C A P Í T U L O 11

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N/A: Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de Travis Porter ft Tyga, titulada: Ayy Ladies.

📖💕

  Las tenues luces de color escarlata iluminaban el local; no obstante, el ruido era permanente y te inundaba los oídos nada más entrar.

  Tenía un montón de detalles con neón. La recepción era bonita, para ciertas personas, porque para mí resultaba un tanto espantosa. La puerta daba a dos pasillos a sus lados, sin embargo, el pasillo de entrada era un tanto claustrofóbico. No era un pasillo que daba cabida al local, no; el pasillo acababa en una pared de piedra falsa con unas letras en neón en las que se podía leer las palabras: "Welcome ".

  A ambos lados de ese tan extraño pasillo sin salida, habían dos puertas, pero sin puertas, que al parecer, estas ya daban a la otra parte del local. Ambas puertas estaban conectadas. Habían unos sofás de color granate justo enfrente de la pista de bolos y el sonido de la bola rodando. Enfrente habían unas muy grandes filas de pistas de bolos, encima estaban las pantallas que marcaban los puntos descontroladamente y más arriba de estas, se podía leer en letras de neón: " Bowlmor  ".

  Todos habían escogido ya el sofá en el que se iban a sentar y yo simplemente me senté en una plaza libre que me cedió Maite, quedando así en medio de esta y de Marc, con el que no había hablado desde la noche anterior.

  —Hola. —me susurró al oído.

  Enfrente tenía a Justin, tenía en su regazo a Sophie, que se restregaba contra él provocativamente y nuevamente me entraron arcadas. Sin embargo, Justin parecía ser inmune a sus movimientos y mantenía su mirada fija sobre mí, eso me inquietaba y me comencé a sentir un poco avergonzada.

  —Me enteré de lo que te pasó anoche. Lo siento, no debí de dejarte sola. —sus palabras hicieron que mi estómago se removiese tal y como si las mariposas revolotearan de nuevo en mí interior. Me mordí el labio inferior y me ruboricé. 

  Noté como a Justin se le tensó la mandíbula y sus manos formaron puños sobre el reposabrazos de su sofá, aún así, conseguí ignorarle.

  —Tranquilo. ¿Quieres que vayamos a por batidos helados? —le pregunté.

  —¡Claro! Invito yo. Así me disculparé por lo de ayer. —sonreí.

 —Yo también iré. Quiero probar esos helados —Justin apartó a Sophie de su regazo y se levantó. —. A mí no hace falta que me invites. —sacó de su bolsillo una cartera de cuero marrón que tenía escrito en una de las esquinas de la cartera: Marc Jacobs  y los ojos se me iluminaron automáticamente, me encantaba esa marca. 

  Nos quedamos en silencio cohibidos por la presencia de Justin, llegamos a la barra del local y nos sentamos en uno de los taburetes altos esperando a que nos atendiesen.

  Cuando nos sirvieron los batidos helados y Marc accedió a pagar el mío, Justin se pronunció:

  —El perdón no se compra, se gana y se gana si se demuestra el arrepentimiento y no con dinero, sino con acciones. —se levantó del taburete con su batido en la mano y se dirigió de nuevo a los sofás dejándonos allí sentados sin ninguna palabra, tenía que reconocer que Justin estaba en lo cierto.

  —Lo siento. —me dijo. Yo simplemente sonreí acatando sus palabras.

  Me levanté con el batido en la mano y esperé a que me siguiera.

  —¿Qué es? —Maite señaló mi batido en cuanto me senté, de nuevo, a su lado.

  —Batido helado de frutos rojos. ¿Quieres probarlo? —le ofrecí.

ÉL - Un Verano En California  [US #1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora