Atrapada entre dragones

Capítulo 1: Hay que seguir adelante

La música comenzaba a abrumarla, el alcohol empezaba a hacer efecto en su organismo.

"Hay que seguir adelante se repetía para sí misma", una y otra vez, pero no podía, esta vida de desenfreno le regalaba lo que quería... olvido.

Sintió que alguien la llamaba, pero ya no podía mantenerse en pie, todo daba vueltas y la habitación llena de personas simplemente desapareció.

—Abigail, despierta por favor —Una solloza voz llenaba la habitación.

La chica inconsciente sobre la cama comenzó a abrir los ojos. No entendía que pasaba y no lograba ver bien. Se tomó unos segundos hasta que sintió que podía reincorporarse y fue entonces que lo vio.

—Se puede saber qué haces aquí Maikol —Pronunciaron sus labios mientras que todo su cuerpo se tensaba y el odio que producía la cara de su hermano, cara de decepción y asco al verla provocaban una ira incontrolable dentro de ella haciéndole exclamar —Vienes a burlarte no? Él hijo perfecto el buen muchacho está aquí riéndose de la drogadicta de su hermana.

—!!Como puedes decir eso!! Sabes lo importante que eres para mí, yo he venido a recogerte. Mañana es la selección tienes que ir y lo sabes. Mamá y papá están preocupados, vuelve conmigo por favor —Agregó Maikol mientras su rostro se llenaba de lágrimas.

—No, y será mejor que te vayas o seré yo la que lo haga en este estado. No tengo intención de presentarme a la prueba —Dijo mientras intentaba ponerse de pie por segunda vez y caía otra vez.

—Ok, yo me voy. Pero piensa en mañana. Todos queremos que vuelvas a la casa. No te vayas

Maikol agarró a su hermana por el brazo para evitar que saliera del cuarto y antes de salir con la voz totalmente quebrada por las lágrimas susurro:

—Te quiero hermanita...

Abigail miró a su alrededor y se dio cuenta de que después de meses sin ver a su hermano, se sentía sola, ahora que se había ido. Comenzó a caminar entre la multitud de chicos borrachos y drogados que se movían al ritmo de la música. Buscó al grupo de chicos con los que solía juntarse y pasó la noche junto a ellos volviendo a introducir alcohol en su sistema. El ruido de su alarma la despertó a la mañana siguiente, al despertar se dio cuenta que no tenía idea de donde se encontraba, sus ojos pasearon rápidamente por el lugar. Parecía una jungla, había muchos árboles pequeños y arbustos llenos de flores en macetas por todo el piso, las paredes tenían un color verde, además de flores con colores variados como arcoíris que dan luz a la oscura habitación.

—Hola —Murmuró la persona acostada a su lado-ayer estuvo...

—Olvídalo —Lo interrumpió Abi —No puede ser que me enrollase con un Hada. Me tengo que ir no le digas nada a nadie-decía Abi mientras se vestía-esto es un secreto.

—Pero yo.

Al chico no le dio tiempo terminar porque ya había desaparecido

—Joder!! Juro que no tomo un trago más.

Mientras se dirigía hacia cualquier lugar donde pudiese entrar a dormir un poco su mirada se desvío hacia la calle de los elfos donde los jóvenes comenzaban a salir junto a sus padres para la selección, por un momento se imaginó a sí misma en esa situación y su mente aprovechó el momento de debilidad y sin pensarlo dijo:

—"Disappears"—Y sus tatuajes desaparecieron. Con un movimiento de su mano desapareció y al abrir los ojos se encontraba frente al gran árbol.

Los pasillos del árbol de los guardianes estaban cada vez más llenos de jóvenes soñadores con sus padres. Todos se preparaban para un momento muy especial y único en sus vidas. El lugar estaba decorado con magníficas flores y algunas hadas que continuaban esparciendo polvos sanadores para calmar a los jóvenes.

—No puedo creer que ella esté así, yo sé que... es mi culpa -dijo mientras secaba las lágrimas que caían por sus mejillas.

Cuando aquel chico miró a su madre, sus ojos encontraron a aquella mujer bajita, con cabello de color negro con una piel blanca, arrugada por el tiempo y un rostro lleno de lágrimas.

—Mamá tú no tienes la culpa, tú estabas trabajando y yo... Yo solo perdía mi tiempo con cosas que creía que eran importantes

De repente Maikol se detuvo, su vista se quedó fija en la puerta del salón

Una chica de cabello marrón y ojos verdes se dirigía hacia ellos y al darse cuenta de que su hermano la observaba, se detuvo. Los recuerdos de aquella noche volvían a su mente como un tornado implacable y esta ocasión no tenía ninguna bebida para detenerlo.

—¡¡¡Abi!!! —Exclamó su madre antes de correr hacia ella.

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Espero les guste es la primera historia que publico.

Estoy trabajando en el capítulo dos