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El cuerpo de Zoé temblaba, la imagen frente a sus ojos era increíblemente dolorosa y difícil de creer, incluso de ver. En ese momento no pudo pensar en nada más que en lo increíblemente rápido que cambian las cosas. Un día era feliz con su vida y las personas que la rodeaban, y al otro, su prometido, el amor de su vida, estaba en la cama, su cama, con otra. 

Con el corazón roto el mil pedazos, no hizo otra cosa mas que esperar a que aquella chica tomara su ropa y saliera de su casa, las lágrimas brotaban dramáticamente de sus ojos, y no era para menos, la imagen mental de Marco teniendo sexo con otra era lo único que pasaba por su cabeza.

Podía perdonar muchas cosas, pero una infidelidad no.

De un momento a otro, todo el dolor que sentía se convirtió en odio. Odiaba a Marco por lo que le había hecho, lo odiaba por tirar cinco años de relación a la basura.

— ¿Podemos hablar?— le preguntó cínicamente mientras se amarraba una toalla en la cintura.— No es lo que parece.— insistió.

Zoé no respondió.

Camino hasta su cuarto, donde anteriormente había visto aquella asquerosa escena, se metió a su armario y de este tomó su maleta Louis Vuitton y comenzó a empacar toda su ropa. Trato de hacerlo lo más rápido posible, antes de arrepentirse, cambiar de opinión y terminar optando por perdonar a Marco.

— Zoé, para, por favor.— suplicó Marco.— Deja eso.— con su mano intento tapar la maleta para que la chica dejara de meter prendas. Por impulso, y con un poco de coraje, está le pego un manotazo.

— ¡Déjame en paz!— exclamó harta.— ¡Cállate! ¡Deja de hablar!— su voz y su cuerpo temblaban. No estaba bien, no se sentía bien.

— Solo déjame explicarte lo que sucedió.— insistió el castaño.

— ¿Qué me vas a explicar? ¿Como follabas con ella en la misma cama donde dormimos? ¿Como fuiste capaz de tirar cinco años a la basura? Marco, nos íbamos a casar.

— ¿"Ibamos"?— preguntó.— No, Zoé, por favor no me hagas esto.— suplicó.

— ¿Hacerte que? Tú ya te encargaste de todo. Ya esta, lo jodiste, jodiste lo nuestro.— cerró su maleta de golpe colocándola de manera en que las ruedas tocaran el piso de madera y comenzó a caminar hasta la puerta pero detuvo su paso.

Se quedó ahí unos minutos, pensando en si realmente lo haría. ¿De verdad sería capaz de dejarlo todo? Si. Jugueteó nerviosamente con el anillo que adornaba su dedo anular y tras pensarlo otro par de segundos, se lo sacó. Dio media vuelta y camino en dirección de Marco, quien la miró con ilusión. Tontamente creía que había cambiado de opinión y que Zoé le daría una segunda oportunidad, pero notó que no era así en cuando la chica colocó el anillo sobre su palma.

— Adiós, Marco.— susurró con tristeza. Se paro de puntillas para depositar un beso en su mejilla y sin más, siguió su camino.

— No me hagas esto... por favor.—suplicó una última vez siendo completamente ignorado por la chica.

Tomo las llaves de su auto y rápidamente se montó en este poniéndolo en marcha, antes de poder a acelerar miró por el retrovisor notando que ahí estaba él, esperando a que ella cambiara de opinión y regresara, pero no pasaría. Zoé avanzó el auto y al estar unos metros alejada, noto como Marco se dejó caer sobre sus rodillas ahogando en llanto.

Dicha escena le llenó de emociones el corazón, una parte de ella se alegraba de verlo sufrir, pero la otra, sufría con él. Nunca estuvo en sus planes separarse y jamás se imaginó que él podría hacerle algo así. Siempre se le vio muy enamorado, muy comprometido, hasta hace unos días podía jurar que eran la pareja perfecta, ambos bastante enamorados el uno del otro, pero una vez más queda claro que las apariencias engañan.

Aparco en la primera gasolinería que encontró. Aprovecho la pausa para pensar mejor lo que haría. No deseaba estar en Madrid, eso lo tenía claro, pero tampoco tenía a donde mas ir.

Su teléfono vibró indicando la llegada de un mensaje nuevo. El mensaje que definió el rumbo de su vida a partir de ahora. Coral Simanovich había aparecido en el momento correcto. Sin pensarlo dos veces, llamó a su amiga, quien al instante respondió.

— ¡Zoé, hola! ¿Qué tal todo?

No pudo más, esa pregunta la hizo romperse por completo.

— ¿Estas bien?— preguntó con preocupación su amiga.

— He encontrado a Marco con otra, me he salido de casa y no se a donde ir.— dijo entre sollozos.

— Puedes venir a Barcelona y quedarte en mi casa.— ofreció de inmediato.— Te mando mi ubicación. Maneja con cuidado. Nos vemos en unas horas.

Y así fue, una vez Zoé recibió el mensaje con la ubicación, comenzó su viaje sin paradas hacia Barcelona, logrando llegar en un tiempo récord de cinco horas, pudieron ser más. Envío un mensaje a Coral anunciándole que ya estaba fuera y esta salió a recibirla junto a Sergi.

— ¡Amiga! Ya te extrañaba.— dijo mientras la abrazaba fuertemente.— Él es mi esposo Sergi.— el hombre extendió su brazo para estrecharlo con el de la chica, quien tímidamente lo hizo.

— Perdónenme que este aquí, molestando, pero de verdad no tengo a donde mas ir. Si me hubiese quedado en Madrid seguramente Marco me hubiese encontrado pronto y ya estaría de nuevo con él y eso es lo que menos deseo ahora.— comenzó a explicar apenada.

— No te preocupes. Lo hemos hablado y ninguno de los dos tenemos problemas en que te quedes aquí. Eres una gran amiga de Coral y eso automáticamente te convierte en mi mejor amiga. Puedes contar con ambos porque no te dejaremos sola.

Zoé no pudo seguir conteniendo el llanto, le agradeció a ambos con un fuerte abrazo a cada uno y se adentraron a su nuevo hogar. Los tres se sentaron sobre el gran comedor dispuestos a almorzar mientras la chica ponía al día a su mejor amiga y a su ahora también amigo.

Sergi se disculpó y se puso de pie tomando su teléfono para atender una llamada.

— ¿Quien era?— preguntó Coral al notar lo rápido que había sido.

— Grizi. Lo invite a cenar.— respondió restándole importancia.

— ¿A cenar o a jugar fifa?— cuestionó Coral alzando una ceja.

— Las dos cosas.— respondió divertido.

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esta historia fue escrita hace dos años,
ahora solo estoy resubiendola,
es por eso que griezmann
está en Barcelona.

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Temporary Fix  [Antoine Griezmann] [Marco Asensio] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora