Mi nombre es Delfina York, tengo a penas 22 años, vivo en Argentina, país con una eterna crisis política y económica, ni hablemos de lo social... Soy estudiante de Derecho en la universidad pública, lo que significa esforzarte el triple por aprobar, me considero alumna promedio, ni muy mala ni muy buena, un eterno 7-8 en notas, estoy cursando el tercer año de la carrera, si, me atrasé un año por no ponerme a estudiar cuando debí hacerlo.
Vivo con mi mamá Alexandra Rotecan, y mi hermana mayor (25) Martina York. Mi padre, de quien no tengo noticias hace ya bastante tiempo, vive, hasta donde sé, con su nueva pareja, una desempleada con 4 hijos. Mis papás se divorciaron cuando tenía a penas 2 años de edad, ¿el motivo? Mi padre engañó a mi mamá con la maestra jardinera de Martina; papá formó familia con esta mujer, con la que tuvo 3 hijos más, es decir, mis otros hermanos, medio hermanos... Emiliano (17) Celeste (15) Sol (7) Con ellos mantengo contacto, nos vemos para los cumpleaños y por ahí, algún encuentro casual.
A medida que vaya desarrollando mi historia irán conociendo más detalles sobre mis familia.
¿Por qué comienzo a escribir? Porque siento que es como descargar tensión, plasmar mi historia y que quizá alguien la lea, tal vez en algún punto se pueda sentir identificado o no...Procedo a describirme tanto físicamente como personalmente: No soy alta, con suerte llego al metro 55cm. Soy delgada, aunque confieso que me gustaría ser más de lo que soy (si, es un problema, ya hablaré de eso)
Cabello castaño oscuro, aunque con un par de tinturas encima, pasé desde el chocolate hasta el colorado, ahora tengo un entrevero agradable a la vista, eso creo. Piel morena, ojos color café, muy normales, y una sonrisa que la gente elogia bastante.
Soy una chica simpática aunque no tanto, poco amiguera, sociable cuando tengo ganas, al menos siempre muestro una sonrisa al qué pasa por mi lado. Trato de ser positiva, soy bastante imaginativa, me pierdo en mis pensamientos la mayor parte del día, por lo que siempre estoy distraída. Cuando estoy de buen humor, no paro de hablar, pero cuando siento algo dentro de mi, que todavía no sé si es tristeza o qué, a penas emito sonidos, es en esos días cuando me gusta estar sola y dormir mucho, todo el día.
No me considero enamoradiza, aunque me gusta armarme historias románticas con cada pretendiente, aun sabiendo que no hay futuro posible... Soy una mujer que le gusta disfrutar del sexo y las fiestas, consumo alcohol moderadamente (a veces no tanto) no probé ningún tipo de estupefaciente y no me llaman la atención tampoco, creo que es más miedo volverme adicta y no poder salir de eso, traumas de familia; pues mi abuelo paterno era adicto al alcohol, al igual que su hijo mayor (mi tío, fallecido a causa de esto) mi padre adicto al juego, en fin, familia de adictos...
Me gusta escuchar a los demás y dar siempre opiniones positivas o que construyan a mejorar a la persona, mis amigas me aman por eso...
Soy creyente, he sido bautizada bajo la religión católica, durante toda mi infancia y adolescencia iba todos los domingos a misa y a grupos religiosos; esto fue hasta que empecé a disgustarme con desiciones que la Iglesia tomaba, ciertas posturas conservadoras que discriminan, juzgan y excluyen con las cuales no me siento identificada y no tengo ganas de ser parte de eso; sin embargo sigo creyendo en un ser supremo que todo lo ve y todo lo puede, elijo llamarlo Dios, adopto ciertos conceptos que el cristianismo me enseñó, y mi filosofía es que todos los días se puede ser una mejor persona.Soy una chica de clase media- asistí a unos de los mejores colegios privados de Argentina, Santa Catalina, exclusivo para mujeres, ultra religioso y socialité. Mi hermana, Martina, siempre fue una excelente alumna, elogiada por todas las maestras, calificó en las banderas y siempre se destacó bastante con el estudio... a causa de eso, comenzaron las comparaciones entre nosotras, yo me volví vaga, desinteresada en el estudio, charlatana a más no poder, me distraía muy fácil, y somatizaba todos los problemas familiares a través de mi alimentación, al rededor de los 6-8 años era extremadamente delgada, no comía nada y siempre tenía dolor de estómago, por lo cual todos los benditos días mi madre tenía que retirarme del colegio y llevarme al médico, después de muchos estudios, el doctor decidió que lo mío era psicológico, estaba teniendo "llamados de atención" ¿qué pasaba durante esa época? Mi abuelo, "lelito" como le decía yo, falleció, en ese entonces, él era mi figura paterna, sumado a ese dolor enorme de la pérdida de un ser muy amado, mi padre desapareció, no nos visitaba, no llamaba, no sabíamos nada de él (Justo como hoy en día) mi madre alarmada por mi situación, buscó por cielo y tierra la manera de que mi padre intentara ser un padre para nosotras, el reapareció y los fines de semana nos buscaba de casa para llevarnos a casa de mi madrina, su hermana, ahí estaban mis 3 primas, Mikeila (25) Lucía (23) Romina (21) éramos unidas, jugábamos todas juntas, nos llevábamos bien, hasta que mi papá se acercaba a darles afecto a ellas, con Martina nos sentíamos tan vacías al ver la situación, nos dolía profundamente en el alma saber que nuestro padre quería más a sus sobrinas que a sus propias hijas.
Cuando llegábamos a casa y le contábamos a mamá lo vivido durante esos días, ella nos mimaba y trataba de darnos amor x2. Intentaba ser madre y padre a la vez, siempre estuvo con nosotras, nos alentaba, nos educaba, jugaba con nosotras, nos daba tiempo de calidad, por supuesto también nos exigía y nos retaba cuando debía hacerlo, más a mi, yo era terrible, un torbellino, amante de las Barbies, las llevaban conmigo a todos lados, eran mis fieles compañeras. Los vecinos del barrio y las amigas de mamá me cuentan que no tenía filtro, decía lo que pensaba y criticaba abiertamente a las personas, iba de frente... Por suerte ahora me sé controlar y pienso antes de hablar, que papelón pasaría si no fuese así.
Al frente de casa vive el hermano de mi mamá, mi tío Rob, con mis primos Natalie (25) Leo (23) Mailen (22) y Violeta (17) A Mailen, le digo "sister" fuimos desde la panza muy unidas, crecimos juntas, jugamos juntas, hacemos y hacíamos todo juntas, ella es mi otra mitad. A la vuelta de casa, vive nuestra tercera mitad, Julieta (22) a ella la conocimos en jardín de infantes, y desde entonces, somos las 3 inseparables.
ESTÁS LEYENDO
Una Argentina más
Teen FictionDelfina York, una joven de 22 años, con problemas normales, una vida bastante normal, no sobresale sobre el resto, le pasa lo mismo que a muchos, no encuentra otra salida más "liberadora" que empezar a escribir en una aplicación, como si fuera un di...