Se fue.

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Capítulo único.

Steve Grant Rogers, un hombre fornido de hombros ancho y de torso bien marcado, alto de un metro ochenta y cinco todo un modelo de revista y admirado por un gran número de fanaticas locas que atraía con esa sonrisa de perfectos dientes blancos de propaganda colgate. Todo un hombre de ensueño uno pensaría, pero Rogers solo tiene cabeza para una sola cosa y eso es "trabajo y más trabajo".

Él iba caminando como todos los días por las calles de Nueva York, y como siempre tanto como la vía pública como la calle es transitada de un lado a otro por bastante gente que recien empiezan el día.

Pero para Rogers el día habia empezado bastantes horas atras, mejor dicho desde la madrugada, le costaba consiliar el sueño, el motivo pues muy facil, él habia terminado su relación le puso fin.

Cada día que pasa, el rubio queria sacar esa sonrisa que lo recibia cada mañana de unos hermosos ojos soñadores. ¿Cuánto tiempo habia pasado desde su ruptura?, ni él sabe pero se jura a si mismo que por mas que pase el tiempo él no logra quitarlo de su mente, su olor sigue pregnado en sus lechos de sueño.

Él sigue persistiendo en sus sueño y en cada noche a la madrugada se despierta sin en esa persona especial a su lado.

Hoy las calles están más transitada que de lo normal, la gente va y pasa como si nada, y el mundo no se detiene ni un solo segundo sigue avanzado.

Rogers de la esquina de su chaqueta saca una cajetilla de cigarros y por lo visto era el último que le queda así que no le quedo de otra que encenderlo. Lo puso en sus labios luego lo prendio con un fósforo para sentir como sus pulmones se llenaban de nicotina y luego saca el humo por su boca formando una pequeña neblina en el aire.

Y fue en ese breve instante donde lo vio, justo hay parado del otro lado de la calle, después de tanto tiempo sin verse el uno con el otro, y no era un sueño es real, tan real como las personas a su alrededor.

Sus ojos azules analizan cada movimiento de la parsona en frente de él, seguía igual como la última vez que lo vio. Hermoso fue lo primero que le llego a su mente y no lo negaría porque sabe que es cierto sigue siendo de hermoso como aquella vez que lo vio alejarse cuando se despidieron y juraron jamas volverse a ver en la vida, pero hay estaba.

Su cabello corto ondulado castaño bien peinado, su piel morena tan suave como la última vez que lo sostuvo entre su brazos, esos ojos marrones tan profundo como la noche misma que no denotan ni un gramo de de tristeza en su mirar, más bien demuestran una gram felicidad.

Se ven llenos de amor y esperanza al mismo tiempo que brillan con el movimiento de cada palabra que dice.

El castaño se allá al telefono celular hablando de algun asunto de negocio de la empresa, "tan hermoso" piensa el rubio para a sus adentros.

El rubio se le acerca de forma sutil y silenciosa hasta el castaño, no queria que el castaño se asustará, queria tenerlo de nuevo entre sus brazos sentir su piel y jamas volver a soltarlo en la vida, pero descartó esa idea tan rapido como había llegado se acordó que él habia sido el que acordo con romper su compromiso con el de piel morena.

A lo lejos los ojos marrones del castaño se fijan en una mirada azulada que lo miraban atentamente.

Con una sonrisa le hizo saber al rubio que se dio cuenta de su presencia. El más alto sintio como el corazón le latía como si hubiese corrido toda una maratón, y se le iba al mundo a su alrededor y se hacia cada vez más pequeño.

El castaño colgo su celular para acercarse hasta al rubio. Por un momento el rubio creyo que los dos podrían volver a tener una relación.

-Hola.-saludo el de mirada de café, el rubio jamas penso que volvería a escuchar esa palabras, esa voz que le parecían el canto de los ángeles, extendido su mano derecha en forma de saludo.

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