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Sienna abrió los ojos y se estiró. Al recordar que día era se levantó rápido y se acercó a la ventana de su cuarto que compartía con sus hermanas. Al ver toda la nieve en la ventana, una sonrisa se formó en su cara "feliz navidad mundo". Al notar que su cuarto estaba vacío y ordenado, ella supo que sus hermanas ya se habían levantado hace rato. Bajó las escaleras y se encontró con todas sus hermanas menos Jo, que seguro todavía seguía dormida. Su hermana tiene la costumbre de quedarse hasta tarde en el ático escribiendo, obviamente, hasta quedarse dormida, y ahí se quedaba toda la noche.

"¡Feliz navidad a todas!" Cada una de las March le contestaron con lo mismo. "Estamos despiertas hace horas, ¿Jo todavía sigue dormida?" Sienna se río "Seguro, debe haberse quedado hasta tarde terminando la obra de hoy, me comentó que tiene veneno". Beth bufó un poco molesta mientras se recostaba en el sillón "¡Es navidad! No quiero que en nuestra obra haya veneno". Sienna se acostó en el piso con una almohada en la cabeza "Navidad no es navidad sin regalos" dijo Amy. Esta navidad habían decidido no obsequiarse regalos entre ellas en honor a todos los que pasaban navidad luchando en la guerra y no recibían nada, tal como su padre.

"Como odio ser pobre" dijo Meg mientras cocía sentada en un sillón. "¿Porque algunas chicas pueden tener de todo y otras no?" Dijo Amy mientras colocaba las guirnaldas. "Me encantaría tener mucho dinero y sirvientes, así no tendría que trabajar ni un solo día más de mi vida" volvió a decir Meg. Jo se puso al lado de su hermana mayor "O podrías ser actriz, ser exitosa, no todas son unas prostitutas". Todas no pudieron evitar soltar alguna que otra carcajada por el comentario. Amy se subió al sillón y abrió los brazos "Yo quiero ser una artista importante y pintar cuadros en París" Beth se sentó al lado de Sienna y se dejó abrazar por su hermana. "Y tu Jo querrás ser una escritora famosa" Sienna le dio un beso en la frente a Beth. "Si, pero suena mucho más egoísta cuando lo dice ella" dijo Jo refiriéndose a su hermana Amy, ellas dos no se estaban llevando muy bien últimamente.

"¿Y cuál es tu sueño Sienna?" Pregunto Meg. Sienna no tenía algo en especial, no sabía que le deparaba el futuro y quería tener las expectativas bajas para cuando la sorprendiera, aunque a veces no se podía permitir no soñar "Yo solo quiero que podamos estar de nuevo todos juntos como familia; Meg, Jo, Amy, Beth, mamá, papá, Hannah y yo felices en esta casa". Amy suspiró "Sienna, la hija perfecta" ella le tiró un almohadón a Amy y así fue como la pelea entre las hermanas comenzó. Hannah, la señora que trabajaba y ayudaba desde siempre en su casa, aunque para ellas ya era familia, entró "Ya se que no les importa lo que yo diga, pero no querrán que su madre las vea así cuando vuelvan".

Todas pararon de pelear, se levantaron y le dieron un beso a Hannah. "Claro que nos importa lo que digas, eres más familia nuestra que la amargada tía March" dijo Jo. A esto todas volvieron a sonreír. "¿Donde esta mamá?" La madre de las chicas no había hecho presencia en lo que iba de la mañana y nadie excepto Hannah había escuchado de ella.

"No lo sé, temprano vino un chiquito a mendigar y su madre salió de prisa a ayudarlos, no ha vuelto desde entonces" Jo bufo "Siempre ayudando a los demás. Cambiando de tema, termine el libreto para la obra, tomen". La segunda mayor entrego algunos papeles a cada una y el nuevo tema de conversación fue la obra. Todas se pusieron a practicar hasta que su madre hizo presencia. Cuando Marnee llegó, todas dejaron sus papeles y libretos y se sentaron en la mesa, pero se notaba que su madre no estaba del todo bien. "¿Que ocurre Marnee?" Dijo Meg, claramente preocupada por su madre, igual que las demás. Esta suspiró, sabiendo que lo que les estaba por pedir a sus hijas iba a ser difícil, pero que apelaba a que sus grandes corazones harían lo correcto.

"Cerca de aquí vive una señora con sus cinco hijos. Están todos en una cama para evitar congelarse y no tienen que comer, chicas, ¿Darian su desayuno como regalo navideño?" Toda la mesa automaticamente se quedo en silencio. Sienna fue la primera en hablar "Seguramente papá lo haría sin pensarlo dos veces". Nadie más dijo palabra, pero parecía que entre la familia ya habia habido un acuerdo mutuo de lo que harían. 

Un poco más tarde estaban todas caminando, abrigadas hasta la nariz y con su desayuno empacado, hacia la casa de la pobre señora y su familia. No importaba si ellas no desayunaban, solo esperarían hasta el almuerzo y ya estaba, había gente que necesitaba ese desayuno más que ellas, como esta pobre familia.

Desde su gran mansión, Laurie miraba por la ventana siguiendo a las hermanas March con una media sonrisa. Le costó un poco, pero después de un rato de mirarlas el pudo distinguir a Sienna entre las demás. Estaba tan ensimismado tratando de seguirla y de adivinar a dónde iban las hermanas March que el no se percataba de que estaba en la mesa con su tío y su tutor desayunando por Navidad, y que ellos habían notado la ausencia de su atención. "Gracias por incluirme señor Laurence" dijo el tutor de Laurie tratando de cortar el silencio incómodo que había en la mesa. "No hay de que, tal vez podría enseñarle modales a mi nieto así como matemáticas, los necesita" dijo el señor Laurence haciendo referencia a como Laurie ni se dignaba a mirarlos, pero el muchacho seguía sin escucharlos, por lo que no respondió o captó la indirecta. El era realmente ya una causa perdida.

Desde ya a lo lejos se escuchaban los llantos de uno de los niños de la señora, esto hizo que el humor alegre y la conversación que estaban teniendo por el camino se callara. Cuando llegaron su madre tocó la puerta y la misma señora de la que ella les habia hablado abrió con uno de sus bebés en brazos. "Hola, trajimos comida, mantas para calentarse y medicamentos, ellas son mis hijas" la señora las invitó a pasar a todas. "El es el que está enfermo" Sienna tomo en brazos al bebé y sintió como su corazón se estrujaba, si había algo que le partía el corazón más que nada en el mundo era ver a un niño sufrir. Rápidamente se puso manos a la obra para lograr mejorar su estado.

Estuvieron ahí toda la mañana. Cuando se fueron dejaron mucha comida y a toda la familia feliz, satisfecha, sana y contenta. Les agradecieron millones de veces la sorpresa de Navidad. Nadie se esperaba que al llegar a su casa también a ellas les esperaría una sorpresa de Navidad. Cuando llegaron al comedor vieron como la mesa estaba repleta de comida de todo tipo, desde un extremo hacia el otro. Amy inhaló aire en modo de sorpresa. Beth dijo que habían sido las hadas, Amy que había sido Santa Claus, pero si había algo en lo que todas estaban de acuerdo era en que no había sida la tía March.

Fue Hannah la que les dio la respuesta a sus preguntas "El señor Laurence la envió, el joven Laurence". Al Sienna escuchar el nombre de Teddy, no pudo evitar girar la cabeza "¿Porque?". Ella lo dijo sin entender nada, y Hannah le respondió "El las vio regalar su desayuno navideño y queria que disfrutaran del día también". Sienna no pudo hacer más que sonreír, sabia que Teddy era bueno, nadie que no lo fuera hubiera donado su carruaje para llevar a una señorita en apuros a su casa, y sin duda era guapo, pero ahora ella sabia que el también tenía un gran corazón, más grande del que ella había imaginado. Solo había visto a Teddy una vez, pero sabia que se llevaría muy bien con el.

"No soy responsable por este banquete, pero si les tengo una sorpesa" dijo su madre sacando una carta de su vestido. Todas las hermanas se emocionaron y diciendo "¡Una carta de papi!" Se sentaron al rededor de su madre para que se las leyera. "Dale mi amor y un beso a todas. Diles que pienso en ellas de día, rezo por ellas de noche y encuentro Consuelo en su afecto todo el tiempo. Un año parece mucho tiempo de espera para verlas, pero recuerdales que estamos trabajando para que estos días duros no sean en vano. Yo sé que serán muy afectuosas contigo y tu cuidarán, que harán sus deberes excelentemente, enfrentarán a sus enemigos con valor y saldrán triunfantes con gracia. Y que cuando vuelva a ellas, tal vez estaré más encariñado y orgulloso de las mismas, de cada una de mis mujercitas" su padre las amaba con todo su gran corazón.

Era hora de la obra anual. Todas las Navidades, las hermanas interpretaban una obra en su casa para todos los niños a la redonda. Esta obra siempre era escrita por Jo y cada una de las que había escrito desde que tenía memoria habían sido un rotundo éxito. No era una navidad ostentosa y llena de regalos, pero era feliz, caliente y sobre todo, suya. Todo el amor que había entre la familia March la hacía especial y super feliz, a pesar de que su familia no estuviera del todo completa.

Sienna March 《Little Women》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora