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El frío que hacía en Daegu le impedía a cualquier ciudadano, por más abrigado que estuviera, poner siquiera un pie fuera de su residencia, porque incluso así sentirían que sus extremidades se congelarían al instante debido a las bajas temperaturas. Aun así, un joven de cabellos rojizos yacía recostado en la banca del parque con la ropa mas veraniega que había encontrado en su armario a la intemperie del gélido viento, y cualquiera que lo viera diría que era un vagabundo o algo por el estilo, pero no era el caso. Se trataba de un adolescente ermitaño al que sus padres habían echado de casa esa misma mañana.

El chico se encontraba temblando y acostado en posición fetal para tratar de conciliar un poco de calidez de su propio cuerpo, sin éxito alguno, y de su boca salia humo blanco que se disipaba y mezclaba con el frío viento casi inmediatamente de ser expulsado. Moriría de hipotermia, ya lo tenia asegurado. No había absolutamente nadie cerca, solo eran él y el triste cielo gris, junto al invierno infernal del exterior. O eso creía él...

Al otro lado del parque una castaña caminaba a paso apresurado hacia su casa, tratando de llegar lo más rápido posible para dejar de tener que soportar los horribles grados bajos del ambiente. Tenia una camiseta manga larga, dos suéteres, una bufanda y una chaqueta gigantesca, pero no bastaba para ayudarla a entrar en calor, el frío era de muerte ese día, y hubiera pasado de largo de no ser porque una cabellera de un rojo intenso la distrajo en su trayecto pasando por el parque. Se preguntó entonces, ¿esa mancha era el cabello de un ser humano o a alguien se le había olvidado un tomate de tamaño grande en el parque? Decidió acercarse y averiguarlo.

Y casi se le cae la mandíbula al ver al chico con manga corta, shorts y chanclas dormitando en la banca.

"¿Acaso es un demente?" pensó la castaña, y cualquiera hubiera pensado lo mismo si ve a un individuo con una indumentaria vacacionaria de la playa en mitad de la última estación.

-Umh, disculpe...señor, ¿se encuentra bien?. -preguntó acercándose al cuerpo que descansaba en el banco.

El pelirrojo se sobresaltó al escuchar una voz y se giró a ver de quién provenía. Las miradas de los adolescentes se encontraron unos segundos y después el chico habló.

-¿Me acabas de llamar señor? Tengo diecisiete años.

La castaña contuvo su risa. El desconocido tenía la misma edad que ella, pero desde su posición parecía un señor mayor que se emborrachó en la noche y decidió dormir en una banca debido a los efectos del alcohol. Aunque, pensándolo bien, ¿qué hacía un chico tan joven sólo y desabrigado cuando estaban a menos de 18°?. La voz del pelirrojo la sacó de sus interrogantes.

-Mmh, ¿me has oído?. -el de ojos ámbar mantenía una expresión impasible, aunque se muriera de frío.

-Ah, sí, lo lamento... Tú. ¿Cuál es tu nombre?. -la castaña sonrió.

-¿Y eso en qué te incumbe? Deberías irte a casa niña, ignorame como todos, anda. -y le volvió a dar la espalda.

La chica se dispuso a hacerle caso y seguir su camino a casa, el chico parecía no querer que nadie lo molestara, y a ella no le perturbaría la mente un gruñón en una banca. Su expresión cambio cuando se alejo unos pasos y vio que el desconocido temblaba hecho bolita en su lugar, no pudo evitar sentir lástima, el pelirrojo parecía un cachorro abandonado.

Lo intentaría una última vez.

-Frío de mierda. -lo escuchó maldecir en voz baja.

-¿Estás seguro de que estás bien?.-se acercó de nuevo la de ojos azules.

-Ya te dije que sí, dejame en paz. -el chico rodó los ojos.

-Acabas de maldecir al clima, deja de ser tan orgulloso. Si tienes frío puedes venir a mi casa hasta que se pase, vamos. -insistió la castaña.

-No quiero tu lástima.

-Seré sincera, es lástima, ¿cómo esperas que no me sienta mal de ver a un ser de mi especie pasar frío? Vas a enfermar.

-Pues moriré aquí si hace falta.

-Tengo consolas en mi casa.

La expresión del pelirrojo cambió automáticamente.

-Saeyoung, un gusto. -se levantó de un salto y le sonrió a la chica.

"Idiota" pensó ésta, y no pudo evitar esta ves reír por el tal Saeyoung.

-Seyeon, Kou Seyeon. -se presentó también.

Estaba consciente de que llevaría a un completo extraño a su casa, pero no había mucho problema, lo dejaría refugiarse del frío y luego se iría, habría hecho una buena acción.

Ese era el plan inicial.

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Y así comienza la historia entre el amargado Choi y la benevolente Kou.






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⏰ Última actualización: Feb 05, 2020 ⏰

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ONISM | Saeyoung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora