39: Epílogo

2.5K 180 22
                                    

« niall »



Despierto bajo la abrumadora luz de la mañana, siento que mis miembros pesan más que otros días y un intenso dolor de cabeza me abruma. Cierro los ojos y me contengo de cubrir mi cabeza con la almohada y dormir un poco más. En vez de eso, me siento en la orilla de la cama y tallo mi rostro con fuerza. Tengo que estar despierto, no puedo perderme otro día más metido en la cama.

¿Qué diría mi madre si se enterara de la manera en la que estoy desperdiciando mi vida?

¿Qué diría inclusive Diane sobre esto?

Me matarían ambas, seguramente. Mi madre al igual que Diane se moriría de preocupación al instante, aunque sé que Diane ha tratado de disimularlo, es algo inevitable de reconocer. Esa mirada que me analiza de pies a cabeza solo para asegurarse de que me encuentro bien aunque no esté a su lado, sus prolongadas respiraciones al acercarse a mí o cuando me alejo, y los ojos brillosos. No sé si sean lágrimas, desconozco la causa, pero me mataría aún más el saber que he logrado mi cometido.

Eso es lo que quiero hacerme pensar, no pienso dar vuelta atrás.

A duras penas llego hasta el baño y por más que evito mirarme en el espejo, no puedo hacerlo. Al final me encuentro de pie en el baño continuo a mi habitación en simples calzoncillos mirándome al espejo.

En otra situación, pudo haberme resultado bastante gracioso. Ahora me asusta. Mirar al hombre que está frente a mí, delgado –más allá de lo que es saludable y aceptable– y demacrado, círculos oscuros debajo de los ojos, el cabello revuelto y recobrando casi por completo su tono natural tan largo que tengo que moverlo lejos de mi frente para que no moleste. Suspiro y cierro los ojos para evitar el contacto con los ojos rojos aterradores que me miran con reprobación.

Esto es en lo que me he convertido.

Me baño y me visto con lentitud pero tomando en cuenta que no cuento con todo el tiempo del mundo, paso el desayuno para no retrasarme más aunque sé que no debería hacerlo. Mi salud no me permite darme ese lujo pero aun así lo dejo pasar.

Estoy saliendo de casa a las doce del mediodía y Harry va a asesinarme por ello.

Mi pronóstico es bastante acertado, pero reconozco que mi amigo se guarda todo eso al instante en que abre la puerta de su departamento. Inhalo profundamente, si eres bastante cuidadoso al hacerlo, aún puedes percibir el perfume de ella. Diane estuvo por aquí hace un par de horas o el día anterior. La cara de Harry es ilegible, no puedo saber qué es lo que está pensando al verme. Hace un saludo en silencio, se hace a un lado para permitirme entrar y palmea mi espada con amabilidad cuando paso por su lado.

—Buenos días a ti. —digo, tratando de traer a Harry a la realidad, de distraerlo de sus pensamientos por lo menos unos segundos. Él ríe burlonamente.

— ¿Días?, casi es noche, Niall. ¿Otra noche en vela? —intenta averiguar pero sabe que no voy a darle una respuesta, pues es más que obvio. Tomo asiento y miro alrededor, sobre la barra de la cocina percibo el pastel y algunas otras cosas para fiesta. No respondo y mejor decido mirar mis zapatos, como si fueran interesantes o nuevos. Harry respira sonoramente y siento su presencia, se sienta en el sofá a mi derecha. — ¿Todo bien amigo? —niego.

—No. Joder, me estoy muriendo Harry. Los dolores de cabeza son cada vez más intensos, mis extremidades pesan como no tienes una idea. Me siento peor cada día que pasa. —respondo sincero y mi voz se rompe al final. —No puedo seguir con esto. He desistido de ver a mamá porque le romperé el corazón. Siento que no debo acercarme a nadie, no quiero causarles daño.

Always for you || niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora