Kuji siguió golpeando al hombre del gran traje, pero ahora en sus puntos débiles, que como en los trajes de los que ya sabía, estaban expuestos, pues eso nunca lo pudieron solucionar. Pronto, su oponente se comenzaba a mover con dificultad, hasta que cayó como una roca enorme arriba de Kuji. Uno de sus pulmones había sido herido, y respiraba con dificultad, mientras que el otro hombre estaba desmayado. Traful estaba abrazando a Zoe, quien acababa de salir de su encierro, hasta que advirtió el mal estado de Kuji, y ambos fueron hacia él. Kúa sólo se limitó a mirar.
- ¡Kuji!
- Traful, vete por favor... No puedes hacer nada por mí... Tan sólo recuerda los puntos golpeados en el traje, son la debilidad de éstos.
- ¿Cómo lo sabías?
- ¿Qué cosa?
- Los puntos débiles...
- Tan sólo un poco de experiencia...
En ese momento, Kuji golpea el suelo con sus últimas fuerzas, y todo comienza a desmoronarse.
- Huye que el edificio se cae...- Eso fue lo último que Traful escuchó de Kuji.
Una vez afuera, Kúa se despidió diciendo que no podía seguir ayudándolos en su viaje. Eso le hizo pensar a Traful. Llegó a la conclusión de que no sabía dónde estaban.
- Traful, ya sé cuál es la tercer razón para vivir.- Dijo Zoe, sonriendo.
- ¿Ah sí? ¿Cuál es?
- La sabiduría, porque si ese hombre no hubiera sabido descifrar el código para que yo salga, seguiría ahí dentro...
- Tienes razón...- Traful pudo emitir algo bueno dentro de la desesperación: Una sonrisa.- Oye, Zoe, ¿Sabes en dónde estamos?
- Puedo ubicarme desde el laboratorio en el que estuvimos en primer lugar... Pero no sé cómo volver...
- Yo conozco el camino a la biblioteca, o lo que queda de ella. Desde ahí volveremos al primer laboratorio ¿Está bien?
- Perfecto. En el primer laboratorio emprenderemos el camino hacia el puente.
Entonces, ambos volvieron por donde habían venido, y Zoe tomó la mano de Traful, apoyando su cabeza en el hombro del muchacho. El sueño estaba a punto de dominarlos, pues ya era muy de noche. Sin embargo, siguieron tranquilamente su camino. Pasaron por los laboratorios, y cuando el sol comenzaba a salir, decidieron descansar. Se durmieron uno al lado del otro por varias horas. Al momento de despertar, decidieron pedir que los lleven a un lado de la carretera. Un camionero charlatán se detiene, y los lleva. Se la pasó todo el viaje hablando con Traful. El pobre joven no entendía una palabra de lo que le decía, pues estaba muy distraído.
- Y entonces ¿Qué hacían los dos parados a un lado de la carretera?
- Ehh, ehh...- Traful apenas pudo escuchar, pero se dignó a responder.- Es que tengo que mostrarle a ella cinco razones por las que no debe morir.
- Y ¿Por qué?
- Porque el otro día, la encontré en un puente, apunto de tirarse de éste. Entonces, decidí que tenía que hacer algo...- Zoe estaba dormida al lado suyo.
- Increíble, amigo. Te contaré algo similar, resulta que una vez estaba con una chica, y...
El camionero siguió hablando y hablando, y Traful sólo decía: "Ajam, ajam...". El camino se había vuelto terriblemente denso, y Traful ya quería irse. Pocos metros de haber pasado el primer laboratorio, ambos decidieron bajarse. Dieron las gracias, y saludaron al camionero.
- No lo soportaba...- Dijo Traful.
- Yo me dormí del aburrimiento, jaja.- Se empezó a reír, y pronto él también.
Cuando acabaron de reírse, se vieron a los ojos, e involuntariamente se acercaron. Pronto ya estaban besándose, pero no duró mucho, pues se sonrojaron, y alejaron otra vez.
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Cinco razones para vivir
Abenteuer"-Si no intentas hacerte daño otra vez... Yo prometo que... ¡Te enseñaré el valor de la vida! ¡Te daré cinco razones para vivir! - ¿Y qué si lo intento otra vez? -Pues... Haré todo lo que esté a mi alcance para detenerte.-Ahora, una sonrisa confiada...