Capitulo 2

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— ¿Qué? –grite desechando agresivamente el brazo de Niall que se posaba suavemente en mi cintura.

Y aunque me gustase gritarle muchas cosas más que un simple “Que”, el logro taparlo con una toz forzada. Niall escandalizo una mano en su pecho y a su vez otra en mi brazo derecho. Mi rostro de intolerancia abalanzó el aire del lugar, no dejaría que Niall hágase conmigo lo que él quiera sin consultarme.

—Alina, ¿Quieres acompañarme a la cocina? –volvió a toser forzadamente lo que irrito aun mas mi interior. Estaba en el punto previo a gritarle barbaridades en cuanto me arrastro directo hacia el lugar justo a veinte pasos lejos de la entrada principal.

— ¿Qué cojones te sucede? –grite en cuanto cerró la puerta.

— ¿Quieres dejar de gritar? –susurro empujándome hacia atrás, lejos de la puerta donde pudiese salir con facilidad.

—Dadme ya mismo una maldita explicación de la escena que has hecho en la entrada –señale directo a la puerta y el suspiro.

—Fingirás ser mi novia –encendió el agua del taburete y relleno un vaso repleto del liquido absorbiéndolo a su boca.

— ¿Te has vuelto malditamente loco?

—No he sido yo mismo el de la idea –cerro la canilla no sin antes mojar sus manos con agua y llevarlas directo hacia su cabello –será solo por unas semanas, luego fingiremos que lo nuestro a acabado, ya sabes –agrego sin restarle importancia.

—Y así mismo tu familia me odiara –concluye tomando el primer recipiente que mis manos lograron alcanzar y lo desaboné directo al cuerpo del jodido hermano de mi amiga–buena idea, no lo hare –comencé abriendo la puerta de la cocina y Niall cerró sus ojos.

—Alina, solo has por primera vez algo bueno por mi –rogo apoyado contra el taburete de la cocina.

— ¿Y qué hay de mi? –pregunte desvenando furia –no ganare nada con esto, solo tú te favoreces.

—De acuerdo –mordió sus labios impasible –en cuanto lleguemos a Londres pagare el alquiler de un apartamento para ti.

—Sigues favoreciéndote a ti mismo, tú también quieres que me vaya de tu hogar.

—Rentare un apartamento y pagare un viaje para ti, el destino que tú quieras.

Lo observe largos segundos. En realidad, comenzando con la idea que el pagara la renta de mi apartamento empezaba convenciéndome, con tan solo dejar de ver su rostro todas las mañanas quizás sería un buen negocio. Pero el viaje a cualquier destino que eligiera realmente había terminado de convencer mi interior, esta oportunidad no se daba todos los días.

Tan solo debía fingir, decirnos cosas absurdas que cualquier novia le dice a su pareja normalmente y tan solo cuando se encontrase Ámbar espiando por ahí y acabaremos con esta falsa relación al pasar de unas semanas. Cuando quisiera acordarme estaré en mi propio hogar previo a subirme a un avión lejos de Londres.

—De acuerdo –suspire pesadamente, declarando estas vacaciones  un inmenso infierno –pero no me toques, no me mires, o siquiera respires cerca mío si Ámbar no se encuentra cerca nuestro, solo fingiremos en su presencia ¿Has entendido?

—Debería ser yo quien tendría que darte ordenes a ti –pronuncio despegándose del taburete –me seguirás la corriente, harás lo que yo haga y también lo que te pida, ¿Has escuchado zorrita? –imito de mi como si de una puta se tratara, le pegaría si no estuviese tan lejos.

—Dime zorra de nuevo y olvidare el acuerdo que hemos hecho minutos antes –salí de la gigantesca cocina con su mirada penetrante y sonrisa cínica clavada tras mi espalda. 

El odioso hermano de mi amiga |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora