Corremos tan rápido como podemos para llegar al edificio más alto que podemos ver, sabemos que vamos por el camino correcto pues no hay ninguna otra construcción de semejante altura que nos impida ver hasta dónde sube. No nos hemos topado ya con otros miembros de la Elite que quieran bloquearnos el paso, pero eso no es indicativo de que podamos detenernos. Si bajamos siquiera un poco la velocidad, estaríamos condenados.
Llegamos finalmente al callejón donde podemos ver la puerta de servicio que Jackie nos indicó. Diamond se adelanta para revisar que el sitio sea seguro y nosotros nos detenemos detrás de un contenedor de basura. ¿Hasta cuándo será necesario seguir ocultándonos en sitios asquerosos y que huelen tan mal?
— ¡El sitio está limpio! —indica Diamond tras destruir las cámaras de seguridad que alcanza a ver.
—Cuando se den cuenta de que las cámaras de seguridad han dejado de funcionar, vendrán a ver lo que ocurre —dice James—. Tenemos el tiempo contado, hay que darnos prisa.
—Jackie dijo que debíamos entrar por un ducto de ventilación, ¿no es así? —le pregunto.
— ¿Un conducto como ese?
Diamond señala la rejilla con una sacudida de la cabeza. Es lo suficientemente grande como para que podamos entrar por ahí, pero lo suficientemente pequeña como para que tengamos que ir arrastrándonos por el suelo.
James y Diamond se deshacen de la rejilla para a base de tirones y resplandores de luz que botan los tornillos de su sitio. Acto seguido, James me da un leve empujón para hacerme apretar el paso. Sin embargo, Diamond es el primero en pasar por el túnel. Él es tan pequeño que no tiene problemas para entrar y avanzar dentro. Cuando llega mi turno, no tengo problemas para entrar. Y aún así, debo impulsarme con la ayuda de mis brazos pues gracias al tamaño del ducto la parte inferior de mi cuerpo se vuelve inservible. James avanza detrás de mí, para él es un poco más difícil arrastrarse por el ducto pues su cuerpo es un poco más grande que el mío.
— ¿Cómo se supone que llegaremos al lugar donde ese sujeto se oculta? —pregunta Diamond en un susurro.
No estoy segura de que debamos hablar estando aquí, quizá nuestra voz termine por propagarse a través de las rendijas de ventilación. Y aún así, James le responde.
—Me parece que sólo hemos usado este conducto para entrar en el edificio sin ser vistos, en algún punto tiene que haber otra rejilla que nos permita salir de aquí. Así podremos…
—No lo digas —intervengo—. Si alguien nos está escuchando, se enterarían de todo el plan.
—Escucho algo, guarden silencio.
Diamond avanza un metro más hacia el frente y se detiene frente a la que parece ser la rejilla que estábamos buscando. Está ubicada en el lado izquierdo del túnel, así que nos será muy difícil salir de aquí. Las orejas de Diamond dan una sacudida cuando esa voz se escucha fuera del túnel.
—Deberíamos decírselo al Jefe —dice uno de ellos.
— ¿Y qué pretendes decirle? —responde otro.
—Nos matará si no se lo informamos.
—Él sabe que Perla Cobby y sus amigos están aquí, ¿quieres ir y decirle algo que ya sabe?
—Me refiero al asunto de las cámaras de… ¿Acaso esa es Jackie Roosevelt?
¿Qué está pasando ahí fuera?
—Serás imbécil —responde un tercer sujeto—. Jackie Nos ha traicionado, eso todo el mundo lo sabe.
—Es una lástima, Jackie tenía potencial.
—Me pregunto qué hará con ella el Jefe cuando le ponga las manos encima.
—Yo sólo espero que nos permita jugar con ella cuando ya haya sido castigada.
Ríen a carcajadas.
¿De qué diablos hablan? ¿A qué se refieren con jugar con Jackie?
—Oye, ¿qué es eso?
Diamond corre hacia nosotros y se oculta entre mis brazos cuando la voz de ese hombre anuncia que nos ha descubierto. Intento cubrirlo, pero inmediatamente se desata el caos.
—Ven aquí, pequeña zorra.
La rejilla se abre y una mano entra por el ducto de ventilación. Intento alejarme, pero lo único que consigo es golpear el rostro de James con mis pies. La breve confusión ayuda a que el hombre pueda tomarme por los cabellos y tira con fuerza hasta que siento brotar un par de gotas de sangre.
— ¡¡Suélteme!!
Pero no lo hace. Tira de mí hasta que consigue sacarme por el ducto y me lanza con fuerza al suelo. Inmediatamente, otro de ellos me toma por los hombros para obligarme a levantarme. Los veo acercarse demasiado a mí y mi primera reacción es buscar a tientas algo detrás de mí. Lo único que mis manos consiguen tomar a tientas es el teclado de un computador que reposa sobre la mesa que tengo detrás. Aplicando toda la fuerza de la que soy capaz, golpeo las cabezas de esos sujetos con el teclado. Una y otra vez, hasta que las teclas botan al suelo y los sujetos caen un poco aturdidos. Diamond sale entonces por el conducto y se encarga de rematarlos, lanzándoles los destellos de luz que salen de sus dos colas.
— ¡Perla!
James consigue salir por el túnel y se acerca a mí a toda velocidad. Me envuelve en un fuerte abrazo, me cuesta reaccionar ante ese gesto pues la impresión del ataque de esos hombres ha bastado para que no pueda siquiera moverme.
—Estoy bien —musito, a pesar de que mi cuero cabelludo lanza punzadas de dolor.
James asiente y se separa de mí para echar el cerrojo a la puerta de esta habitación. Sólo en ese momento nos percatamos de dónde estamos. Es un lugar inmenso, de color blanco, con pantallas hasta donde alcanza la vista.
Creo que este es el centro de comando, esas pantallas muestran lo que todas las cámaras de seguridad están grabando en este preciso momento.
— ¡Miren eso!
Diamond salta para señalar una de las pantallas, donde lo que está transmitiendo logra hacer que nuestra sangre se congele.
Se trata de Liz luchando a la par de sus Pokemon y David, mi hermano, está siendo sometido por cuatro miembros de la Elite.
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Pokemon V: La Batalla Contra la Elite
Fanfiction¿Por qué tuve que ver los ojos de Skyler antes de morir? Él lo dijo, Él lo repitió mil veces. Él me advirtió que si veo los ojos de alguien antes de darle muerte, esa última mirada me perseguiría el resto de mi vida. Y los ojos azules de Skyler no m...