Había esperado mucho tiempo para volver a tomar su mano. Su roce y su suave piel, me hacía sentirme realmente querido. Nunca pensé que alguien cómo él estuviera conmigo, hacíamos "creer" que eramos "amigos" pero creó que ya todos sabían que no era así y que realmente teníamos una relación.
-¿Quieres ir a comer algo? -Me preguntó acariciando mis nudillos con sus dedos. Negué. -¿Prefieres comer en casa?
-¿En serio? -Dije sorprendido, está sera la primera vez en un mes qué estaremos solos en su casa, eso me ponía muy feliz. Generalmente vemos películas, hacemos la cena, preparamos un bocadillo, pero ahora...no tenia ganas de hacer eso. -Estaba pensando...-Tome su mano y la acurruque entre las mías llevándolas a mi pecho. -Hace mucho que no lo hacemos...-Susurré suavemente, no puedo verme en ningún lado pero de seguro, tendré las mejillas coloradas.
-Walter...-Dijo con una sonrisa, dejando a la vista su blanca dentadura y dos colmillos asomándose, bastante lindo. -No pensé que me pedirías algo así, no lo esperaba de ti.
Me tomo por los hombros y me empujó hacia la puerta de salida de la escuela. Ya era muy tarde y no había casi nadie caminado por el instituto. Me sorprendió bastante, si que se estaba reprimiendo.
-¿Q-qué haces? -No es la primera vez que me toma tan brusco, pero me sorprendió. -Nos pueden ver.
Sonrió ampliamente.
-Mejor. Así sabrán qué me perteneces. -Agache la mirada apenado, ya cuatro años con él y seguía haciendo que mi corazón latiera como la primera vez.
-Ya pero...eso podrás demostrarlo en la casa, así qué... -Tome sus hombros alejándolo un poco de mí. -¿Podrías soltarme?
-No quiero.
-Por favor.
-Dame un beso.
-¡¿Qué?! -Me daba mucha pena iniciar un beso yo, no es que nunca lo haya hecho pero en todas las veces siempre termino apenado.
-Anda. Quiero que tu me beses. - Deslizó sus manos traviesas hasta llegar a mi cadera y apegarme a él.
-No...yo, no puedo hacerlo. Mejor besame tú. -Él sabe muy bien como me pone cuando me pide algo así, ¡y porque lo sabe lo hace!
-Entonces no te soltare.
Estaba decidido, no iba a soltarme hasta que cumpliera su capricho.
-¡Está bien! - Deslice mis manos alrededor de su cuello y me acerque para besarlo, no se nota pero estoy muy nervioso. Uní nuestros labios en un beso que no duro ni diez segundos, pero es que realmente no puedo. Me aparte rápidamente ocultando mi cara roja.
-Qué adorable...-Dijo ronco. -Te enseñare como se hace para que la próxima, lo hagas mejor. -Siempre me decía eso.
Tomó mi mentón entre sus dedos y me obligo a mirarlo, apenas lo hice ataco mis labios en un fogoso beso qué ¡obviamente! Él tenía el control. Sus manos se deslizaban por mi cintura, pecho, espalda, hasta llegó a apretarme el trasero. Su lengua se abría espacio por mi cavidad bucal, nuestras lenguas se unían y bailaban, cómo si estuvieran echas el uno para el otro. Se separaba un poco para tomar aire y seguir besandome, ya hasta cuando sentí que me estaba excitando lo empuje levemente. Me limpie un hilo de baba que escurría por mis labios y lo mire "molesto"
-Estamos en la escuela. -Lo regañe entre dientes.
-Perdóname bebé, no me pude resistir. Es que eres muy lindo, -Beso mi frente y volvió a tomar mi mano.
-Sí pero hay lugar para eso, ahora vamos a tu casa que tengo hambre, y no habló precisamente de comida. -Dije pícaramente.
-¿Qué? -Se sorprendió, solté una carcajada. -Que pervertido te has vuelto.
-Me has vuelto. -Corregí. Me dio un casto beso y salimos del edificio para ir a la parada de bus.
Éste fin de semana me quedaré con mi sexy novio. Es muy peligroso, sé que terminaré casi en una silla de ruedas pero...lo vale.
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El chico de la falda Rosada. [Yaoi/Gay] [Editando]
Teen FictionNai Vander es el hijo mayor y cabecilla de la familia Vander, rival de la familia conocida por malas razones como los Evans. Un tanto cliché: Rivalidad convirtiéndose en un amorío juvenil. Combinando la vida empresarial con la vida privada, algo dep...