*único*

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Karmaland—pensamientos de Auron.
Karmaland—pensamientos de los demás.
"Karmaland"—recuerdo.

Auron estaba caminado por la pradera con la frente en alto viendo el atardecer llegar al mundo de Karmaland, fue un dia pacífico.

Podía sentir la brisa fresca de verano llegar como nueva estación, estaba agradecido por un poco de frío, nunca le gusto mucho el verano, veía las hojas desprenderse de los árboles a medida que seguía caminando, fue un dia de verano tranquilo.

Siguió el recorrido que pasaba por las casas de sus vecinos, que a pesar de todas las bromas o peleas que habían entre ellos, los quería con todo su corazón, eran todo lo que tenía en este mundo.

Sus hijos también eran de gran compañía, Frédérick cada vez que llegaba a casa después de un día duro de trabajo lo acompañaba a dónde sea que vaya, hasta que se iba a dormir, durmiendo al lado suyo, como lo amaba.

Siguio el camino directo a la casa de Rubius, esperaba que haya desactivado las torretas.

Paso por el jardín delantero del pelicastaño,  admirando las flores plantadas, viendo con atención un parche lleno de flores.

Perfecto pensó mientras se acercaba y tomaba una con delicadeza, era de un hermoso color rojo intenso.

La guardo con cuidado en su bolsillo mientras caminaba a la puerta de Rubius.

Golpeo 2 veces y espero.

Hasta que escucha una voz venir del patio trasero.

—Hey tio me alegro que hayas llegado, ya todos están adentro, hubieras entrado sin tocar.

Se da la vuelta viendo llegar a su lado al dueño de la casa, parecia un poco mareado.

Con una sonrisa socarrona se da la vuelta quedando frente al más alto.

—Pero que va calvo toxico, ante todo los modales—Dice mientras le pasa un brazo por los hombros y lo acerca, dándole un abrazo de costado.

Tiene cuidado de no hacer caer su preciada máscara, no notando que el sonrojo se intensifica en las mejillas del de máscara.

Rubius le abre la puerta y deja que el otro entre primero, dando una mirada a la espalda baja del mayor, notando por un momento una flor escondida en su bolsillo .

Que cojones? Era sorprendente como Auron a pesar de ser el vecino mas nuevo en Karmaland, llego a capturar en pocas semanas los corazones de varios héroes.

Lo que no esperaba era que este se enamorara ya de alguien, o que alguien ya intentara un movimiento en el pelinegro, no le dio tiempo a intentar un movimiento.

A intentar tener una oportunidad.

Sacudió la cabeza, que estaba pensando? Quien dice que no gusta de el?. Con energía renovada y la mente un poco mas lúcida camino dentro de su casa, la fiesta comenzó hace un rato pero nadie le dice que no al vinito barato de Luzu.

Y si gusta de alguien que no conocen? Paro en seco, era una posibilidad no?.

Nadie sabe  que hace cada uno cuando están solos, podría haber estado hablando con algún aldeano del pueblo en sus ratos libres.

Ya pensare que hacer si ese es el caso Camino tranquilamente a través de su sala, sentándose en uno de los sillones y echando una mirada a sus amigos, primero tenia que averiguar si de verdad le interesaba alguien.

Auron camino directo a la barra, pasando por un Willy y un Fargan muy borrachos cantando la canción de paradise contra un micrófono, a un Lolito abrazando muy fuerte a un Mangel borracho mientras Alex intentaba llevarlo lejos del psicópata.

Un Día Normal En Karmaland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora