[S I R I U S]

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Remus tiene manos frías que guarda en los bolsillos de su chaqueta. Huele a chocolate, humo y poción matalobos cuando lo atrapa, no hay otra manera de describirlo, sencillamente lo atrapa por la espalda apoyando su barbilla en el hombro de Sirius mientras sus brazos lo capturan en un abrazo. Black siente la respiración cálida chocando su mejilla justo donde Lupin acaba de dejar un beso, la chica con la que ha estado hablando chasquea la lengua aburrida antes de irse, Sirius no lo nota de cualquier manera, está demasiado ocupado sosteniendo un poco a Remus para que no los haga caer a ninguno de los dos; el licántropo es liviano, por suerte. Sirius puede sentir las manos frías de Remus allí donde el pulgar del chico toca sus clavícula por accidente, sonríe tomando casi todo el peso de Remus consigo. Hay otro beso en su mejilla, la risa de Lupin vibrando contra su piel logra sacarle un pequeño sonrojo y piensa que realmente está muy enamorado de su amigo, realmente muy enamorado. Y eso le jode un poco el corazón, se lo estruja y arruga como una bola de papel que irá a la basura.

Quiere saber qué sabor tienen los labios de Remus, quiere saber que se sentiría caminar tomados de la mano, quiere saber qué se siente que Remus lo ame de vuelta. Quiere girarse y besarlo, eso es lo que quiere hacer, pero, no lo hace, es demasiado cobarde para ello, lo mantiene cerca, en la cercanía suficiente como para poder abrazarlo y que le dé besos en la mejilla sin que sea raro. Lo suficiente cerca para que Remus se tome la libertad de usar su chaqueta como segundo abrigo cuando hace demasiado frío afuera. Mantenerlo como amigo es mejor que no mantenerlo en lo absoluto. Duele mucho, pero, duele menos que perderlo. Lleva a Remus a la habitación cuidando que no se golpee con nada, tropiezan un poco en el último escalón y Sirius tiene que cargar ahora sí con todo su peso, deja a Remus en la cama arropado bajo las cobijas granate de la torre de Gryffindor, da una mirada al cuadro que se forma frente a él; ve a Remus con las mejillas sonrojadas y casi dormido enredado en las cobijas, podría quedarse allí mirándolo como un total Freak durante toda la noche, prefiere volver a la sala común a emborracharse.

Lo recibe James con dos cervezas en la mano y Lily sentada junto a él, mirándolo con esos ojos verdes que le traspasan el alma y lo leen como si fuera un libro abierto, Sirius quiere echarse a llorar en brazos de Lily y contarle todo lo que siente, ella no va a decirle nada a nadie, ella no va juzgarlo, Lily no es tan idiota como James, pero igual de franca y eso es lo que hace que Sirius la sienta como una merodeadora más, incluso más que Peter a veces. Se sienta con la pareja justo en medio apoyando su cabeza en el hombro de Lily mientras James va por otra cerveza, Sirius se bebe la cerveza que Lily tenía y se bebe la de James y las cinco siguientes a esas, bebe todos los vasos de Whiskey de fuego que terminan en su mano. Realmente quiere ponerse ebrio, tan ebrio que James y Peter tengan que llevarlo a la habitación, tan ebrio que cuando esté en la habitación pueda acercarse a Remus y besarlo sin pensarlo dos veces. Quiere estar tan ebrio como para estar todavía ebrio al despertar.

-Sirius... -Lily lo obliga a sentarse en el suelo de un rincón de la sala común casi con amor maternal, se arrodilla frente suyo y le peina los mechones más rebeldes, Sirius casi quiere llorar por ese simple gesto, quizás ya está ebrio porque se inclina hacia ella y le besa la mejilla-. Tengo novio, Sirius

-Lo sé y él te ama, tú lo amas también y yo amo que lo ames porque eso lo hace un poco menos miserable... Estoy ebrio ¿Verdad? -No puede negarlo, no le molesta, no se siente culpable, es lo que quería, lo que lleva buscando desde que acostó a Remus en la habitación; James está ocupado en la otra punta de la sala común separando a dos ebrios que discuten con Frank Longbottom acerca de quién es el mejor jugador de Quiddicht de la historia así que Lily y Marlenee son las que lo llevan a la habitación, McKinnon lo sostiene cuando Evans le prepara la cama, Sirius ve borroso cuando su exnovia y su mejor amiga salen de la habitación con un suspiro. Ver a Remus le despeja la mente, el licántropo está agotado en su propio lecho, Sirius está demasiado ebrio como para pensar lo que va a hacer a continuación, se sale de la cama y casi en zigzag camina hasta que puede sentarse junto a Lupin en la cama, es capaz de detallar las cicatrices en su rostro que no son tan marcadas como las que tiene en el torso y las piernas. Sirius está encantado con la imagen que tiene ante sus ojos, no sabe en qué momento termina tumbandose junto a Remus en la cama. Es remotamente consciente de la voz de Frank, James y Peter volviendo a la habitación, de qué James les tira una cobija encima y cierra las cortinas de la cama para no molestarlos con la pequeña continuación de fiesta que han montado en la habitación mientras comen dulces y beben cerveza de mantequilla.

Sirius tiene razón. Despierta ebrio a pesar de haber dormido por lo menos hasta medio día, según calcula por la posición del sol. No está totalmente ebrio, pero aún se siente alegre casi consciente del alcohol que todavía recorre sus venas. Remus aún duerme a pierna suelta a su lado, enrollado entre las sábanas granate, boca abajo y con la mano derecha oculta tras la almohada, durante la noche se deshizo de una de sus medias porque Sirius aún sin despertar del todo puede reconocer la figura del pie desnudo asomándose entre las cobijas. Se recuesta de nuevo, dándose cuenta que ha estado compartiendo almohada con Lupin, si mueve demasiado la cabeza puede sentir los largos dedos de Remus debajo suyo; incluso podría besarlo si se inclina un poco más en su dirección.

No lo hace, se queda un par de minutos mirando el rostro del licántropo, detallando las cicatrices más pequeñas, las menos notorias, el resto de Remus son gruesas cicatrices de años atrás y piel rosácea que apenas está cicatrizando. Sirius se pregunta qué se sentirá tocarlas, trazar un mapa de la piel de su mejor amigo con las manos desnudas, apenas puede resistir la tentación de tocar esa que cruza la mejilla izquierda de Lupin y se curva con suavidad hacia la barbilla perdiéndose en el cuello.

Se aleja porque Remus murmura algo entre sueños, no entiende lo que dice pero le recuerda en la posición que está, se metió sin permiso en la cama de Lupin. La idea de su mejor amigo despertando para verlo así lo obliga a levantarse de la cama, el mundo gira un segundo y luego Sirius se encamina a la salida de la habitación ajustándose un poco el cabello, sin mirar atrás porque sabe que si lo hace no podrá irse, se quedaría mirando a Remus dormir; no puede arriesgarse a que Lupin lo descubra así que se va.

Aún está ebrio al llegar junto a Lily al Gran Comedor. Y lo está mientras un somnoliento Remus se les une unos veinte minutos después, sin embargo las primeras olas de sobriedad comienzan a golpearlo cuando Remus lo mira directamente a los ojos y le da los bueno días.

Sirius sonríe y le devuelve el saludo.

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