En el auto

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Animada por la sensación tan deliciosa que me dejo mi recién descubierto "punto feliz" decidí aceptar la invitación de Alexander; calcé mis recién comprados tacones blancos y me puse el vestido más sexy que encontré con el fin de hacer de esta cita algo memorable y así fue:

Siempre me ha llamado la atención la seguridad con la que conduces el auto rojo que tanto presumes, como se tensionan los músculos de tus piernas y la forma disimulada como se "desliza" tu mano de la palanca de cambios para caer delicadamente sobre mi pierna al tiempo que sonríes de forma picara, no quiero saber a qué lugar me llevas, pero cada que tocas mi pierna quiero decirte que la subas más.

-No te distraigas del camino o detente, te digo suavemente al oído y puedo ver como pasas saliva acompañado por un suspiro, mi mente vuela pensando en las reacciones de tu cuerpo, tu mano se mueve rápidamente bajando la velocidad del auto y orillándote a un lado de las bodegas donde sabíamos que nunca había nadie, note la ansiedad en tu mirada, moje mis labios con el fin de tentarte, tu mirada lasciva me recorrió antes que mis propias manos alcanzaran a hacerlo, levante un poco mi vestido solo para que vieras.

Como me rio ahora de lo idiota que fuiste, quedaste contento con solo tocar mis piernas y hablarme de tu vida y tu trabajo, mientras que yo esperaba darte mi virginidad en el auto de tu padre.

¿tu que me lees, que hubieras hecho?

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