Capítulo 4.0

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Sakura era demasiado astuta, le había curado lo primordial para una recuperación autónoma, y lamentablemente eso le dejaba imposibilitado para usar su sharingan, la mejor opción era esperar el momento preciso y huir.
Estaba pendiente de los pasos de la chica en su habitación, lo habia dejado solo por un par de minutos mientras buscaba algo pero Sasuke sabía de sobra que aquello no le daría la oportunidad de escapar, tendría que armarse de paciencia.
Cerró sus ojos con pesadez y se dejó llevar por la somnolencia que le atacaba, durmiendose al cabo de unos minutos.
Sakura salió de su habitación con una foto en la mano y el corazón latiendole a mil, en ella se veía a un joven de tez pálida y ojos profundamente negros.
Vaya que se parecía aquel hombre con Sasuke-kun.
Verlo dormido le hacía verse mas joven de lo que aparentaba despierto y eso provocaba que su corazón latiera como si dentro de él hubiese un caballo galopando.
Volvió a su habitación como sí le persiguiese la reencarnación de Kaguya, y se dijo a si misma que haría guardia sin descanso por aquella noche y así lo hizo.
Cuando los primeros rayos del sol se filtraron por su ventana, su mente ya estaba llena de arrepentimientos acerca de su invitado.
Luego de comprobar que aún durmiera invocó una babosa para que hiciera guardia mientras ella se daba una rápida ducha.
Se metió de inmediato sabiendo de sobra que cualquier descuido podia ser garrafal, no quería aparecer muerta por su propia ingenuidad.
El agua caliente le relajó el cuerpo y los nervios, se frotó el cuerpo para sacar la suciedad, cuando termino y fue al encuentro del desconocido lo encontró sentado acariciando a la babosa.
-Buenos días...-murmuró sintiendose una maquina programada.
El hombre la miró con serenidad, con un extraño brillo en sus ojos y asintió como si aquello en un lenguaje que ella no desconocía significará "Buenos días para ti también'' se le acercó con duda pero que aquel extraño acariciara a su invocación le daba demasiada tranquilidad, deshizo el sello y con ello desapareció la babosa.
Sakura se acercó a revisar las heridas y cuando rozó con sus manos el costado del peli negro un escalofrío le recorrió el cuerpo y miró asombrada la profundidad de los ojos negros que la miraban con cautela.
Se abofeteo mentalmente así misma.
¿Se había vuelto loca?
Claro, aquellos sentimientos solo los producía una persona, se sintió miserable.
-Aún no sanas completamente, esperaré hasta mañana para llevarte ante el Hokage.
Sasuke la miró con ternura, pero sabía demasiado bien como llevarla por dentro y no demostrarla.
Asintió en modo de respuesta, mientras menos le hablará menos peligro corría su futuro juntos.
Sakura se puso en pie, parandose frente a él.
-No puedo decir que eres un invitado en toda regla pero te trataré como uno hasta que no demuestres hostilidad, asi que no pienso dejar que mueras de hambre.
Sasuke puso su total atención en ella, no iba a mentirse a si mismo tenia días sin comer.
La pelirosada caminó hasta la cocina que se veía perfectamente desde donde se encontraba, tomó unos huevos y puso a hervir agua en una tetera, en un par de minutos le tendió una taza de té y unas tostadas con huevo.
Las tomó con cuidado y sintió la tensión de la chica cuando paso sus dedos para tomar la taza.
¿Estaba asustada?
Antes de pensar demasiado en eso ella habló avergozanda, como si fuese consiente de su actuar.
-Lo siento si parezco tensa.
Sasuke la miró.
-Esta bien, soy un desconocido.
Ella le devolvió la mirada con incomodidad.
-Mas que eso me incomodas por qué te pareces a alguien que conozco.
Se tensó de inmediato, Sakura era demasiado lista y sin decir nada mas se sentó en el sillón mas alejado de aquel hombre.
Sasuke se dio el tiempo de observarla mientras ella evitaba su mirada.
Está era la sakura que habia estado esperando por él.
¿Que pensaría su esposa si supiera que estaba allí con ella en el pasado?
La imaginó con las mejillas sonrojadas y una sonrisa tímida todo lo contrario de aquella muchacha que tenia los sentidos alertas en él. Y a pesar de ello estaba consiente de que producía algo en aquella adolescente,
seguro Naruto estaría feliz de estar en su lugar pegandonse a Hinata pero en su caso la responsabilidad no le dejaba atesorar con plenitud ver aquella faceta de su esposa.
En esta epoca el estaría aun en tiempo de redención y Sakura esperando su regreso.
¿Habría tenido algun pretendiente en ese transcurso?
La curiosidad lo asaltó.
¿Que demonios? pensó para si mismo, era un hombre adulto, dejarse llevar por aquellas cavilaciones no era propio.
-Y... ¿Hoy me dirás tu nombre?
Aquella pregunta lo descolocó pero como siempre paso desapercibido.
-Puedes llamarme como quieras.
Sakura controló la molestia.
-Entonces te llamaré Neko ¿Te parece bien? Tienes toda la pinta de un gato arisco
Eso habia sido una clara intención de molestarlo, pero no funcionó.
Sakura bufo sintiéndose infantil.
Que aquel hombre no se daba cuenta que no estaba en posición de negarse.

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