Capítulo IV

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Londres, Inglaterra 1830

¿por qué no puedo salir? —pregunto la chica mirando por la ventana a los niños divirtiéndose.

—ya te lo he explicado—expresó el hombre mientras atornillaba unos engranajes—las personas temen a lo que es diferente o... Especial, creen que todo eso es malo y merece ser exterminado —dijo mirando por el rabillo del ojo a la chica.

—tal vez si me llegaran a conocer no pensarían lo mismo —dijo ella mirando a su progenitor— además, no creo que todos piensen eso —dijo volteando a ver a su "padre".

—¿y qué te hace creer eso? —pregunto él— tú no saves todo el mal que hay allá afuera—dijo.

—y no llegare a saberlo si sigo aquí encerrada—dijo— mis libros muestran al mundo muy hermoso, con criaturas tan... Increíbles y curiosas —expresó sonriendo—quisiera llegar a ver un elefante o a un tigre—dijo ella recordando los animales que su historia favorita describía.

—ya te dije que no saldrás, punto final—dijo ya irritado por la insistencia de la menor.

—pero papá... —el contrario la interrumpió.

—nada de pero. Es peligroso que un ser como tú este sola en el mundo exterior—dijo levantando un poco la voz pero sin llegar a gritar.

—¿un ser como... Yo? —repitió ella— ¿qué tiene de malo un ser como yo? —pregunto sin entender aquellas palabras que por alguna razón dolían.

—¡que todos se asustarían de ver a una maldita criatura como tú! —grito ya hartó el hombre.

La chica lo miro, sentía las lágrimas bajar por sus mejillas, corrió a su habitación y cerro su puerta con pestillo.

todos se asustarían de ver a una criatura como yo... —esas palabras resonaban en su mente, sentía tristeza, dolor pero en especial... Ira.

Levanto la vista, vio su reflejo en el espejo de su tocador, sus ojos empezaban a teñirse de un profundo negro y al rededor de estos empezaron a aparecer lo que parecían grietas.

Se acercó a su tocador y tocó su reflejó. La ira la invadió de repente y dio un fuerte golpe al espejo haciendo que se rompiera. Con ese golpe fue cuando reacciono, parpadeo varias veces y se miro en el ahora roto espejo, sus ojos volvieron a la normalidad. Lágrimas bajaban por sus ojos, solo se abrazo así misma asustada.

—¿qué me paso?... —susurro asustada.

Actualidad

El azabache despertó y se sentó en la cama, un ruido lo había hecho despertar. Aun somnoliento tallo sus ojos.

—mierda... —susurro al oir como su estómago gruñia pidiéndole algo de comida. A su alrededor empezó a parecer humo que lo cubrió por completo y cuando este se disperso, el payaso ya no se encontraba ahí.

Mientras que _____ caminaba por los pasillos de aquella casa mirando las múltiples retratos y fotos que decoraban las paredes.

Tarareaba una canción que recordaba pero no sabía de donde o como se llamaba, solo sabía que la conocía desde que abrió por primera vez los ojos hace ya dos siglos. Se dirigió a las escaleras y las bajo tomando el barandal a un lado de estas cuidando de no tropezar.

Mi Muñequita (Laughing Jack y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora