Otro mundo y su comienzo

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En una posada, un chico, pelo plateado y ojos azules, sale a carrera con una bolsa en sus manos. De repente, un señor, de avanzada edad, sale en su busca.

- ¡Espera ahí mocoso! ¡Devuélveme lo que te has robado! – gritaba el anciano.

El chico hizo caso omiso de sus palabras y se escabullo entre la multitud. Pasando varios minutos, el chico llega a una fuente grande, donde es el centro de la gran ciudad llamada Limpet, del reino de Catalist.

- Por fin pude conseguir algo de comida para mis hermanos – dijo el chico con emoción.

Caminando a su casa, se topa con unos ladrones saliendo de su casa con tanta risa.

- Que buena estaba la comida ¿eh? – decía uno relamiéndose y limpiándose con el brazo.

- Mas buena estaba la mujer. Qué pena que la tuvimos que matar con los otros – decía alegre por su delito.

La gente que pasaba por la zona no decía nada, no hacían nada y menos observaba los hechos, ya que eran criminales peligrosos. El chico, al escucharlos, corrió a su casa buscando a sus familiares.

- ¡Nagisa! ¡Ben! ¡padre! ¡madre! – gritaba con tantas ansias de que las palabras de los bandidos fuesen falsas.

Abrió la última puerta del piso superior. Lo que encontró no era de su agrado. Un niño de 8 años, que a su corta edad es tan traumante, viendo cuerpos desmembrados, con las cabezas pinchadas en unas lanzas encajadas en el suelo, donde, por pura mala suerte, reconoció sus rostros.
- Madre… padre… Nagisa… Ben… - Con unos ojos de asombro y con lágrimas cayendo en sus mejillas - ¿Por qué…? – cayendo al suelo.

De repente, hubo un fuerte estruendo en la casa. Los habitantes de los alrededores observaban como la casa donde se produjo la masacre, se volvía de color purpura. Se congelaba como si un invierno fuerte fuese azotada y luego se incendiaba, como si un sol abrasador quemara sus piezas de madera. Estaban atónitos por tales cambios de clima.
De repente, llego la guardia imperial a la escena de los hechos, pero la casa ya estaba calcinada. Los guardias empezaron con la búsqueda de cadáveres y sobrevivientes, pero lo único que encontraron, fue al chico de 8 años en el suelo.

En otro lugar del espacio, una niña de pelo rosa con ojos conjunto con el color de su cabello observaba el cielo, como si estuviese esperando algo o alguien.

- ¡Tina! Ven que tu padre te llama – Decía una mujer alta con unos rasgos parecido a la niña.

- Vale madre -.

La chica con su madre, fueron a un lugar, donde se encontraba el rey del reino de Trust, el palacio real de Trust.

- Tina… - Decía el rey con tanta nostalgia al ver a su hija.

- Dígame padre – con tanto respeto.

- He tenido que hablar con los sabios, acerca de una amenaza universal. Un poder, igualando a la divinidad de nuestros dioses, ha despertado y necesitamos a alguien que sepa de invocaciones y hechizos de runas. Tú, Tina Trust Garden, fuiste elegida para esa misión, ya que, tu eres la única de nuestro reino que puedes hacer invocaciones y hechizos de runas de manera sobresaliente sin ningún fallo. Espero contar contigo para tal misión. – decía el padre con tanta tristeza en su mirada.

- Padre, no tiene que ponerse triste por tener que dejarme ir. Volveré con informes y sellaré a la amenaza – decía con un rostro de decidida a sus 7 años.

- Cuento contigo Tina – más alegre.

La joven salió del palacio y fue al sur de la capital, donde se hallaba el portal universal, donde se podría viajar a otras dimensiones en un instante. La joven llego al mundo, donde se encontraba el chico, pero el problema fue que, al llegar, el portal se cerró repentinamente y en el lapsus del cierre, hubo un fuerte cambio eléctrico en el transcurso del teletransporte y la joven Tina, perdió sus recuerdos.
Al haber una fuerte explosión y humo, Tina llegó al noroeste del reino de Catalist, en un pueblo llamado Gaho. Los hogareños, descubrieron a la joven y la cuidaron, pero el problema al despertar es que ella no recordaba nada de su vida pasada, solo su nombre, Tina. El pueblo la acogió y la educaron.

Pasaron 7 años de lo sucedido. Un chico despertó algo apurado…

- ¡Mierda, llego tarde otra vez! – decía vistiéndose y saliendo corriendo de su casa – otra vez el profesor de biología me castigará – mientras, en un descuido, tropezó con una chica.

Los dos quedaron en el suelo algo aturdidos.

- Auch… perdóname – mientras la ayudaba a levantarse.

- No… no tiene… que disculparse… - decía algo tímida.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2020 ⏰

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