ÉL - Un Verano En California [US #1#]

C A P Í T U L O 13

N/A : Recomiendo leer este capítulo escuchando la misma canción que el anterior capítulo: Sunset. De The Lowe Bros.

📖💕

  —Es el color del cielo. El color donde mi madre está representada. El azul trae la paz cuando solo quiero guerra y trae agua cuando estoy en plena sequía. El azul es pura tranquilidad. —dijo.

  —Vaya, el chico problemático busca el sosiego —me reí. —. Pregúntame tú.

  —Emm... —dudó. —¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

  —Me gusta escuchar música, salir de compras es mi hobie favorito, me gusta escribir, me gusta cocinar, correr... A veces dibujo, ver series y películas y repetirlas una y otra vez, ingerir chocolate en mi goloso estómago, me encanta cocinar e innovar en esta, pasar tiempo con mi familia y amigos y... sobre todo leer. —relaté del tirón. —¿Cuáles son los tuyos?

  —No tengo. Nunca he sido un chico muy ambicioso. Como te he dicho antes me encantaba el fútbol, ahora ya nada me gusta. —yo sabía de algo que sí frecuentaba, pero claro que no se lo iba a mencionar.

  Me quedé callada sin saber qué decir. Él fue el que rompió el hielo, nuevamente.

  —¿Tienes algo con Marc? —vaya por Dios. Sabía que esa pregunta acabaría saliendo, pero no tan repentinamente.

  —No por ahora. —le contesté.

  —Pero tendrías algo con él. —confirmó muy seguro de sus palabras.

  Me separé de su acogedor brazo y le miré.

  —Justin, tú tienes novia y yo no la menciono. —le dije un poco enfadada.

  —No es lo mismo, joder. —puso los ojos en blanco.

  No, claro que no era lo mismo, tener novia era mucho peor. Marc por ahora solo era un amigo, fin de la historia.

  —¡No, claro que no es lo mismo! Tener novia es mucho peor. —bufé.

  —Joder, Eden, venga ya está, dejemos el tema. —quise recordarle que él había sido el que había comenzado, pero decidí no hacerlo.

  Desvié mi mirada hacia la ciudad... Y una vez más, enamorada quedé de esta, no me cansaría de adorar cada uno de lo lugares de Los Ángeles.

  Me dejé caer y mi espalda formó una curva, cerré los ojos e inspiré muy hondo.

  —Vuelve aquí, Eden. —Justin consiguió que, nuevamente, desviase mi mirada. Su brazo volvía a hacer el amago de acurrucarme y yo acepté.

  Me desplacé un pelín para atrás y quedé recostada sobre su hombro.
 
  —¿Cuál es tu mayor miedo? —le pregunté sin dejar de mirar al horizonte.

  —Que el amor imposible se convierta en una droga para mí.

  Justin tensó la mandíbula, sin embargo, no apartó la vista de un punto cualquiera, le miré y habría dado lo que fuera por saber lo que sus ojos escondían en ese dolor tan profundo que proyectaba su mirada al mirar, sus brazos al abrazar, sus comentarios... Todo, todo guardaba algo.

  —Cuéntame lo que te pasó en Nueva York. —me pidió súbitamente.

  —No. —ahora que había dejado de pensar en ello, Justin volvía a sacar el tema y sabía que no iba a darse por vencido.

  —Solo espero que algún día lo hagas.

  Mis pensamientos se volvieron a suceder y una sensación de lo más abrumadora inundó mis sentidos. Mi angustia se abrió paso en mi estómago y mis lágrimas amenazaban por volver a salir de su cueva.