La convivencia había mejorado pero habían situaciones que se tornaban un tanto incómodas, como aquel día en que habían decidido ir un poco más allá de la montaña y los bosques que la rodeaban, alcanzando una hermosa costa. Solo tuvieron que seguir el curso del río que siempre usaban para bañarse, obtener agua y algunos peces, un agua cristalina y pura pero realmente fría.
Katsuki jamás podría olvidar aquel día, o mejor dicho, atardecer.
Habían tenido que caminar durante todo el día, desde el amanecer y tomando breves descansos, para llegar a su objetivo justo cuando faltaba poco para que el sol se ocultará pero no les importó. La vista a esa hora era maravillosa. Las nubes blancas siendo arrastradas por el viento suave, la brisa marina que les traía el inconfundible olor del mar, las olas rompiendo en la costa y ellos de pie sobre las formaciones rocosas decoradas con algo de vegetación.
Sí, una vista digna de ver pero Katsuki encontró algo más interesante, o más bien, alguien. Pues sus ojos no habían podido perderse aquel espectáculo, Shouto se había adelantado un poco a él para estar más cerca de la orilla de la formación rocosa donde se encontraban y eso había sido suficiente, pues no pudo dejar de verlo. Sus cabellos lacios siendo acariciados por la brisa, su cuerpo iluminado por los últimos rayos de sol y su figura imponente resaltando con el ambiente que lo rodeaba.
Hermoso...
Ese pensamiento no pidió permiso para aparecer y, aunque al principio le molestó, no pudo evitar sonreír un poco y aceptarlo. Shouto era hermoso, sin importar cuanto lo negará, sin importar que no se atreviera a decirlo en voz alta o que tal vez el otro no lo aceptará, para él era hermoso.
Lo que Katsuki no sabía era que mientras él admiraba a Shouto en silencio, Shouto también se había permitido admirarlo cuando tuvo la oportunidad.
Estúpido, mitad-mitad...
Tal vez sus pensamientos se habían ablandado por la convivencia diaria con un chico tan tranquilo como Shouto pero ese día estaba molesto, molesto con él, con él mismo pero prefería culpar al contrario. Pues había despertado como era habitual temprano, levantándose con el sol, había admirado el rostro tranquilo del chico que dormía a su lado buscando su calor en la noche y que solía levantarse realmente tarde.
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демон [Todobaku]
Любовные романы¿Existe la magia? Los más jóvenes, tanto de reinos civilizados y tribus salvajes, desconocen la respuesta a esta simple pregunta. Aunque hay una que pueden responder de forma afirmativa e inmediata, sin ninguna duda o vacilación posible: "¿Existen...