—Bien... —tomó aire y terminó su sopa para comenzar su relato —.El día en el que Grallier fue arrasado, dejé que me capturaran a propósito, ellos deseaban a Zerkanya, Astrel, el rey, quería el poder de las tres sangres que posee Zerkanya, fui torturada durante horas para que revelara el paradero de Zerkanya, no se los dije, entonces Astrel me propuso un trato, ellos dejaban a mi hija en paz si yo me convertía en su reina. Acepté y de inmediato me ascendieron al trono, mandé a capturar a Zerkanya y a los demás para explicarle lo que había pasado, pero ella se negó a escucharme e inició esa rebelión. Tiempo después Astrel, bajo amenazas y golpes me obligó a acostarme con él, resulté embarazada después de ese encuentro, tuve una hija, su nombre es Zarina, ahora tiene diez años y Astrel la está entrenando duramente, he recibido un trato horrible de su parte, por suerte a mi hija la he defendido y recientemente intenté escapar junto con ella pero fuimos descubiertas, a mí me encerraron en el calabozo, y ella... no sé cómo está —al terminar, Seyrkan suspiró y comprendió sus palabras.
—Sé que has tenido que pasar por mucho, y quiero que sepas que no importa lo que hagas, yo estaré siempre apoyando cada decisión que tomes, porque te amé y porque te sigo amando —le tomó la mano y se acercó para que sus labios se reencontraran, ambos sintieron un chispazo en el corazón, un sentimiento que poco a poco se tornó hermoso y colorido, después de estar tanto tiempo separados, sentir el calor del otro les hizo bien, les dio una esperanza de revivir todo aquello que se había marchitado años atrás, al separarse se sonrieron mutuamente, afuera de la cabaña, Lithia los observó, sintió un ligero dolor en el pecho y sin decir nada se transformó y salió volando sin rumbo.
—Deberías decirle a Zerkanya todo lo que pasó —sugirió el castaño, ella bajó la mirada.
—Lo sé, pero ella se niega a escucharme —él le levantó la cabeza suavemente para que sus ojos volvieran a encontrarse.
—Deberías intentarlo, haré que venga —Seyrkan llamó a su cuervo y le dijo que enviara un mensaje a Zerkanya para que fuera inmediatamente.
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—Pero no tenías que hacerlo así —Zerkanya rió, la albina siguió su risa, ambas se apegaron más la una a la otra mientras intentaban hacer un pequeño hechizo, Kru'Tsen y Zarina se encontraban durmiendo juntos en un rincón, el dragón usaba sus alas para brindar una especie de manta a su hermana.
—Mejor así —Zerkanya formó una pequeña flama, Alex congeló el suelo y la llama se volvió azul, ambas se sorprendieron al haberlo descubierto, chillaron de emoción, Alex se acercó y depositó un corto beso en los labios de Zerkanya, ella se sorprendió por el gesto pero lo correspondió, ambas se vieron a los ojos, los latidos se sincronizaron, brindándoles una enorme calma, Zerkanya estaba feliz a su lado, había entendido que aunque al inicio sus sentimientos estuvieran mezclados, tenía derecho a continuar su vida encontrando un nuevo amor que por supuesto nunca reemplazaría el lugar de su fallecido esposo, sino que abriría una nueva historia donde ella pudiera ser feliz de nuevo. Estuvieron así hasta que un cuervo se hizo presente, Zerkanya pensó que era Lithia pero aquel animal se transformó en una muchacha diferente.
—Mi señora —hizo una pequeña reverencia —.Mi señor Seyrkan solicita verla —ella ladeó la cabeza confundida.
—Bien, dile que voy en camino —la chica asintió y volvió a transformarse y salir para entregar la respuesta.
— ¿De verdad vas a ir? —preguntó Alex, la pelirroja asintió.
—Es mi padre, llevaré a Zakarie y a Kru'Tsen, quiero que los conozca —se acercó a ambos y removió un poco a la niña para que despertara.
—Mi niña, vamos, quiero presentarles a alguien —ambos bostezaron y se levantaron aún adormilados.
—Cuida la cueva, por favor —la albina asintió, Zerkanya salió acompañada de los dos a quienes consideraba sus hijos, subió a Tormenta y le pidió a Kru'Tsen que los siguiera, la gente que veía pasar a Zerkanya se sorprendía de que alguien montara un dragón salvaje. Ambos aterrizaron en el claro cerca de la cabaña, Seyrkan salió a recibir a Zerkanya, ella caminó tomando de la mano a Zakarie.
—Padre, que gusto verte —lo abrazó, Sephyra los observaba desde los arbustos, ambos se separaron y ella intentó que Zakarie se soltara de su pierna para poder presentarla.
—Ella... ella es Zakarie, tu nieta —tanto Seyrkan como Sephyra mostraron sorpresa, Sephyra no contuvo sus ganas de llorar, se cubrió la boca para no emitir ningún sonido pero las lágrimas seguían saliendo de sus ojos. Seyrkan se agachó y estiró su mano hacia ella, la niña gruñó pensando que se trataba de una amenaza pero pasados unos segundos se acercó y olfateó un poco, el aroma le trajo confianza así que por fin soltó la pierna de su madre y se animó a ir hacia él, el hombre la abrazó y cargó.
—Parece que tiene las mismas costumbres que nosotros dos cuando éramos jóvenes —ambos rieron por el recuerdo.
—Por cierto, también quiero presentarte a alguien más —ella volteó a ver a Kru'Tsen y le hizo una seña para que se acercara, Tormenta lo empujó levemente hasta que el animal se animó a acercarse.
—Él es Kru'Tsen, también lo considero mi hijo, él y Zakarie han estado juntos desde su nacimiento, de hecho, de no ser por Kru'Tsen mi hija habría muerto —el dragón se acercó a Seyrkan y agachó la cabeza en señal de respeto, él usó su mano libre para acariciarlo.
—No puedo creer que tenga una nieta... unos nietos —bajó a Zakarie, la niña se acercó a Kru'Tsen y se lanzó a él para jugar.
—Te llamé aquí por un asunto importante, hija —ella devolvió su mirada hacia su padre.
— ¿Pasó algo? —preguntó, Seyrkan asintió y volteó hacia los arbustos, Sephyra tomó aire, se limpió las lágrimas y salió de su escondite, la cara de Zerkanya mostraba miedo, sorpresa y enojo.
— ¿Madre?
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Zerkanya y la rebelión de Varthrân【En edición】
FantasyCriada dentro de un palacio lleno de magia y seres espectaculares, entrenada para ser una guerrera; Zerkanya lucha contra las burlas de sus compañeros por ser hija de tres sangres, por ser la primogénita entre un humano y una híbrida. La discrimin...