16.- Wei Wuxian

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Wei Ying se soltó del abrazo de Lan Zhan para mirarlo, le sonrió, coloca sus manos sobre su rostro y pronunció —eres correcto, amable, gentil y hermoso —se acercó a su rostro y susurro —pero yo no soy la persona a la que miran tus ojos, quizá mi r...

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Wei Ying se soltó del abrazo de Lan Zhan para mirarlo, le sonrió, coloca sus manos sobre su rostro y pronunció —eres correcto, amable, gentil y hermoso —se acercó a su rostro y susurro —pero yo no soy la persona a la que miran tus ojos, quizá mi rostro sea parecido al de él, pero este que vez aquí, solo es un chico con problemas, que no tiene el valor de pedirle perdón a su familia, que es cobarde y miedoso, que le tiene miedo al rechazo y que no sabe lidiar con los sentimientos —Lan Zhan se congelo en ese momento, trago saliva y no dijo nada —pero, a pesar de ser un caos, quiero quedarme a tu lado, permite que este desastre de persona se quede a tu lado —le sonríe.

Lan Zhan está aturdido espero tanto tiempo por volverlo a escuchar decir eso, la primera confesión de Wei Ying fue desastrosa, pero está parecía tan sincera y agridulce a la vez.

—Mnh —asintió —quédate a mi lado

Wei Ying beso cálidamente como suavemente los labios de Lan Zhan como si estos fueran un pequeño postre que deseas disfrutar despacio, para que en tu boca se pueda sentir todos aquellos dulces sabores. Activando cada sentido.

Se alejo para sonreír.

—Debería irme a mi departamento, es tarde y mañana tengo trabajar y mi jefe es un gruñón que se despierta a las primeras horas del día —bromeó con aquella cálida sonrisa

—De acuerdo —la voz de Lan Zhan parecía decepcionada

—Si yo te llevo conmigo a ese departamento, mis sentimientos serán interpretados por algo carnal, así no quiero que sean, quiero amarte, como se ama la luz del día, cálida. —le acaricio el rostro —tenemos una vida para conocernos, buenas noches Lan Zhan.

—Descansa —sonrió levemente para marcharse.

El rostro de Wei Ying cambio por uno sombrío y triste, camino hasta los departamentos, golpeo el maldito elevador que apenas funcionaba, abrió la puerta del departamento y no prendió la luz, cada paso era más de enojo, se acero al espejo y miró su reflejo que apenas era visible con los rayos de la luz de la luna.

Lo que Lan Zhan no sabía es que esa noche como un rayo que cae, rompiendo su cabeza en mil pedazos, los recuerdas de una vida pasa fueron recordados, dolosamente en la mente de Wei Ying. Una vida que estaba seguro que no le pertenecía.

—Yo no soy tu, Wei Wuxian, el orgulloso patriarca Yiling, que lucho contra todos los clanes por sus propias convicciones —una fría sonrisa aparece en su rostro —aunque tenga tu alma dentro de mí, yo no soy tú, aunque tengamos el mismo rostro, yo no soy tú, aunque amemos el mismo hombre, yo soy tú, yo ame a Lan Zhan no por tus sentimientos escondidos dentro de mí, lo amo, por la persona que es, aunque él te haya esperado por muchos años... lo siento, pero no te lo daré.

El espejo se rompió en mil pedazos por el puño de Wei Ying, el cual sangro, se dejó caer en la cama, dentro de él un caos se había provocado, de pronto todo era dolorosamente muy claro, entendió por qué siempre sintió que algo faltaba en su alma, le faltaba Lan Zhan para completar su corazón, la soledad que siempre tuvo, era los vestigios del pasado de Wei Wuxian y su inmenso amor por Lan Zhan, ahora no sabía, ¿Quién realmente era?, Pero de lo que si estaba seguro es que lo único por lo cual había nacido era para estar al lado de aquel hombre.

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Lan Zhan subió a su auto, tomo su móvil y marco el número de su hermano mayor.

—Lan Zhan, ¿Qué paso? —pregunto Lan XiChen quien sabía que nunca le marcaba a esa hora al menos que fuera algo grave.

—Hace dos meses encontraron las reliquias de los clanes —un silencio se produjo del otro lado y Lan Zhan siguió —pero fueron robadas, los investigadores dijeron que fue como si un fantasma las hubiera robado, en un abrir y cerrar de ojos, ya no estaban, ¿Sabes que significa esto?

—Alguien tiene un núcleo dorado, además de nosotros ─respondió

El núcleo dorado que aparecía en los herederos de los clanes que, poco a poco fueron desapareciendo con los años, pues al parecer, la educación sobre estos y las artes, se volvieron un mito, por lo cual el núcleo dorado de repente desapareció del mundo de los humanos, los únicos que tenían aún su núcleo era Lan Zhan y Lan XiChen quienes alcanzaron el cautivo máximo.

—No tengo ninguna idea de quién sea, pero lo que se, es que alguien está planeado algo o está escondiendo el pasado o nos ha descubierto, por lo cual hermano, cuídate, A-Yuan y las personas que amas —lo último se refería a Jiang Cheng, su hermano sabía bien sus sentimientos

—Tú igual. ─finalizó la llamada.

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Un mes paso rápidamente, para la desgracia de Jiang Cheng al día siguiente recordaba todas y cada una de las palabras que le dijo a Xichen, por lo cual aquello era más doloroso que la jaqueca por la resaca.

Durante aquel mes, no se atrevió a mirar a Lan XiChen pero no dejaron de mandarse mensajes.

Sobre el asunto de las reliquias, no había avance, era un misterio, era como aquella calma antes de la tormenta.

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Jiang Cheng salía de aquel edificio donde estaban las oficinas de la empresa familiar, cuando un rostro conocido apareció ante él.

—Hola —pronunció aquel joven con una sonrisa encantadora, con dos hoyuelos que se hundía en sus mejillas

—Hermano Jin GuangYao —pronuncio Jiang Cheng con una sonrisa, aquel chico era familiar del esposo de la hermana de Wei Ying, pero también amigo y socio de su familia, por lo que era considerado el hermano mayor de Jiang Cheng en el asunto laboral.

—¿Cuánto tiempo? —su sonrisa era extrañamente gentil, te hacía sentir de manera incómoda.

—Mucho, ¿Vienes a la empresa?, ¿Necesitas algo? ─preguntó

—No, no, bueno —respondió con voz gentil y educada —si necesito algo, ¿Podrías tomar conmigo el té?

Por una extraña razón Jiang Cheng no se sentía del todo cómodo con él, pero era su hermano mayor, su madre lo golpearía si le hiciera una grosería.

—Por supuesto. —respondió Jiang Cheng educadamente.

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Makishi Konue

Extraño // Mo Dao Zu Shi // AU  ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora