Contado por Israel
Había una gran tormenta que azotaba a la ciudad, las gemelas no habían querido intervenir en ello y la dejaron transcurrir con normalidad.
Me encontraba sentado en el sofá, escuchando las gotas de lluvia caer, los murmullos de Mary y sus amigos desde la cocina, y la respiración de Davina y Leo que estaban a mi lado y tampoco decían nada. Los tres seguíamos igual de afectados.
Habían pasado dos días desde que fue el funeral de Kelly, no era nada facil resignarse a esto.
Si bien, Angela había sido la primera de mis allegados con la que experimenté esto, con Kelly era completamente diferente, ella era de mis mejores y mas antiguos amigos. Tantos recuerdos venían a mi mente que solo pude recargarme sobre Leo y este me abrazó intentando darme un poco de ánimo, pero sin ningún resultado.
La puerta se abrió e ingresaron los gemelos, las gemelas, Justin y los demás.
-¿Encontraron alguna pista que los lleve a ella? -pregunté al verlos entrar.
A pesar de este dolor que sentía, había algo que me impulsaba que era mas grande que esto que sentía en este momento, eso era la sed de venganza. Buscaría y destruiría al monstruo que mi amiga alguna vez llamó madre. Ella ya nos había demostrado la clase de persona que era al no considerar las muertes de la escuela, pero ser responsable de la muerte de tu propia hija es algo inimaginable.
-No encontramos ninguna pista -mencionó Rose y esas palabras fueron suficientes para desanimarme aún mas- La encontramos a ella, o lo que quedaba de ella. Al parecer no pudo con la culpa y se quitó la vida.
Escuchar eso por alguna razón no me hizo sentir mejor. Quería vengarme, hacerla sufrir y ahora no podría hacerlo. Al menos ya no podrá hacerle mas daño a nadie.
-Entonces supongo que se acabó, podemos marcharnos de aquí.
-No, no podemos -dijo Robert- Justin, tu, Leo, Esme, Alek y ... -guardó silencio un momento- ustedes son las personas mas buscadas por los hechiceros.
-Pero ya lo éramos ¿no? -preguntó Esme.
-Si, pero ahora su búsqueda se intensificó, murieron cientos de hechiceros mas. Tu profesora antes de marcharse nos dijo que han sido llamados todos los hechiceros a una reunión de emergencia, quien no asista será considerado traidor. ¿Sabes lo grave que debe ser para que citen a todo hechicero mayor en el mundo? Prácticamente les están declarando la guerra, usarán todos sus recursos, mágicos y no mágicos, serán buscados por todos en este planeta, por magos y no magos, posiblemente catalogados como terroristas.
-¿Pueden hacer eso? -preguntó
-Pueden hacerlo y lo harán. No habrá reglas, usarán cualquier cosa para llegar a ustedes, hacer creer al mundo que son criminales, su fotografía estará en cada comisaría de este planeta, querrán llegar a ustedes a través de sus seres queridos, pueden torturar, hechizar, todo será valido para ellos.
Por fortuna mi madre estaba aquí, pero me preocupaba papá. Él no sabe nada de esto, es una persona normal, no sabía que tan lejos estarían dispuestos a llegar.
Como si Jane pudiera leer mi mente dijo:
-Los padres de Justin se ocultarán y también ocultarán a tu padre, así que no te preocupes por eso.
-¿Y si nos buscan los hechiceros por qué no volvemos al consejo de vampiros? -preguntó Leo.
-Cierto -continuó Robert- El consejo vampiro nos busca a todos, quieren nuestras cabezas. También perdieron a muchos, se nos acusa de alta traición por apoyar a enemigos y de poner en peligro el secreto de los vampiros. La pelea de ayer llamó la atención de los humanos, un incendio y tanta destrucción cerca de una zona tan importante para el país no pasa desapercibido. Y los licantropos están agradecidos con nosotros, pero si vuelven a poner un pie cerca del sitio donde viven serán destrozados sin importar si son vampiros, hechiceros o los mismos hombres lobo -mencionó observando a los chicos que no me di cuenta cuando aparecieron-. Como pueden ver, estamos solos.
