Capitulo 1

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<<Hijo mío, si tratas de servir al Señor, prepárate para la prueba.
Fortalece tu voluntad y sé valiente, para no acobardarte cuando llegue la calamidad.>>
Eclesiástico 2.1-2

Tres meses después

Después de aquel episodio en la sacristía con el obispo Maximiliano se había quedado pensando en muchas cosas, tal vez si debería hacerle caso al obispo, así tendría forma de arreglar su situación económica y familiar.

Ese día en especial después de una pelea con su familia le rondaba más la propuesta, tal vez debió ceder esa vez a las intenciones del obispo, no estaría tan mal no?.

Iba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta en que momento sus pies lo llevaron a la iglesia, hasta que la voz del padre lo saco de sus pensamientos.

—Max, buenos días, que te trae por aquí?.

—Padre Santiago, buenos días, solo estaba pensando y llegué aquí.

—Si me quieres ayudar?.

El joven solo asintió y se pusieron a limpiar y pulir los bancos hasta que el padre de acordó de algo.

—Max, al fin quieres seguir con tu sueño de ser sacerdote? —pregunto algo curioso, ya que desde hacía más o menos 3 meses el muchacho no había vuelto a hablar de ese tema y había cambiado su forma de ser.

—Si padre, por qué?.

—Es que el obispo me pidió que le comentará si habían más vocaciones en este pueblo, así poder realizar una cita con la familia del postulante o con el propio postulante. —en cuanto termino de decir esto se asustó ya que al joven se le fueron los colores —Max, estás bien?.

—S-si padre, usted tiene una forma de hablar con el obispo, usted sabe padre es para poder hacer la cita más rápido, ya que el tiempo es un factor importante —dijo este en forma de disculpa.

—Si, pero si te doy el número de la oficina no se lo puedes dar a nadie si?.

El joven asintió y el cura se fue para buscar un papel y un lápiz, al cabo de un rato llegó y le tendió el papel con el número.

>>Max, confío el ti, aquí está.

El joven tomo el papel, se despidió y salió a buscar un teléfono para llamar.

Llegó a un lugar y pidió un móvil, salió y marcó el número algo ansioso, sonó varias veces pero no contestaban, hasta que por fin sonó como levantaban el teléfono al otro lado.

—Oficina del padre José, buenos días —contesto una mujer que por el tono de voz debía ser muy adulta.

—Buenos días, señora quisiera hablar con el padre José —contesto algo ansioso y mordiéndose las uñas.

—Disculpe, con quién hablo y quien le dio el número?.

—Habla con Maximiliano, soy del pueblo San Roque, el padre Santiago me dio el número para hablar con el señor obispo para arreglar una cita ya que me quiero postular para ingresar al seminario.

All Of A DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora