Capítulo 20

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La noche inundaba las calles, Ligia empujó la puerta del gran salón y, seguida por las princesas entró, no podía ver mucho, pues los guerreros caminaban de un lado a otro, llenando toda la estancia, pero sentía una mirada fija en ella. Unos ojos azules la observaban desde una de las mesas, Ligia le dio una cordial sonrisa a Halfdan a modo de saludo.

-Reina Ligia. – Una esclava hablaba tímidamente frente a ella. – La reina Lagertha desea que les acompañes en la cena... - No le dio tiempo casi a terminar cuando ya había emprendido el camino de vuelta, Ligia siguió sus pasos, con las princesas tras ella.

-Me alegra que nos acompañéis - Lagertha alzó la copa a modo de saludo. – Y vosotras sois... - Hablaba mientras las princesas tomaban asiento. – Dafne y Nereida, las princesas de Gabeiria, mi hijo me ha hablado de vosotras.

-He oído que vuestra prima, la reina Ligia os enseñará a luchar... - Una joven de cabellos rubios trenzados sentada junto a Björn miraba con una sonrisa a las princesas. – Estaréis emocionadas... - Las pequeñas asintieron – Por cierto, soy Torvi.

-Disculpadlas si no hablan mucho, aún no hablan del todo bien el idioma, y es su primera vez aquí.

-Es comprensible, pero ansío conocer sus voces. – Lagertha parecía más amable y cariñosa con las pequeñas. – Me recuerdan a mi hija...

-Gyda... - Ligia susurró ligeramente el nombre. – Björn me habló de ella.

-Sí... Murió con doce años... - Lagertha suavizó el rostro con una pequeña sonrisa. – ¿Qué edad tenéis?

-Nueve... - Nereida movió tímidamente sus labios, como temiendo pronunciar las palabras.

-Nueve años... Yo empecé a enseñar a mi hija a luchar a los nueve... Tenéis el pelo muy largo y hermoso. – Se levantó y lentamente se acercó a las princesas. – ¿Puedo? – Dijo tomando el cabello de Dafne, el cual se encontraba suelto, la pequeña asintió. – Me encantaba peinar a mi pequeña - Una pequeña lágrima amenazaba con salir, pero la detuvo a tiempo. Con agilidad empezó a trenzar los oscuros cabellos de la pequeña. – ¿Vuestra prima os ha contado la noticia? – Ambas negaron suavemente. – En dos días empezarán a construir vuestras nuevas casas, cerca de la playa - Una enorme sonrisa apareció en sus rostros.

-¿Es verdad? – Dafne se giró para mirar a Lagertha.

-Sí...

-Creí que participaría en la venganza...

-Debo quedarme, para proteger a mi pueblo y cumplir con mi palabra.

-¿Tú nos acompañarás?

-Primero debo hablar con mis guerreras, pues tienen derecho a decidir sobre su futuro, pero por mi parte, sí, contad conmigo. – Björn sonrió ampliamente.

La cena continuó tranquila, entre voces y gritos de alegría, al igual que gritos de venganza por la muerte de Ragnar. Tras mandar a la cama a las princesas junto con Atargatis, Ligia se acercó a los hermanos, pero una mano se lo impidió. Los mismos ojos azules se encontraban frente a ella.

-Reina Ligia, aún no tuvimos oportunidad de agradecerle su ayuda con Rollo - Halfdan hablaba mientras Harald miraba con una sonrisa.

-Sabe, mi hermano y yo nos preguntamos... ¿Cómo pudo ser posible que llegaseis a aquel reino antes que nosotros con nuestros barcos? – Harald miraba fijamente a Ligia. – Más aún tras saber que en el viaje de ida tardasteis todo un día... O eso oímos...- Ligia no sabía que responder, su mente estaba bloqueada, pero unas manos en su cintura le hicieron reaccionar girando su cabeza, encontrándose con el rostro de Ubbe.

-Si me lo permiten... Necesito hablar con la reina un momento... - Ubbe la tomó de la mano, llevándola al exterior, nada más salir y tras ver que no había nadie la empujó suavemente contra una pared, juntando sus labios con pasión. Ligia quería corresponderle, pero su cabeza no paraba de pensar en las palabras de Harald y su hermano.

-No... - Empujó suavemente a Ubbe alejándolo de ella.

-Pensaba que...

-No es eso, es que Harald y Halfdan... Creo que... Creo que lo saben, o al menos sospechan algo.

-¿Pero te han visto?

-No... Creo... - El rostro de Ligia palideció. – El acantilado...

-¿Qué acantilado?

-Cuando tus hermanos fueron a ver a tu tío... Tuve que ir a ayudarles... Pero no me daba tiempo a regresar antes que sus barcos, al menos no a caballo...

-No seríais tan estúpidas de...

-Estaban vengándose de su tío, todo el mundo miraba como casi ahogan a Rollo... Creímos que era seguro... Era nuestra única opción...

-¿Pero qué vieron?

-A nosotras cuatro, saltando de un acantilado al mar... Y no volver a salir a la superficie...

-Ningún humano podría sobrevivir a esa caída - Ubbe intentaba controlarse, no quería gritar, pues ella tenía suficiente. – Debes contárselo a mis hermanos, al menos a Björn, si él lo sabe podrá protegeros... No me fío de esos dos...

-¿Y te fías de tus hermanos?

-De Björn sí, él te quiere y te protege, como un hermano, de Ivar y Sigurd... Me duele decirlo, pero no, los conozco demasiado...

-Muy bien... Mañana lleva a Björn a la cabaña de Floki, cuanto antes mejor. – Ubbe asintió. – Iré con las princesas, no me fío de dejarlas solas ¿Puedes informar a Lorelei y Ondina por mí?

-Claro... - Ubbe le dio un corto beso antes marcharse cada uno por su lado.

La luz de la mañana iluminaba la pequeña casa donde dormían las princesas, Ligia se levantó despacio y comenzó a preparar la ropa de las pequeñas antes de despertarlas. Fue a llamar a una de sus sirvientas para que preparara el desayuno a las pequeñas. Atargatis ya se encontraba despierta y lista.

-Mi reina. – Hizo una pequeña reverencia.

-Cuando las princesas estén listas partiremos a casa de Floki. – Atargatis asintió.

Dafne y Nereida caminaban tomadas de la mano de Ligia y Atargatis, mientras Lorelei y Ondina las escoltaban. Ya veían a lo lejos la cabaña. No tardaron en llegar, Helga estaba sentada fuera con la pequeña Dahud en sus brazos, mientras le cantaba una suave melodía y Floki observaba apoyado en un árbol.

-¡Dahud! – Las hermanas gritaron a la vez, haciendo reír a la pequeña. Atargatis caminó tras ellas para empezar a dar la clase del día.Ligia se apoyó en un árbol cercano, dejando caer su cuerpo lentamente hasta sentarse en el frío suelo. Ahora solo podía esperar a Björn, solo esperar.

The soul of the seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora