El niño lamentable por fin tenía lo que tanto había deseado durante toda su vida.
Amor.
Finalmente había encontrado amor, era feliz como nunca lo había sido. Tenía alguien que lo amase después de tanto tiempo de soledad. Todas las mañanas se despertaba con miedo de que fuese un sueño, pero no, todo estaba como él lo deseaba.
Hasta que un día despertó y.. ¡Oh! ¡Sorpresa! No había nada.
No sabía si era una puta broma.
Todo el amor con el que tanto soñó no había sido más que un sueño. Sus padres seguían allí, los escuchaba gritar. Vio sus brazos, llenos de vendas por los golpes y maltratos de su padre.
Se levantó inmediatamente. No quería creerlo.
Pero era cierto.
Fue allí cuando algo dentro suyo se quebró.
Eso era suficiente, la última pizca de inocencia y felicidad que sobraba en él se desvaneció.
Y pensaba que su vida no podía ponerse peor.. Al parecer el destino le había dado una razón más para que se despreciara y que quisiera acabar con su vida.
Y fin, ahora sí se murió el mocoso.
