Capítulo 29

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The way I are - Timbaland.

22 de noviembre, mi cumpleaños número veinticuatro y yo que desde los dieciocho ya no quiero crecer más

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22 de noviembre, mi cumpleaños número veinticuatro y yo que desde los dieciocho ya no quiero crecer más. Demasiadas responsabilidades que cumplir, no obstante, ahora puedo decir que sé sobrellevarlas sin entrar en una crisis en el proceso.

También es el día en que se cumplen veintiún días desde la última vez que vi a Maximiliano. Hemos hablado muy poco por llama debido a la diferencia de horario o las ocupaciones de cada uno. Eso sí, los mensajes se han mantenido bastante activos, pese a que no se contestan en el instante por lo regular.

Luego de qué pasó a visitarme un día después de enterarse de mi antiguo trabajo, lo llamé al día siguiente como si las cosas entre nosotros fueran normales. No volvimos a tomar el tema de su abuelo y como es que contrató a un investigador privado, puesto que no había nada más que explicar. Sin embargo, lo único que mencionó Maximiliano es que se haría cargo de que nadie más se enterara.

De alguna manera, le creo.

A pesar de que no le veo la cara, no puedo conseguir que mis emociones dejen de desarrollarse. Me emociono cuando contesta mis mensajes o veo una llamada entrante suya. Mi corazón a este punto no puede abastecerse a lo que quiere. Caí redonda por sus encantos, pocas palabras y gestos rudos, ahora solo falta que confiese mi sentir sin que tenga miedo a ser rechazada.

—¿Estuviste en la portada de Vanity Magazine? —mi hermano Derek estampa la revista contra la mesa, volviendo a traer mi consciencia a la tierra.

En la portada aparece una de las primeras imágenes que nos tomaron. Maximiliano se muestra imponente, sentado en una silla de madera con las manos agarrando su tobillo derecho que tiene encima de su pierna izquierda, mientras que yo estoy parada detrás de él, sosteniendo su hombro con una mano y con otra mano sujetando mi cadera encorvada, dizque formando una media luna como pose.

Puede que no se escuche creíble, pero mi postura demanda poder, elegancia y superioridad, cosa que en ese momento, a todas luces, no estaba experimentando.

—Derek, eso fue hace dos semanas —empujo la revista lejos de mí.

Julieta —la esposa de mi hermano Andrés— y Rebecca no pierden el tiempo y vuelven a darle una pasada a las hojas como si no lo hubieran hecho ya más de cien veces.

Becca silva hasta ir disminuyendo la intensidad.

—Cada vez que veo esta foto me pongo cachonda —voltea la revista para mostrar esa foto en la que la toma es hecha desde carro. La pose transmite tanta sensualidad por la manera en que Maximiliano me agarra del cuello y nuestros rostros están a milímetros lejos uno del otro.

Con tan solo recordar el momento, mi estómago estalla con mini explosiones. Y cada vez que la veo, me pregunto cuál se supone que era la meta final de Maximiliano, ¿besarme? ¿Cucarme hasta volverme loca? ¿Dejarme con ganas de algo que para él sería nada? A la vez lo dudo con eso de que recuerdo más claro que, ni el cielo azul, sus palabras de: "estoy tratando de controlarme".

Mientras Me Busques (1º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora