Un cruel pero necesario inicio

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CAPITULO 1 [ UN CRUEL PERO NECESARIO INICIO ]
Todo empezó ese día. En ese mismo instante en que mi tia me dijo lo que había pasado, mi alma se rompió en pedazos.
- Alex, tu madre... tu madre ha sido asesinada- dijo mi tia entre sollozos y llantos.
-¿Qué? Tia, no bromees, ¡con esas cosas no se juega!- exclamé- Una cosa es que lleve tres años sin querer saber nada de ella, pero yo nunca le desearía la muerte a mi madre.
-Joder Alex cariño, te estoy diciendo la verdad. Sabes que la tia nunca jugaría con algo así.- explicó mi tia refiriéndose a ella en tercera persona (algo que solía hacer muy a menudo).
-¡No puede ser!- grité envuelto en un mar de lágrimas- Pero, ¿quién ha podido hacer algo así? y ¿por qué?- empecé a cuestionarme en busca de respuestas.
No entendía nada. Estaba confuso, profundamente jodido. De pronto comencé a sentirme mal conmigo mismo. Era mi conciencia, recriminándome el pasotismo con el que había abordado la existencia de mi madre años atrás hasta la fecha de su muerte: 7 de Abril de 2015. El día de mi vigésimo primer cumpleaños. Si me hubieran preguntado qué quería de regalo minutos antes de saber aquello, probablemente habría pedido el nuevo Iphone 6 (me chiflaba ese aparato). Solo pensarlo ahora hace que me sienta la peor persona del mundo. Es curioso como la pérdida de un familiar puede alterar tu vida tan drásticamente, sobretodo cuando ésta se produce el dia en el que se supone que debes celebrar un año más de vida.
-Alex, ¿te encuentras bien?- preguntó mi tía sacándome del trance en el que me había quedado sin darse cuenta de lo realmente estúpida que había sido esa pregunta.
¿Cómo se supone que me debo sentir cuando me acabo de enterar de que mi madre ha sido asesinada?
Preferí contestarle con un simple No.
-Sé que esto es muy duro para ti, es tu madre, se que la quieres mucho a pesar de todo. Para mi tambien es muy duro encajar esta noticia. Es mi hermana, bueno, era mi hermana -dijo rompiendo a llorar- Pero ahora lo que tenemos que hacer es encontrar a quien ha hecho esto.
En cuestión de media hora nos encontrábamos en el lugar del crimen. ¿Alguien ha visto CSI? Pues ese lugar era como aquellos tantos escenarios que vemos en cada capítulo de la famosa serie de televisión. Rodeado por un largo cordón policial que limitaba el acceso, lleno de gente especializada que lidia con estos sucesos día tras día como la policía científica, criminólogos, etc. Había también un hombre que se dedicaba a hacerle fotos a mi madre (en realidad, las fotos se las hacía al cuerpo de mi madre. Una vez muerto el cuerpo, se supone que el alma se desprende de éste y ya ese conjunto llamado persona deja de existir. O eso es lo que nos enseñan).
¡Un momento! Hay algo aquí que no encaja -pensé- No hay rastro de sangre por ninguna parte, ni siquiera podía ver un rasguño en el cuerpo muerto de mi madre. ¿Qué había pasado? Estaba ansioso por saber cómo ese hijo de puta que andaba suelto había acabado con la vida de mi madre.
Hice el intento de colarme dentro de la escena del crimen traspasando el cordón policial pero uno de los gorilas (llamados guardias de seguridad) se me abalanzó obstruyéndome el paso.
-¡Quita de encima gordo!-grité- Tengo derecho a ver a mi madre. No hubo manera de colarme a aquel sitio. Intentaron tranquilizarme explicándome que no era conveniente que me involucrara en la escena del crimen ya que corría el riesgo de que aquella experiencia tuviera en mi un efecto traumático. Bla bla bla, cuentos de psicólogos y esas cosas.
Decidí esperar junto a mi tía a que la policía me explicara cómo mataron a mi madre. Nos encontrábamos en una cafeteria cercana, a la espera de que acabara la recogida de muestras en la escena del crimen. Al cabo de dos horas y media un agente de policía vino a buscarnos.
-Me temo que no hemos podido averiguar la causa de la muerte de la víctima. Vamos a proceder a realizar un análisis exhaustivo en el laboratorio -sentenció el agente
-¿Se refiere a una autopsia, señor agente? -pregunté
-Si, claro... -respondió dubitativo- Cuando determinemos el estado del cuerpo contactaremos con ustedes.
Minutos después no había rastro de aquellos profesionales de la materia muerta. Casi fue como si tuvieran prisa por ir a algún sitio.

Después del largo y trágico día de mi vigésimo primer cumpleaños, mi tía y yo nos dispusimos a coger un bus con tal de llegar a casa y poder descansar y digerir el cambio que suponía la muerte de Yolanda. Realmente necesitábamos descansar, la muerte de mi madre sólo había hecho que desencadenar un conjunto de acontecimientos que cambiarían nuestras simples vidas por completo.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2014 ⏰

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