"Mι Pɾιɱҽɾα Y Úʅƚιɱα Cαɾƚα" |Nαɱʝιɳ| O.S (Oɳҽ-ʂԋσƚ)

I.

Casi había olvidado lo que era despertar con el sonido de su voz diciendo que era tarde, pues es algo que ya no escuchaba tan seguido desde hace unos días, acomode mi desnudo cuerpo que era cubierto por las sábanas y abrí mis ojos, ahí estaba él, tan perfecto, parado frente a mí, con una sonrisa tan linda, la cual dejaba ver sus hermosos hoyuelos.

— Jin-ie, amor, te hice el desayuno. — Me acomode mejor sobre la cama sin dejar que mí desnudo cuerpo fuera exhibido. — Por eso huele tan bien. — Pude ver como una sonrisa adornaba su rostro.

Se acercó al marco de la puerta, antes de darme una última mirada y decirme algo:

— Te espero en la mesa, no tardes, porque tengo algo planeado para esta tarde. — Se retiró.

Asentí y me levante de la cama en cuanto el se fue, me puse ropa cómoda, y me dirigí a la cocina, cuando entre al comedor en la mesa había dos platos, mi hombre era el mejor, me senté en la silla y lo espere a que terminará de servir su café

— El día está muy lindo. — Dije mientras veía el cielo teñido por un Naranja através de la ventana, pues apenas salía el sol.

— Si, es perfecto para salir, tengo toda una tarde planeada. —Le dio un sorbo al café mientras se acercaba a mí lo suficiente para tomar mi mano.

Le sonreí con ternura y me dispuse a desayunar, él imitó mi acción sentándose al lado mío comiendo de su platillo, cuando terminamos, me levante a lavar los platos cuando de la nada sentí que sus brazos me rodearon por la cintura, acercó su rostro a mi cuello posó sus labios dejando un cálido beso, quedandome con la sensación de sus suaves labios, amaba que hiciera eso, cada vez que me abrazaba o me besaba, me hacía sentir las mariposas que sentí el día que lo ví por primera vez en aquella cafetería, esas mismas que a pesar de los años juntos no se van y que con cada tacto de él están presentes.

— Si quieres ya ve a a ducha, después de tí sigo yo. — Dije terminando de lavar el último plato.

Se acercó nuevamente a mí para darme la vuelta y tomarme de la cintura, quedando cara a cara, con esa cercanía pude apreciar más cada detalle de su rostro, sus lindos ojos que tenían ojeras pero esas ya eran parte de él, su cabello desordenado que se volvía más claro con los rayos de sol, sus labios que apesar de apenas haberse levantado ya tenían un bello tono carmesí; con su mano derecha tomó suavemente mi mejilla y me besó, un beso dulce y lento, el cual me dejaba disfrutar cada sensación que él me dejaba.
Me encantaba estar así con él, hermosos momentos como este, donde me demostraba con pequeños detalles lo mucho que me ama.

— Te amo. — Nuestros labios se detuvieron y juntamos nuestras frentes cerrando los ojos.

— Yo te amo aún más. — Sentí como su rostro formaba una sonrisa que de inmediato me contagio, juntos se nos escaparon algunas risas.

Su cercanía, su toque, su respiración chocando con la mia, era todo lo que necesitaba para ser feliz. Siempre me hacía sentir como todo un adolescente enamorado. Todo era como la primera vez.
Lentamente retiro su mano de mi cintura y se fue cortando nuestra cercanía.

— Voy a la ducha. — Mencionó depositando un último y corto beso en mis belfos. Asentí lentamente quedando con aquella tranquilidad que solo él me hacía sentir.

Salí al jardín y observé el cielo despejado junto con el sol en su punto más alto, el tiempo pasaba tan rápido, el sonido de las hojas de los árboles moviéndose con el viento y el de los pajaros cantando eran an relajante. Respire ondo y me adentre en mi nuevamente a la casa topandome con mi dulce esposo. Salió con una toalla enredada en la cintura, me quedé embobado viéndolo de pies a cabeza, me despegue de esos pensamientos sacudiendo mi cabeza y pase a su lado, entre rápidamente a la ducha y me bañe. Cuando salí fui a nuestra habitación, decidí ponerme lo que normalmente usaba, un pantalón y una camisa, no tan formales.