Arya jamás lloró, ni siquiera en ese momento que se alimentaban a base de pan duro que encontraban tirado por el pueblo; lucían como dos campesinos sin hogar aunque eso en parte los ayudaba para mezclarse con la gente y no ser reconocidos por los guardias no era agradable.
La loba no llamó la atención, se veía como un niño sucio, pero Jon siempre fue el centro de los ojos de algunos caballeros que iban y venían por las calles, no tardaron en ofrecerle noches de hospedaje, comida o unos cuantos dragones de oro por quedarse con ellos una noche, el norteño siempre miraba a su hermanita antes, tentado en responder que si, por muy poco que valiera la pena rebajarse hasta ese punto siempre podría sentirse mejor al recordar que fue para apoyar a la niña.
Esa noche sentía todo tipo de tensión por el cuerpo, era como si sus instintos supieran algo que su mente no. La sensación era desagradable, todo hormigueaba y no podía re acomodarse porque estaban en un callejón tan pequeño que debían dormir uno encima del otro. Cerró los ojos en un intento de conciliar el sueño, pero no pudo dormir, así que no le quedó más remedio que permanecer despierto.
En su pecho, sentía la cabeza de la menor moviéndose en busca de comodidad, rápidamente colocó una de sus manos sobre el cabello de ésta y empezó a acariciarlo, quería sonreír de nuevo, decirle que todo estaría bien y que pronto estarían en casa de nuevo, pero no quería mentir.
Las horas pasaron tan lento que fue tortuoso, todo en Jon dolía, física y psicológicamente; estaba más que jodido, pero quería mostrar ese lado fuerte y valiente que siempre tuvo pero se vio obligado a esconder.
Para cuando la mañana llegó todo empezó a ir de forma más movida ya que se murmuraban cosas y de una u otra manera, les llegó a los oídos un aviso nefasto.
La niña corrió, corrió lo más rápido que pudo y se alejó de él, intentó seguirla, pero la multitud que se iba formando le detuvo en cuanto pudo reaccionar, todos iban a la misma dirección así que no le quedó de otra más que seguir la corriente.
Aprovechó todo el bullicio para colocar su capa sobre su cabeza, amarrándola para que no se viese parte de su cara, acercarse al lugar del castillo era un peligro que tenía que seguir.
El olor de su hermana estaba impregnado por las calles, cualquiera que pudiese captarlo se daría cuenta que estaba furiosa, dispuesta a asesinar de ser necesario. Ella siempre fue salvaje, nunca le importó lo peligroso que podría ser actuar de esa forma tan irresponsable, era algo que todos los Alfas tenían que aprender poco a poco, eso de cuidar cualquier mínimo detalle en su ser para que jamás los encontrasen en caso de querer esconderse o no dar pistas al huir.
Jon intentaba mantenerse tranquilo, pero sus piernas temblaban y a medida que se acercaban al lugar pudo captar esa corriente que le decía que algo iba mal.
En cuestión de minutos llegaron al lugar de reunión, pudo ver cómo poco a poco se iban formando y cuchicheando entre sí, cuando levantó la mirada lo vió.
Sintió como si su vida se empezase a terminar.Ned estaba arrodillado, atado de piernas y manos, de cara al público que sin pena empezaron a gritarle cosas. Traicionero habían gritado, pero era imposible, su padre era el hombre más honorable que había tocado Poniente. Su padre era bueno, no sabía de qué lo culpaban exactamente, pero sabía que era mentira.
Vio a Sansa, sus mejillas estaban rojas, vestía un largo vestido que le quedaba más que bien. Estaba peinada tan extravagantemente como una mujer sureña, permanecía tan tranquila frente a la tempestad que sintió celos, celos de no poder ser cómo ella; una omega perfecta. Su lobo interior estaba tan asustado.
Buscó captar la mirada de Eddard, cuando ambos ojos se juntaron ambos entraron en un pánico silencioso. No pudo despegar sus ojos de su padre, temiendo por lo peor; estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que Joffrey empezó a hablar, buscó a Robert, pero no se encontraba y fue suficiente para unir los cabos sueltos.
Empezó a buscar a Arya, pero no la vio por ninguna parte, por lo que empezó a seguir su rastro, sin importar empujar a la gente que se metía en su camino.
Poco a poco comenzaba a desesperarse, las fuertes palabras del ahora Rey no paraban de sonar y realmente estaba entrando a un estado de pánico. Respiró profundamente, fue un mal momento voltear hacia dónde todo estaba empezando porque pudo captar ese momento justo en el que Sansa perdió el conocimiento, cayó al piso sin ningún tipo de obstáculo.
"No somos tan tontos como para mostrar debilidad." Dijo el rubio, empujando a su madre mientras todo seguía ocurriendo. El verdugo no esperó un segundo aviso y dejó caer su espada contra la piel del hombre.
El omega lo sintió, sintió ese dolor, sintió como su piel iba desgarrándose rápidamente en un corte limpio, como la sangre comenzó a brotar de todas las venas interrumpidas.
Casi se desmayó, pero no pudo, estaba en peligro si alguno de la guardia lo lograba reconocer.
Luchó lo mejor que pudo con el shock del momento, sus cuerpo apenas reaccionaba y pudo sentir las lágrimas luchar por salir de sus ojos. Quería lanzarse a llorar.
Su omega interior estaba tan asustado, temblaba y pedía ayuda. Tanto que sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, era como si algo se hubiese escapado. Su olor estaba sentenciándolo, las personas que lograban captarlo intentaban acercarse, pero fue rápido y decidió concentrarse lo mejor que pudo en buscar a Arya.
La vio a lo lejos ser detenida, su fragancia desapareció en un callejón y en el piso yacían sus largos mechones de cabello oscuro. Ese color que ningún otro hijo de Stark-Tully tenía y que todos envidiaban.
No supo por qué, pero empezó a correr.
Atravesó las calles avanzando con rapidez, quitaba a las personas de su camino a la fuerza, golpeaba lo que fuese necesario hasta que algo lo detuvo.
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En el norte las cosas iban tranquilas, pero todo cambió drásticamente cuando Lord Stark golpeó todo lo necesario con su espada.
Rompió mesas, sillas, su espada... todo, pero aún más roto estaba su corazón.
No lloró, un Alfa hecho y derecho jamás lloraba, pero Robb era tan solo un jovencito aún, sabía que debía descargarse y no lo hizo. Rechazó amablemente los brazos de su madre porque mostrar debilidad le ocasionaría muchos problemas.
En cambio, sintió algo inundar su pecho, no podría explicarlo aunque quisiese, pero se sentía tan frío como el miedo, el miedo de alguien.
Pensó tan solo un momento y supo con certeza que estaba sintiendo el vacío de Jon.
De su Jon.
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《 Bastard 》 Robb/Jon.
FanfictionÉsta historia es un tanto cliché, como la mayoría ambientadas en éste Universo. Si entras a leer, lo haces bajo tu propio riesgo. ♡ Jon/Robb como pareja principal. ♡ Omegaverse. Omega!Jon Alfa!Robb ADVERTENCIAS ♡ Viol...