Capítulo 23| Atrapados

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Jadeé enderezandome en la cama y moví la cabeza a un lado, viendo el cuerpo semidesnudo de Daven descansando a mi lado

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Jadeé enderezandome en la cama y moví la cabeza a un lado, viendo el cuerpo semidesnudo de Daven descansando a mi lado. Se encontraba boca abajo, dejando al descubierto su ancha espalda y revelando todos los lunares que ahí se escondían.

Sacudí la cabeza y me giré hacia mi mesita de noche, saqué el frasquito de pastillas y metí dos en mi boca, tomé la botella con agua que se encontraba a un costado y me las bebí con urgencia, temiendo ser atrapada en... Esto.

Nunca me había inclinado hacia las pastillas para poder dormir, y aunque las pastillas de Dante no eran eso, suponía que debía ser algo parecido por el extraño efecto relajante en mi sistema. Como una silenciosa anestesia que me iba adormeciendo extremidad a extremidad.

Me dejé caer con la cabeza en la almohada, boca arriba y descansé las manos sobre mi estómago viendo fijamente el techo por unos cuantos segundos, hasta que alguien había decidido acercarme a su cálido cuerpo.

-Eris -murmuró envolviendo el brazo en mi vientre, pegando su torso desnudo a mi espalda, deslizó la pierna entre las mías y hundió la cabeza en el hueco de mi cuello, aspirando con fuerza -¿Estás despierta? -susurró en mi oído.

-Mmmhh... Quizás -dije en un murmullo y me giré, quedando frente a frente.

La luz de la Luna iluminaba tenuemente nuestros rostros, pero aún así podía ver el rostro somnoliento de Daven.

-¿Qué haces despierta? -soltó y me encogí de hombros.

-Nada ¿Seguimos durmiendo? -musité y asintió, conforme.

Decidí darle la espalda otra vez y cerré los ojos, sintiendo los párpados pesados. Pero justo antes de dormirme oí su voz en algún hueco de consciencia:

-Sigue así, Eris... Sigue así.

《...》

Frente a mi fue depositado un té junto a unas tostadas, alcé la cabeza y observé al causante de dicho acto.

-¿Y esto? -mascullé señalando el desayuno.

-Para que te mejores más rapido -dijo con una pequeña sonrisa para luego depositar un pequeño beso en mi frente.

No discutí y me dispuse a comer el desayuno junto a los demás, lancé varias miradas alrededor para ver a mis amigos, los cuales se encontraban cada uno hundido en su silla.

De alguna forma me recordaba a un funeral tanto silencio.

-¿Qué me pasó anoche? -solté derrepente dejando mi taza de té en la mesada.

Automáticamente todos levantaron la vista, se vieron entre ellos y cuando Ted abría la boca, otra figura aparecía por el umbral de la puerta.

¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora