Capítulo 10

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Kian

Estaba jodido, cabreado como la mierda y necesitaba tranquilidad y estar a solas sin nadie me molestara. Así que, me piré de la fiesta dejando a todos colgados y fui al lago del parque.
Son pocas veces las que suelo ir, no suelo ir constante, solamente en momentos que estoy cabreado y quiero tranquilizarme. Por las madrugadas es cuando voy, no hay nadie, está todo en silencio y estás a tú rollo.
Pocas veces son las que he visto a alguien a esas horas, quizá a alguien paseando al perro o alguien dando un paseo. Pero pocas veces.
No siempre voy allí, a veces voy a la playa y otras tantas, me voy con el coche sin rumbo fijo.

Y me sorprendió que a las tres de la madrugada, alguien aparte de mi, estuviera allí y estuviera cerca de donde yo estaba.
Cuando llegué juré no ver a nadie cerca, no me esperaba a nadie. Ni mucho menos verla a ella.
Me quedé extrañado, hacía semanas que no la veía y aunque me la suda, me sorprendió porque últimamente estábamos coincidiendo bastante, como si la vida se estuviera encoñando en ponernos en el mismo camino a propósito.

Estaba enfadado y por lo que pude notar, ella también.
Jamás la he visto aquí y si alguna vez lo he hecho, ha sido sin fijarme ni darme cuenta. Normalmente cuando voy, voy a mi bola centrado en el lío que hay en mi cabeza y sin pensar en nadie más que en mi en ese momento.
Pero ayer fue diferente, ayer apareció ella y me olvidé unos minutos de qué estaba haciendo ahí. De a qué había ido.
Sentí una sensación rara, ya han sido dos o tres veces las que había coincidido con ellas en otras circunstancias pero sentía como si ya le conociera de antes. Tal vez de otra vida, tal vez de haber compartido con ella algo en un pasado y no recordarlo. Ni puta idea.

Pero eso lleva rayándome la puta cabeza desde ayer cuando llegué a casa.

—¿Qué te pasa que hoy estás tan callado?

Salgo de mis pensamientos y vuelvo a la realidad cuando escucho y veo a Theo pasar por el salón mirándome fijamente.
Se deja caer en el sofá con dos latas de cerveza en su mano, una me la tira y la agarro justo en el aire.
Me reincorporo en el sofá y abro la chapa de la lata y en seguida le doy un trago.

Me encojo de hombros como respuesta.

—Nada. Oye, ¿conoces a una que se llama Erica?
–pregunto sin pensarlo y le miro de reojo.

—¿Erica? Hay muchas tio, si no específicas no sé de quién me hablas.

—Una chica con medio pelo rubio, con tatuajes. La camarera que trabaja en el pub que fuimos hace unas semanas.

Theo se queda pensando mirando hacia algún punto fijo, hasta que parece acordarse y asiente con la cabeza. Antes de hablar da un trago a la cerveza.

—Creo que se quién dices. Es amiga de Miles, la conozco pero no personalmente. ¿Qué pasa con ella?

—Las pocas veces que hemos coincidido siento que la conozco de algo. No sé por qué.

—Bueno, ella ha estado metida en cosas "turbias". Estuvo en las carreras ilegales, aunque creo que no participaba. También en bastantes fiestas, en varios líos... tal vez sea de eso.

Ahora que lo dice, puede ser eso.
Tal vez en algún momento le haya visto o haya coincidido con ella en algún momento del pasado, aunque es un poco raro, no me suena de haberla visto.

Ni si quiera sé por qué me estoy rayando tanto con este tema. No me importa nada, no me importa si le conozco de antes y no sé por qué le estoy dando tanta importancia.

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