P23: Clausulas.

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-¿Estás bien?-cuestionó Erick entrando en el baño donde Danna se encontraba sentada frente al inodoro. Lo miró un momento y él le ofreció una pequeña sonrisa.-Dan.

-Si.-murmuró.-Sólo...se me revolvió el estómago.

-No me refiero a tus síntomas del embarazo.-respondió el ojiverde.

-¿Qué?

-Me di cuenta del rostro que pusiste cuando viste que tu padre estaba detrás del mío.-le expliqué.-Y también me di cuenta de la cara que puso él...

-Er...

-¿Qué es lo que pasa, mi amor?-Danna se puso de pie, apoyó sus manos en el lavamanos y se enjuagó la boca.

-¿Danna?

Danna lo miró a través del espejo un largo momento y negó lentamente.-No es que pase nada, Erick. Es solo que me da un poco de miedo la reacción de mi padre.-le explicó.-Sabes perfectamente bien como es...no es que me interese demasiado lo que él piense y de todas maneras soy lo suficientemente mayor como saber qué es lo que hago con mi vida pero...

-No voy a dejar que haga absolutamente nada.-hizo una pausa.-Y tampoco tiene que importarnos lo que él diga.-Danna negó un poco.-Creo que es hora de que dejemos a nuestros padres de lado, Dan. Y cuando digo dejarlos de lado me refiero a hacer las cosas que realmente nos gustan, las cosas que queremos sin tener que preocuparnos porque será lo que van a pensar cuando se enteren...

-¿Y cómo se supone que haremos eso?-le preguntó.-Tú trabajas para ellos. Yo también.-Erick asintió.

-Somos sus hijos. Pero también somos su empleados y definitivamente no podemos ser las dos cosas...-El pelinegro hizo una pausa pero no apartó la mirada.-El contrato de nuestros padres termina en unos meses...-el corazón de la chica se aceleró.

Si bien estaba consciente de ese pequeño detalle prefería no pensar en ello, no quería hacerlo y no iba a hacerlo mucho menos en ese momento cuando sabía que para cuando esa fecha llegase su hijo estaría con ellos. No dudaba del amor de Erick en absoluto pero era un poco estresante pensar en ello aunque por otro lado comenzaba a entender las palabras de Erick.

-Seremos libres.-adivinó.

-De ellos.-respondió él.-Porque aun cuando termine quiero que sigamos juntos...los tres. Tú, yo y nuestro bebé.-hizo una pausa.-Podemos comprar un departamento o podemos irnos a vivir a otro lugar lejos de ellos, donde no nos alcancen...

El corazón de Danna volvió a acelerarse. Era la segunda vez en la vida que escuchaba una propuesta de ese tipo y era también la segunda vez que sentía una presión en el pecho midiendo el peso de esas palabras. Y por supuesto que no estaba dispuesta a volver a renunciar a ello.

-Suena como un buen plan...

Erick le sonrió.-Exactamente.-murmuró el ojiverde.-Ellos no van a separarnos, Danna...te lo juro por el amor tan grande que siento por ti...te lo juro...

(...)

-¿Sabes lo que un hijo significa?-cuestionó Renato.

Danna lo miró un momento y volvió a llevar su atención al libro que sostenía entre sus manos.-No. Y tú tampoco lo sabes...

-No estoy para jueguitos, Danna.-la chica bajó el libro y se quedó en silencio observándolo un largo momento.

-No son juegos.-hizo una pausa.-¿Cómo demonios tú vas a saber lo que significa tener un hijo? Crecí con una nana, rodeada de niñeras. Con un padre ausente y una madre que se preocupaba más por arreglar su cabello para estar decente en tus reuniones de negocios.-le recordó.-Aunque si me lo preguntas; prefiero a mamá sobre ti. Al menos me prestaba un poco más de atención que tú...

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora