"AUSENTE"

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Escuchamos un horrible sonido, la puerta de su habitación se abrió de golpe dejando ver como él corría al baño, lo seguí rápidamente viendo como volvía a devolver el estomago, verlo tan débil y en un estado tan fatal me rompía el alma en un pedazo.

- Oh mi bebé, tranquilo, ya todo estará bien- Yo sabía como se ponía después de estas prácticas, pero esto nunca había sucedido.

De rato solo devolvía líquido, me quede ahí hasta que se rindió en mis brazos mientras se abrazaba del vientre.

- Vamos amor, a tu habitación - Él negó apegándose aún más en mi pecho.

- Kyouya - La voz le salió en un susurro quedito, débil y cansado, lleno de temor, angustia, me quede viendo aquellas expresiones de su lindo rostro, aquella que sin duda y desgraciadamente estaba viendo mucho últimamente.

- Él esta descansando, esta débil - No dijimos nada más, nos quedamos en nuestras posiciones unos minutos más, escuchando su reparación agitada y la mía tranquila con un deje de enojo.

Lo acosté en su cama mirando el sudor de su frente, el como cerraba de rato los ojos, el temblor involuntario de su cuerpo, y estaba seguro que tenía fiebre.

-¿Volvió la temperatura, verdad? - Hernesto entro y se sentó con una pequeña hielera en las piernas.

- N-no, no quiero, no quiero que me inyectes, por favor - Sus ojos azules se cristalizaron en un segundo, me partió el corazón ver las lágrimas resbalarse por su lindo rostro de ángel.

- Escucha bebé, no pasara nada, esto te ayudará - Siguió diciendo no hasta que solo salían sonidos quebrados.

Hernesto se acercó y le aplicó el calmante, yo me quede ahí, sobando sus caballos y de rato sus mejillas, él se quedo despierto viendo a la nada, con los ojos vacíos, como si no estuviera aquí, esta como ausente, sin vida.

Salimos de la habitación dejando que descanse un poco, tengo miedo que de la impresión se quede en ese estado de Shock.

- No me gusta nada - Miré que hacía un gesto de enojo.

- ¿Qué tendría ese sobre?, hacen estas prácticas cada cierto tiempo, pero, nunca había pasado esto, he atendido al pequeño desde su infancia, pero en este estado nunca lo había visto, y me da miedo el como quedo, ¿Qué tan fuerte debió haber sido? - De mi bata saque el sobre arrugado, ambos vimos el sobre antes de echarle una vista, con mis manos nerviosas y el corazón a todo lo que daba saque el contenido, ahogue un grito de horror con mi mano.

La fotografía era forense, en esta demostraba cuatro cuerpos, la mujer con un bala en la cabeza, los ojos bien abiertos y la boca sangrante, la mayor de los infantes estaba casi intacta, pero la bala le había atravesado un ojo, era horrorosa la imagen de la carne viva de ese tejido blando, y el menor estaba dormido, la bala le atravesó por el cráneo causando su muerte instantánea, y por último, nuestro protagonista, la garganta, la boca, la nariz, todo sangraba, todo, que horror.

Hernesto no aguanto y fue a devolver al baño, yo estaba en shock, mi ángel, el pobre había tenido que revivir esta atrocidad, que valentía y fuerza la de mi niño, pero esto no se quedaría así, no señor, me encargaría de hacerle saber a esa mujer lo que pensaba de esto.

Hice añicos la foto y la guarde en mi bolsillo de un puñetazo.

Salí directo a la dirección general a paso pesado, enojado abro de un portazo mirando a la mujer.

- ¿PERO QUÉ TE PASA, ACASO HAZ VISTO EL ESTADO EN EL QUE LO DEJASTE?, POR EL AMOR DE TODOS LOS CIELOS, PARECE UN MALDITO CADÁVER EN VIDA - No se movió, ni si quiera cambio el semblante despreocupado.

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