El peregrinaje se hace. Te gusto o no.
Todos acuden a tu llamado, sin voz, sin mensaje.
Aunque pienses que es un despropósito, todos van. Buscan respuestas, me imagino. Respuestas que no están ahí. Estoy de acuerdo contigo. Y quién sabe dónde estarán.
El peregrinaje se lleva a cabo y no se detendrá.
Miles caminarán hasta ahí, donde estuviste,
buscando sombras, un fantasma, una señal de algo que no sabemos qué es, pero que les de consuelo,
tal vez algún signo de vida, aunque pasada, que les entre en la mente y los haga rememorar ese pasado donde no estuvieron.
Quisiera decirte que podrás vivir en paz. Que tu sueño será eterno, pudiéndote desligar de todo lo que alguna vez te cabreó. Pero no puedo.
Porque todos irán a través de los años, buscando esa respuesta, ese alivio.
Buscándote a ti, ahí, donde ya no estás.
Y cómo llegamos a donde estás. Cómo te encontramos para conversar.
Ésa es mi pregunta.
Yo no peregrino. Pero ellos no dejarán de peregrinar.
