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Yoongi lo había guiado hasta su salón de clases, la campana había sonado sólo minutos antes por lo que todos sus compañeros se encontraban en sus respectivos asientos. 

Se tensó cuando dedujo la intención del más bajo, lo iba a presentar frente a sus compañeros. Taehyung realmente pensó que se podría librar de esa incomodidad, al fin y al cabo era el inicio de un nuevo año escolar, en un colegio normal entran nuevos alumnos. Pero ese no era un colegio cualquiera. Suspiró. 

Aquí vamos. 

Cruzó la puerta detrás de Yoongi, cabizbajo, si cualquiera de los marginados de Daegu lo hubiesen visto en ese momento seguramente se burlarían de él, ya que a pesar de lo negra que era su vida nunca dejó que nadie notase su complejo de inferioridad o baja autoestima. Pero no pudo evitar sentirse intimidado por los casi treinta pares de ojos que lo miraban expectantes. 

No es como si nunca hubiese estado frente a una gran multitud de personas, de hecho solía frecuentar algunas fiestas en Daegu , principalmente para vender algún estupefaciente junto a los marginados — cosa de la que no se enorgullecía para nada, pero era necesario para pagar un par de zapatos nuevos o la cuenta de su teléfono móvil—, pero el tener a treinta niños ricos expecionándolo de pies a cabeza lo hacía sentir un niño pequeño de nuevo, tenía ganas de salir corriendo y abrazar a la primera persona que se cruzara. Dios, soy patético. 

Tomó coraje y alzó la cabeza, haciendo contacto visual con todos y ninguno al mismo tiempo. 

Se pudieron oir algunos suspiros de las chicas, pues Taehyung no era totalmente consciente de que muchas de esas miradas no lo estaban expecionando de mala forma, más bien lo estaban desnudando.

 —Este es Kim Taehyung, tiene diecinueve años y es de Daegu— lo presentó Yoongi—. Será su compañero de ahora en adelante, espero que todos lo integren rápidamente. 

Dicho eso, Yoongi le dio una palmadita de despedida en el hombro y lo abandonó en esa jautía de perros.

— Bienvenido, Kim. Puede sentarse en aquel lugar— el profesor señaló un asiento al fondo y se dirigió hacia allí con más de una mirada siguiéndolo. 

No le gustaba mucho la idea de sentarse en el fondo, siempre fue de los que gustaban de estar cara a cara con el profesor, pero tendría que acostumbrarse. 

—Pss— sintió que alguien lo llamaba.

Giró su cabeza hacia la derecha encontrándose con un chico que le sonreía. 

—Hey, soy Park Jimin— dijo el chico amablemente. 

—Hola, soy Taehyung— contestó más por formalidad que por necesidad, pues, bueno, se acababa de presentar frente a la clase. 

—Todo el mundo sabe quien eres Kim Taehyung. 

Eso lo alarmó, ¿a que se referían? ¿tan rápido se habían enterado de sus vivencias en Daegu?

—¿A qué te refieres?

— A que eres una leyenda, hombre— exclamó emocionado el rubio.

—¿Eh?— Taehyung estaba perdido, ¿era una leyenda por ser huérfano y vender drogas de vez en cuando? los niños ricos eran raros.

—¡Obtuviste noventa y nueve puntos sobre cien en tu examen de ingreso!— abrió los brazos haciendo enfásis— todos tenemos que hacer esa misma prueba a principio de año, ¡este año fuiste el puntaje más alto! pasaste a Jeon Jungkook ¡eso es enorme, hombre! 

—Supongo que ese es el cerebrito ¿no?

—¡Claro que sí! siempre obtiene el primer puesto desde el prescolar, nadie se le puede comparar, bueno, nadie excepto tú— le dijo haciendo un vaivén con las cejas.

inefable ↬ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora