Poco a poco ella empequeñecía.
Más pequeño. Diminuto. Casi invisible.Esa persona a la que tanto quería y quién estuvo para ella tenía el corazón roto.
¿Cómo cambiar algo así?
Es casi imposible.Los mensajes llegaban, uno a uno. Con mano trémula tomó el teléfono y los fue leyendo, uno a uno. Al conseguir hilar la historia sentía una enorme presión en el pecho; las palabras, una a una, se le clavaron en el alma.
Realmente transmitían su dolor.-No de nuevo- pensó
No sabía qué decir, su cabeza estaba congelada, hundida en el turbio mar de los recuerdos que la invadían.
Una ola. Otra ola.
Agua salada. Sabor a sangre, sabor a dolor.Trató de decir algo coherente, pero no lo logró, solo respondió con condolencias. Mientras que del otro lado de la pantalla la persona herida rompía en un llanto inconsolable. Su corazón estaba hecho pedazos, y aunque su amiga trataba de ayudar no se sentía menos triste.
-¿Por... qué?- decía entre sollozos y lágrimas.
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Relatos de un corazón dolido
RandomDespués de mucho tiempo me he dado cuenta que todos los días es posible aprender algo nuevo de sí mismo, aprender un poco de quién somos, por qué somos así, qué eventos marcan nuestro día a día y a nosotros. He decidido reflexionar sobre alguna emoc...