Hubo un día y hubo un momento, y ese momento lo cambio todo. Quien iba a decir que podía pasar, quien se iba a fijar ni por una milésima de segundo en ello, yo vuestro narrador pienso que nadie.
Esto que voy a contar es ese momento extraordinario. Era una época no muy difícil, no catastrófica, no una crisis, era una época imposible. Y este hecho, este momento que ansió contaros tuvo que pasar así y no se podía cambiar. Era la época de nuestro señor Jesucristo.
Entonces mientras Él estaba en la última cena paso algo extraordinario y que sin duda no debería haber pasado y que resume toda su obra y milagro. La casa donde se organizo La ultima cena no estaba ni por casualidad situada donde figuran en las sagradas escrituras, mas bien cerca del pueblo, sin ninguna extrañeza, sin ningún reparo, ni ningún miedo, por que nadie buscaba a Jesús, nadie quería hacerle daño, nadie quería hacerle nada, por lo menos hasta ahora.
En esa cena paso algo extraordinario que mas tarde prometo contar y que cambio la historia de este planeta, La Tierra. Pero antes mucho antes, digamos años luz, también paso algo extraordinario y que tiene mucho que ver con el devenir de Jesús en la tierra.
PLANETA BUBU
Ahora aunque parezca extraño ruego que no empecéis a ser incrédulos porque nos vamos al planeta Bubu donde viven los extraterrestres, donde existen los ovnis. Pienso que no es tan difícil de creer. ¡Bueno!… en bubu era todo increíble, a parte de especial, nadie puede imaginar algo así. La verdad es que es difícil de imaginar, me cuesta hasta a mi que ahora estoy delante de vosotros y no sé que contaros.
En Bubu la luz del sol solo llegaba una vez en una eternidad, por eso cada día en Bubu, para un niño bubu, duraba una eternidad y cada mañana siempre al despertar tenían a su lado su perro llamados “pero”.
El niño despertaba y a su lado veía esa fría maquina tan singular y propia, parte de sus entrañas, la sentía como suya. Como si su carne y el engranaje ladrador metálico no tuvieran que reprocharse cuando él le dijera -¡vamos! Estos extraterrestres saltaban así de la cama, viendo una fría maquina que ya llevaba tiempo mirándoles… Protegiendole.
Cuando los dos estaban en la habitación no eran capaces de imaginar algo comparable a esa sensación de eternidad por la mañana. ¿Como si fueran que? Un perfume con el que se te ensancha el alma, una mota de polvo flotando en la libertad de la inmensidad del espacio que está ahí pero que nadie ve, o una ráfaga de viento que se puede sentir, respirar, incluso a veces saborear y alcanzar a tocar pero que no sabes de donde viene. Era increíble.
Sus miradas siempre coincidían mientras él se ponía su traje de tela de acero puro. Era el acero más duro pero liviano que existe en el Universo. Divagaban un poco mas a pasos acaramelados por la habitación mirando por la ventana de la habitación su precioso verde mundo, o se deleitaba mirándose en el espejo su pelo rubio y ojos azules,caracteristicas similares a todos los de su raza. Todo era perfecto en su existencia antes de salir de la habitación, solo con un defecto. El de todos los días, una extraña, lejana y sibilina sensación como de un rumor que no quieres dar por cierto... Ese día era el fin del mundo.
El chico salía después de su casa dejando atrás el dulce saludo a su familia. Miraba a perro electrónico y seguidamente podía apreciar el frescor, la calidez, el bienestar del espacio estelar. No era de noche, no era de día, era una sensación de totalidad climática, no se sentía la diferencia entre la tierra y el cielo estrellado porque allí no había atmosfera. El si quería miraba a las estrellas y nada… ala… a volar, y mientras vuelas, miras a tu lado y una súper maquina perruna volando contigo, en puro éxtasis, disfrutando de ese instante sin el reloj que te marque un tiempo, ni ley que encadene tus pies al suelo. Y sí, así era la vida de estos nuestros personajes galácticos. Un día, una eternidad. Un día, el fin del mundo.
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THE CLOCK IS START AGAIN
FantasyDevenir de lo que es más importante en la vida, y de como un singular extraterrestre guarda el secreto de la misma