Capitulo 1
Cuando miré por la ventana de coche en el que venía montado, me impresionó ver tan inmensa hacienda. Ya sabía que el Señor Bang era rico, pero nunca imaginé que poseyera semejante casa. Miré a mi madre con desagrado y luego a mi hermana pequeña. Si hacía eso era por ella, no por mi madre.
La muy zorra me había casado con un hombre tras haber entrado nuestra empresa en la quiebra. Le había dicho una y otra vez que podían vivir como una familia normal y corriente, que podían administrarse mientras sacaban la empresa de la quiebra. Pero no.
Su madre no era capaz de soportar un solo día viviendo en la “miseria”, como ella decía. Ella no soportaría tener que trabajar para poder sacar adelante a sus dos hijos menores. Incluso Himchan, su hermano mayor se había ofrecido a ayudar. Pero eso sería un ofensa porque desde había montado un pequeño negocio a las afueras de Seúl, mi madre había renegado de él. Diciendo que su hijo, su progenitor había preferido montar una Tenducha en un pueblo antes que continuar con el legado de su padre.
Su difunto padre sí que era una persona maravillosa. Era la persona más maravillosa que había conocido. Por suerte tanto mi hermano como yo habíamos heredado las formas de mi padre, mi hermana estaba por ver, pero yo procuraba que no fuera tan materialista.
-Recuerda darle una buena impresión al joven Bang –dijo mi madre sin mirarme, solo miraba su reciente manicura, la cual había pagado Bang –ya que aceptaste casarte con él a regañadientes al menos complácelo en tu noche de bodas.
La miré con sorpresa.
Se atrevía a reprocharme, ¿a mí? Había abandonado mis estudios, mis sueños, la había obedecido al aceptar casarme con un completo desconocido pero había dejado claro que no lo amaba. ¿Y encima se atrevía a decirme que me abriera de piernas ante un desconocido la primera noche?
-Le prometí que te tendría y así va a ser, y como me entere de que me has llevado la contra –esta vez sí me miró con esa mirada que me dejaba desconcertado –te juro que jamás volverás a ver a tu adorado hermano.
Agache la mirada justo en el momento en el que el coche se paró y la puerta se abrió para que bajásemos del coche.
La casa era impresionante. Parecía del estilo victoriano Ingles y era por lo menos el doble a la casa en la que vivía antes. Era de color blanca y las tejas que podían verse sobresalir del tejado eran de un azul intenso, tan intenso que me recordó al mar nocturno y sin embargo parecían brillar bajo la luz del sol. Podía escuchar a los trabajadores desde las cuadras y también los que trabajaban en el campo, cantando alegres canciones, casi todas tan antiguas que yo no podía ni tararear. Se acercaron cuatro criados a ayudar con las maletas y el capataz de acercó a mí pidiéndome que lo acompañara,
-JungHong –me llamó mi madre – ya sabes lo que hemos hablado.
Cogió a mi hermana y se fue con los criados para indicarles que hacer con las maletas, por mi parte a mí me guiaron hasta las cuadras, donde se encontraban las yeguas y los sementales posando como si fueran modelos. Eso me fascinó, yo siempre había querido tener un caballo pero mi madre creía que eran los animales del diablo. El capataz me indicó que permaneciera ahí hasta que llegara el señor Bang, pero en mi interior deseaba que no apareciera.
¿Qué clase de persona sería para querer casarse con un niño de 17 años?
Me estremecí, rezando porque no fuera un viejo gordo y pervertido que me pegara, o que tuviera algún fetiche extraño. Yo no quería eso, no tan pronto cuando apenas había pasado un año desde aquel incidente…
-¿Choi JungHong?
Una voz grave me sacó de mi ensoñación. Era muy áspera, daba miedo. ¿Sería ese mi esposo? Me giré despacio temeroso y con la cabeza agachada temeroso de lo que podría encontrar, de momento sabía que no era muy mayor porque podía verle las manos lisas sin ninguna arruga.
-S…So… -tartamudeaba como un tonto, estaba muerto de miedo –Soy JungHong.
Hice una reverencia de 90 grados y aun con la cabeza agachada noté como su suave mano acariciaba mi mentón y me levantaba el rostro. Y por fin nuestras miradas se cruzaron y pude ver su rostro y era… joven. Tremendamente joven para lo que me había esperado. Tremendamente atractivo a pesar de tener las facciones duras y cuando sonrió sentí que se me paraba el corazón y me sonroje. Tenía una sonrisa tan radiante que se le marcaban algunas arrugas en los ojos achinándose y mostraba sus perfectos dientes junto con parte de sus encías, tan sanas que parecían las de un bebé.
-No me temas chico –me dijo acariciando mi mejilla -, soy Bang Yongguk, tu esposo.
Retrocedí un poco a lo que él sonrió y cogió mi mano haciendo que un escalofrío me recorriera.
-Acompáñame, vamos a conocernos mejor, ¿sí?
Asentí con nerviosismo y solo lo seguí.
El hablaba, mostrándome cada rincón de su hacienda, yo solo asentía o sonreía, no me sentía demasiado a gusto como para socializar con mí… ¿esposo?
-Tu madre me dijo que te gustaba mucho la música, ¿estudias eso en la universidad?
Tragué saliva, iba a decir la frase más larga en toda la tarde:
-Ya no señor…
-¡No me llames señor! Llámame Yongguk, o Bang. Prefiero antes que me digas Hyung, pero nada de señor, solo nos llevamos tres años.
-H… hyung…
Mis mejillas se tornaron rojas e hice un puchero involuntario.
-Que mono eres –me acarició la cabeza -¿Por qué ya no estudias?
-Mi madre… me sacó de la universidad cuando decidí aceptar el matrimonio.
-¡De eso nada! –lo miré sorprendido -¡Vas a seguir tus estudios! Mi marido será feliz estando conmigo.
Era muy simpático, y muy dulce por su parte, pero ahí estaba el mayor problema, que solo el hecho de estar a su lado le estaba destrozando la vida.
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Yo no te amo
Fanfictiona Zelo lo obligan a casarse con un hombre al cual no conoce por salvar a su familia. Yongguk tendrá que hacer lo imposible para enamorar a ese pequeño niño asustado Himchan es acusado de asesinato y el mejor amigo de su hermano lo esconderá en casa...