4 - El viaje de papá

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Llegué a casa. Mamá estaba cocinando. Robín estaba en su cuna y Elizabeth estaba leyendo un libro junto con Paul.

Hola amor - me saludó mamá dándome un beso en la frente.

Hola ma. ¿Donde está papá? - pregunté.

Aun no ha vuelto del trabajo. Debe de estar remplazando una vía muy grande en la estación. - respondió Elizabeth.

Ella era la mas inteligente en casi todo.

Un día, la profesora Sterling nos dio unos ejercicios matemáticos que yo no entendía para nada.

Le pedí ayuda, y en menos de cinco minutos había terminado. No, no me ayudó, ella lo hizo. Ni siquiera Amanda Morrison, la más inteligente de mi grado, se comparaba con ella. Además, Elizabeth estaba en cuarto grado. Estaba muy adelantada.

Era mas baja que yo, con el cabello castaño y ojos azules. Era muy, muy parecida a Melanie.

Subí a mi habitación. Me tiré abruptamente en mi cama.

No la podía olvidar. Quería hablar con ella de nuevo. Como que la extrañaba, pero, ¿por que? ¿que cosa producía esa sensación dentro mio?

¿Que pasó hoy? - pregunté al aire.

Lo mismo me pregunto yo - dijo una voz conocida.

Casi me caí de la cama, por el susto.

¿Por que tienes que asustarme así Elizabeth? - le pregunté al darme cuenta de que era ella.

Solo quiero saber "que pasó hoy" - replicó.

Intenté evadir su pregunta.

¿Por qué no vas a leer algo de Shakespeare con Paul?

Ya terminamos de leer Hamlet - dijo.

Bueno entonces ve ha recitarle el monólogo de Ser o no ser - le sugerí.

Se empezó a reír.

¿A quien conociste hoy? - preguntó.

Me quedé petrificado. ¿Como lo supo?

No se de que hablas. Solo hablé con Roy y Clifford. Geoff no fue hoy.

¿Como se llama ella? - insistió. Era como si tuviera puesta una capa impermeable contra las excusas.

¿Ella? Solo conozco a Amanda, pero no hablo mucho con ella, o mas bien ella no habla con migo. Bueno aveces.

Tu rostro no es el mismo de siempre Matt. Te pasó algo. Conociste a alguien y se que es una chica porque no creo que tengas esa cara al conocer a un chico ¿o no? - dijo levantando una ceja mientras se le dibujaba una sonrisa.

Ja ja muy gracioso - le dije pero ella pareció no captar mi sarcasmo.

No me iré hasta que me lo digas- dijo.

Suspire profundamente.

¿Te iras si te lo digo?- pregunté

Tal vez.

Bien. Se llama Melanie. Es nueva y la conocí hoy.

Te lo dije. Yo lo sabía.

Silencio.

Y... ¿Estas enamorado de ella?

¿Que? ¿Acaso...? Claro que no. Solo es una amiga - me enrredé en mis propias palabras.

Tu cara no dice lo mismo.

Quieres dejar a mi rostro en paz. Bueno ya te lo dije.

Esta bien ya me voy- dijo riéndose.

Mientras bajaba las escaleras, ella decía: mi hermano esta enamorado, mi hermano esta enamorado.

¡Solo es una amiga!

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Era de noche.

Papa llegaba a casa.

Entró.

Hola a todos.

¡Hola! - Respondimos al unísono.

Estaba muy sucio, cubierto de grasa y carbón que utilizaban en las locomotoras.

Me iré a dar un baño - Dijo. Subió las escaleras y fue a hacer lo que dijo.

Estábamos cenando.

Al terminar la cena, papa pidió que le prestemos atención un momento.

Se levantó.

Familia, he estado trabajando en la estación Fitzpatrick desde hace ocho años. Me ha ido muy bien desde entonces. Pero tengo que decirles que...

Papá suspiro, como si no estuviera seguro de lo que iba a decir.

RENUNCIARÉ.

¿Que? ¿Por que harás eso? Nos esta yendo muy bien comparado con lo de antes, cuando vivíamos en la granja. - Dijo mi Madre.

Lo sé -Dijo el- pero es hora de conseguir un trabajo mas digno.

¿Un trabajo mas digno? El único empleo vacante en esta ciudad es el de cartero. ¿Donde conseguirás un "empleo mas digno"? - preguntó mi madre.

Iré a Londres.

¿Y que te hace pensar que lo conseguirás allí?- preguntó mi madre.

No lo sé. Solo es una corazonada. Debe de haber mejores empleos que aquí.

Si no lo consigues, será tu responsabilidad y volverás a tu empleo "indigno". - concluyó mi madre.

Papa se levantó y fue a leer como siempre a la luz de su lámpara noruega.

Al amanecer del día siguiente, baje de mi habitación para ir a desayunar y papa estaba empacando sus cosas para irse.

¿Te iras hoy? - preguntó Paul.

No, esta tarde. Solo quiero empacar ahora para poder estar libre después.

Al regresar de la escuela, fuimos a acompañar a papa en la estación. Estaba bien vestido y con una valija en la mano derecha.

Adiós chicos, compórtence mientras yo no estoy, y obedezcan a su madre.

Si papa - dijimos al unisono.

Dio un beso a mama y subió al vagón número tres del tren rumbo a Londres.

El peregrinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora