Llevamos todo el día caminando, yo no tengo problema en caminar durante horas pero los hobbits tienen las piernas cortas y necesitan descansar.
Decidimos pararnos para dormir al ponerse el sol, aunque la mayoría podemos aguantar más agradecemos el descanso. Encendemos una hoguera y nos sentamos alrededor. Ellos hablan un rato mientras que yo escucho en silencio.
Se hace tarde y estamos cansados así que no tarda en salir la cuestión por la que hemos retrasado tanto la hora de acostarnos:
-¿Como haremos las guardias a partir de ahora? -pregunta Merry con esa inocencia y corisidad que impregna las voces de los habitantes de la Comarca.
Todos dirigen su mirada hacia mi durante menos de un segundo, la apartan tan rápido que cualquier otro no se habría dado cuenta pero yo que he pasado largas noches con la oscuridad como única aliada y sintiendo las miradas de todos los pequeños seres que me observan desde las sombras, las siento como alfileres clavandose en mi piel. No confian en mí, como es de esperar, una cosa es que me permitan acompañarles y otra que se arriesguen a que les corte el cuello mientras duermen.
Yo sabía que no se fiarian de mi tan fácilmente, serían unos necios de hacerlo, y sin embargo no puedo evitar sentirme un poco dolida. Siempre se me ha dado bien ocultar mis emocines pero soy incapaz de sostenerles la mirada así que bajo la cabeza y miro al suelo con nerviosismo.
- Yo montaré guardia con ella -dice una hermosa voz de elfo que corta el silencio.
- ¿Estas seguro? -pregunta Gandalf dudando.
- Si -dice Legolas como si fuera obvio- ya hacíamos las guardias juntos antes de que vosotros supierais que estaba siguiendonos, solo que entonces ella vigilaba desde un árbol con un cuchillo en la mano.
-Está bien, haréis la primera guardia -dice Aragorn- la siguiente la haremos Gimli y yo.
-Perfecto -dice Pippin- creo que ya es hora de irnos a dormir.
Todo se tumban excepto Legolas y yo que nos quedamos de espaldas el uno al otro en el silencio en el que estamos acostumbrados a vigilar.
Me aseguro de que no está mirando y cojo sin hacer ruido la mochila que siempre llevo conmigo y saco disimuladamente el objeto más grande que tiene para confirmar que no ha sufrido daños durante el ataque. Antes de que termine de sacarlo oigo el casi inaudible sonido del viento entre los árboles seguido de un voz en mi oido.
- ¿Que es? - pregunta Legolas observando con curiosidad justo antes de que yo lo vuelva a meter en el saco y le impida verlo dándome la vuelta protegiéndolo con el cuerpo. Respiro con dificultad, está tan cerca que siento su aliento en mi cara- Te veía sacar ese objeto todas las noches pero nunca llegué a distinguir que era.
- No es asunto tuyo -digo poniendo las manos entre nosotros y empujandole hacia atrás.
-¿Acaso la dura chica de los bosques tiene un diario? -pregunta en tono burlón.
-¿Y acaso eso importa al principe presuntuoso? -digo cortante.
- No entiendo porqué me consideras tan superficial -dice acercandose a mi de nuevo lo suficiente para hacerme temblar. Sin que me dé cuenta pasa una mano por detrás de mi y coje el objeto. Salta la fogata antes de que pueda impedirlo y lo mira sorprendido- ¿Un cuaderno de dibujo? No sabía que dibujaras.
-Sí -respondo avergonzada- pero es personal por favor devuélvemelo.
- Está bien, pero con una condición -dice sonriendo.
- ¿Cuál? -pregunto intentando esconder mi rubor sin mucho éxito.
-Que me des una oportunidad para poder ganarme tu confianza -dice decidido.
-¿Qué? - pregunto confundida.
- ¿ Crees que no me he fijado en como miras a la gente? Los miras como esperando a que te traicionen. Supongo que tendrás tus razones para tener esos muros que has construido y lo respeto, solo te pido que me dejes ganarme tu confianza.
Lo miro perpleja ¿Tan pronto se ha dado cuenta? No sé que hacer miro mi cuaderno en su mano y sus grandes y profondos ojos azules, luego miro al suelo y digo:
-Está bien.
-¿Como se que lo harás? -pregunta inseguro.
- Y luego soy yo la desconfiada -digo con una temblorosa sonrisa en los labios, nerviosa porque el ojeto con el que negocia Legolas es más valioso para mi de lo que él cree. Subo la cabeza y él me mira a los ojos muy serio así que digo a regañadientes:
-Te doy mi palabra -Sé que él ve la sinceridad en mis ojos porque me entrega el cuaderno. En cuanto cae en mis manos lo estrecho contra mi pecho con fuerza.
-Ya es hora de despertar a Gimli y a Aragorn - dice él.
Los despertamos y nos disponrmos a acostarnos. Yo me siento al pie de un árbol y me tapo con mis mantas. Estoy tan cansada que no puedo evitar quedarme dormida a los pocos segundos de echarme las mantas, justo antes de empezar a soñar las siento cayendo y un frío terrible invadiendo mi cuerpo. Me pongo a temblar pero enseguida siento como si alguien volviera a echarme encima las mantas y oigo que alguien me susurra dos simples palabras:
-Buenas noches.
Yo segura de que es parte de mi sueño sonrío un poco sin abrir los ojos y susurro otro "buenas noches" justo antes de perderme en la oscuridad de los sueños.
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Hola!! Espero que os haya gustado, siento no haber podido escribir antes pero he tenido muchas cosas en la cabeza.
Gracias a @ConsueloSeguradaFons por su comentario en el capítulo anterior. Nadie me ha escrito nada sobre la edad de Géminis pero aún podeis hacerlo en los comentarios, quiero leer vestras teorías enrevesadas, a quién se acerque se lo diré.
Un beso y gracias por leer.
Xao ;-p
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Géminis, un nuevo comienzo- fanfict
Fiksi PenggemarGéminis vive en las tierras salvajes, ella siempre estuvo decidida a salvar el mundo y a demostrar lo que vale. Siempre prestó atención a las leyendas, especialmente a las de los anillos de poder y cuando se entera de que el anillo unico ha sido des...