Muchas personas enfermas, vagaban por las calles con sus ojos manchados de carmesí y su cuerpo débil y adolorido, buscando un poco de misericordia, pero lo único que encontraban era el terror de quienes intentaban mantenerse alejados de la enfermedad y la muerte.

El ver como no podíamos hacer nada por ellos me partía el alma terriblemente, tenía relativamente poco que me había convertido en aprendiz del Doctor Julian Devorak, al servicio del Conde Lucio en el palacio. Él hacía todo lo que estaba en sus manos para encontrar una cura, haciendo mil y una pruebas, llegando hasta límites incluso insanos para su propia salud, puesto que trabajaba hasta altas horas de la noche y se levantaba con el alba para seguir con su investigación.

Fue repentino para él el que yo tuviera interés en aprender su profesión, siendo que yo había sido anteriormente aprendiz de uno de sus buenos amigos, el hechicero Asra, lo cual le causaba conflicto al doctor puesto que ¿quién querría aprender algo como la medicina cuando puedes utilizar la magia para ayudar a la gente? A él le parecía un tanto absurdo pensar en eso, puesto que el no conocía exactamente las leyes de la magia ni como ésta tendía a funcionar, pero aun así decidió aceptarme como su aprendiz, pensando que un par de manos extras podrían serle de mucha utilidad con una epidemia tan grave tomando la ciudad.

Asra también intentaba ayudar en lo que podía a Julian, puesto que hacía un tiempo que el mismo Conde Lucio también se había contagiado de la plaga, y cada día los presionaba más y más para encontrar una cura para él, más que para aliviar a su pueblo. Por ésta razón tendía a quedarme largas horas atendiendo a pacientes enfermos, a los cuales no podía hacer más que mantener cómodos hasta que lo inevitable sucediera, y sus cuerpos fueran llevados a aquella temible isla donde eran cremados hasta las cenizas.

Era tan doloroso verlos sufrir, no solo desde el aspecto físico, puesto que era muy incómodo y doloroso para ellos, si no el ver cómo eran abandonados por sus familias en un intento por evitar contagiarse, el cual casi siempre era fallido, puesto que tarde o temprano, terminaría atendiendo a los habitantes de la misma casa del ya fallecido paciente.

Fueron tantos días tan largos y pesados que simplemente deje de contarlos, deje de contar los pacientes que llegaban y los que salían, que no me di cuenta que mi propia salud comenzó a deteriorarse, poco a poco comencé a tener los mismos síntomas que mis pacientes, pero mi intento falló en ignorarlos aquel día en que al levantarme por la mañana, encontré mis ojos inyectados en sangre. Todo lo que pude hacer fue intentar ir a trabajar con normalidad, esperando que ese día fuera uno en que Julian estuviera encerrado todo el día en su oficina en el palacio, y no llegara a visitar a los pacientes.

Desgraciadamente eso no sucedió, él había llegado con libreta en mano, quería observar de cerca los resultados de sus nuevas pruebas con sanguijuelas en pacientes recién llegados. Intenté evitarlo lo más que pude, sin embargo se acercó a hacerme preguntas y ahí fue cuando sucedió, ya no podía esconderle más lo que estaba pasando.

Abrió violentamente sus ojos al ver ese rojo carmesí que invadía los míos, sabía lo que estaba pasando. Tomó mi brazo y me llevó inmediatamente a su despacho en donde cerró la puerta detrás de su espalda. Con la voz a punto de quebrarse y una mirada llena de culpa me dijo.

- ¿Hace cuánto tiempo es que comenzaste a sentir los síntomas?.

- No lo sé, tal vez unos 5 días...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 02, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Piedad - Precuela del juego The ArcanaWhere stories live. Discover now