Capítulo 13.

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— ¿O sea es así de fácil? —Pregunto Hayden su estudiante mirando de su cuaderno a él—Pensaba que era imposible pero tú lo explicaste muy fácil

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— ¿O sea es así de fácil? —Pregunto Hayden su estudiante mirando de su cuaderno a él—Pensaba que era imposible pero tú lo explicaste muy fácil.

—Bueno sí, es bastante básico. Es solo prestar atención—le dijo Simon mirando al chico con la camiseta del equipo de futbol americano. Hayden era ese tipo de chico temperamental, decía cosas sin pensar y hacia otras de igual manera, como dejar el equipo por las matemáticas.

Quizás sería algo que Timothy hubiese hecho sin Simon para salvarlo en la escuela, pero nunca sucedió. Tampoco sucedería ahora ya que él estaba allí para ayudar.

—¿Hablaste con el entrenador? —pregunto el profesor.

—No, se supone que tenemos entrenamiento luego de la escuela. Iré a hablar con él, espero me deje estar nuevamente en el equipo—comento y la campana sonó. Seguido empezó a recoger todos sus útiles—. En serio gracias por ayudarme profesor, no sabe cuánto significa esto para mí, prometo estar temprano mañana sábado.

—No te preocupes, para eso estoy después de todo— a pesar de que Simon no era su profesor de matemáticas, los últimos días había estado reforzando algunos temas con el chico cuando sus horas libre de alguna manera daban con espacios de receso escolar.

Se levantó rápidamente de la mesa y salió pitado gritando "hasta mañana" del salón. Simon recogió sus cosas también y salió del lugar. Para él era ya su hora de salida. Por alguna razón los viernes salía mucho más temprano pues no tenía clases las últimas horas del día, dio un recorrido largo por los corredores y termino en la sala de profesores.

Al llegar se encontraban varios chistando y otros viendo noticias en el televisor. Simon siempre fue un hombre de muchos amigos, el pelinegro era un don juan si de chicas se trataba y ni hablar de hacer relación con otros. Pero últimamente eso de las relaciones no se le daban, llevaba que si dos semanas ya en el colegio y lo único que había cruzado de palabras con sus colegas eran presentaciones muy formales.

Tampoco era un hombre que le gustara perder tiempo cuando de trabajo se trataba, nunca lo fue, por lo que no se acostumbraba mucho al hecho de quedarse chistando en el lugar cuando podía estar haciendo otras cosas como planear clases o ayudar a los chicos o mejor aún, leer un libro.

Guardo algunas de sus cosas en uno de los lockers del lugar y luego reviso su reloj. Podía irse a su casa en ese momento pero sabía que al llegar no encontraría a Milena, esta le había avisado que saldría con Verónica por la mañana, así que no se chisto un poco en irse a casa en seguida y su cita con su psicólogo no era sino hasta las dos de la tarde, así que irse de una buena vez a casa no era la mejor opción, por lo que opto por revisar dentro de su bolso a ver que libros encontraba.

No es que tuviera su bolso lleno de libros, pero siempre cargaba un ejemplar de algo sin leer o en ocasiones estaba ese libro que comúnmente se lee por pedazos. En este caso encontró el libro rebeldes que había pedido, el cual le había recomendado su estudiante.

ARRIÉSGATE CONMIGO | LIBRO #3 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora