Las mil y una noche. Peraya🖤

Cap 7

— Abuelo....abuelo..... ¡ABUELO!

— ¿Ah? ¿Que?

— ¿Pasa algo? Te quedaste en silenció.

— Ahh lo siento, solo estaba pensando.

— Pensando ¿en que? Si se pude saber.

— Hay...hay algo triste en esta historia, algo que no incluí en el relato.

— Y eso ¿que es?

— Mm no, nada. Continuemos.

— No. Ahora quiero saber.

—.......

— ¿Abuelo?

— Si, está bien, creo que ya tienes la edad suficiente.... Ahmm cómo te había dicho todo lo que pasaba con el joven kongpob y el príncipe conllevaba a un propósito.

— Si, y ese era que el príncipe se casará.

— Así es. Pero en la historia lo hice ver cómo si kongpob y el príncipe recién se conocieran. Lo cierto es que ellos ya se habían visto con anterioridad, solo que el monarca no lo había notado. Bueno, en realidad si, pero no como normalmente notarias a alguien.

— ¿Como es eso?

— Su encuentro fue diferente y bueno.... aunque el principe tenía un horrendo caracter, nuestro protagonista narrador de historias había caído perdidamente por el joven mocarca. Claro que el monarca no, pero con ayuda de ciertas personas, kongpob tenía la idea de hacerlo cambiar de parecer. El realmente deseaba con una gran intensidad poder tener su amor, aunque claro, sabía que el corazón del príncipe le pertenecía a alguien más.

— ¿A alguien más? ¿Y aún así no se rindió? Que chico persistente.

— aNo te imaginas cuánto.

— De igual manera no lo entiendo abuelo, si el sabía que el príncipe no lo quería ¿por que fue hasta ahí en primer lugar?. Además, ¿por qué creía eso? como cuentas la historia pareciera que el principe, aunque no lo diga, le agrada kongpob. Sé que recién inicia y que no se ha dicho mucho, pero le curo las manos y comió su comida aunque era horrible. No creo que haya historia en el mundo para que alguien coma algo incomible.

— Es verdad, pero algunos actos solo son por cortesía o podría también decir que son por...¿lastima?

— Abuelo ¿por que siento que esto te duele?

— Ya lo sabrás, mejor sigamos con la historia.

— Mmmm.....está bien, pero debes darme una explicación al final.

— Igual debo hacerlo, soy muy malo narrando.

— Es cierto.

— Nunca: No abuelo, tus historias son geniales ¿no?

— Me dijiste que nunca mienta.

— Si, claro, cuando te conviene ¿no?.

— Jaja abuelo, ¿podemos seguir?

— De acuerdo pequeño bribón.

Kongpob se había acomodado frente al príncipe al igual que las dos últimas noches, mientras su mente divagaba buscando una historia perfecta, hasta que la encontró, en si no era difícil, el tema acá es que el no sabía bien como narrar. Pero aún así y sin pensarlo más poso sus ojos sobre el joven príncipe que lo miraba expectante y comenzó a relatar, ignorando la suave y cálida sensación que invadia su pecho.

- Hace mucho tiempo atrás habian dos reinos, en los cuales había justamente dos príncipes. Y si bien, su reinos eran vecinos cercanos, no se podía decir lo mismo de los monarcas que habitaban esas tierras. De un lado estaba el reino del agua en el cual un joven príncipe estaba siendo entrenado para la gran batalla que se avesinaba y del otro lado estaba el reino del fuego dónde ocurría exactamente lo mismo.