Capitulo III

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A pesar de que el día anterior había estado lloviendo hoy se anunciaba un excelente día soleado; perfecto para emprender un viaje. Todo tenía un aspecto pulcro y nuevo. Madelyn aspiro el agradable y saludable aire matinal. Era el día de su partida hacia Londres. A pesar de que contaba con veintitrés años iba a ser la primera vez que oficialmente era presentada en sociedad. Puesto que cuando cumplió los diecisiete su madre cayo gravemente enferma y después de una larga convalecencia, falleció. Madelyn asumió el papel de madre para Kael y Corrie que en ese tiempo contaban con doce y siete años respectivamente. Y la responsabilidad de dirigir Kendall Hall. Aunque no estuvo del todo sola, la señora Rusek y Beth la ayudaron y dirigieron en todo lo que hiciera falta. El luto, sus nuevas responsabilidades y lo mucho que su padre odiaba Londres, fueron factores que hicieron que su presentación en sociedad pasara a segundo plano.

-Corrie, ¿has visto el libro de Historia natural, que me regalo la tía Margaret por mi cumpleaños? - pregunto Madelyn mientras bajaba las escaleras a prisa.

-La última vez que lo vi fue en el estudio de papa- informo Corrie que pasaba por allí con un gatito en sus brazos.

-Espero que lo haya terminado, pues me lo quiero llevar, gracias Corrie-

Madelyn se dirigió hacia el estudio de su padre. Toco suavemente a la puerta de su padre y oyó la voz de su padre que la invitaba a pasar.

-Buenos días, padre. Me preguntaba si has visto el nuevo libro de Historia natural-

-Oh si, por aquí lo tengo, dame un segundo, lo termine hace unos días, pero por una cosa y otra no eh tenido tiempo de regresarlo a la Biblioteca. Aquí lo tienes. - dijo su padre mientras le entregaba un libro con pasta azul. -

-Gracias papa- agradeció Madelyn mientras tomaba su libro y abrazaba a su padre- ¿Seguro que todos estarán bien?

-Seguro, ve y disfrútalo, pero no tanto que nos olvides-

-Lo prometo-

- No había tenido tiempo ni ocasión de decirte esto, pero sobre todo recuerda que aquí siempre tendrás una familia y una casa. Cuentas con una renta anual de cuatro mil libras por parte de tu madre y cinco mil de parte mía como bien sabes y podrías vivir plenamente con eso sin depender de nadie en un futuro, pero en caso de que se presenten otra situación asegúrate de encontrar a alguien digno de tu aprecio y tiempo. Suficiente edad y madurez tienes para discernir y conducirte. Y en tus manos está el poder de decidir. Te amo hija mía y en mí siempre encontraras un aliado y protector- termino su padre secándose una lagrima y mirándola con ternura.

-Gracias papa, prometo no defraudarte- aseguro Madelyn de todo corazón.

-Antes de que lo olvide, creo que eh guardado esto por mucho tiempo - prosiguió lord William buscando en uno de los cajones de su escritorio. Madelyn recibió un precioso joyero de Madera con la letra M grabada en la tapa.

-Oh papa es hermoso- exclamó.

-Tu madre lo mando hacer la última vez que fuimos a Londres especialmente para ti, ella pensaba dártelo en una ocasión especial, pero a los dos meses cayó enferma y pues...-termino en voz entrecortada.

-Lo adoro -susurro Madelyn acariciando cada uno de sus bordes.

-Tu madre me lo confió para dártelo en el momento oportuno y creo que este es perfecto. Está lleno de cajoncitos secretos y todo eso que os gusta a vosotras-

-Gracias papá no sabes cuánto significa para mí - pronuncio Madleyn mientras se secaba una cuantas lagrimas silenciosas de sus mejillas y volteándose hacia la puerta al oir el ruido de que alguien tocaba.

-Lamento interrumpir - se disculpó el señor Rusek entrando en el estudio- pero lord Edward, Lady Elionor y lady Anne os esperan en el vestíbulo.

-Muchas gracias, enseguida vamos hacia allá - respondió Madelyn recogiendo el libro, el regalo de su madre y salía junto con su padre.

El viaje de dos días hacia Londres transcurrió sin ninguna novedad.




Cartas de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora