Capítulo 41

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/Narra Valka/
  Luego de contarle la historia a Estoico y cenar todos juntos, nos fuimos a dormir. Dejé a Astrid a cargo de Hipo y le pedía se asegurara de que Heather se asegurara de darle la medicina a mi hijo.

  Estoico y yo nos fuimos a mi nido y allí pasamos la noche. Era demasiado incomodo estar en silencio luego la situación tensa que tuvimos. Estábamos en mi cama y no nos dirigimos la palabra hasta que por fin él decidió decir algo.

Estoico: ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Acaso no soy parte de su familia? Era de esperarse luego de todo lo que les hice a ambos. Si querías darme una lección ya lo hiciste.

Valka: Estoico, sabes que lo que menos me gusta es hacer daño.

Estoico: ¿Entonces por qué no me lo dijeron? Esto era algo que afectaba a NUESTRO hijo.

Valka: Fue algo muy traumático para Hipo. Él no quiere hablar de eso, al igual que yo. Ese día pensé que iba a perder a mi hijo otra vez y me asusté muchísimo. Ambos sufrimos ese día. No queríamos que te preocuparas o que te frustraras o... no sé. Teníamos miedo.

...

...

...

Estoico: Se lo que se siente. Ese día en que Chimuelo secuestró a Hipo, yo sentí mucho miedo. Cuando pensé que lo había perdido, sentía como si lo perdía todo. Lo mismo sentí cuando te fuiste y no volviste. Cuando entendí que era estar realmente solo, me sentí triste y vacío.

  Nunca supe como fue que se debió sentir eso. Él ya me había lo mucho que esos días lo afectaron, nunca lo entendí en realidad. Abrace a mi esposo y me quedé a su lado sin moverme.

Valka: Esta vez me quedaré a tu lado.

Estoico: Gracias, mi vida.

  Al día siguiente, nos levantamos, desayunamos y nos fuimos a la isla de Hipo. Cuando llegamos, decidimos ir a verlo en su cuarto. Él seguía dormido y literalmente actuaba como un bebé. Cuando se levantó, Estoico y yo le dimos la medicina y luego lo ayudamos a levantarse. Luego de un rato, él y sus amigos fueron a desayunar.

Hipo: ¿Sucedió algo extraño? Lo último que me acuerdo fue que conté mi historia y luego me desmayé.

Astrid: *Nerviosa* No pasó nada, te lo aseguro.

   Astrid no quería decirle las cosas que había hecho y estoy segura de que lo hacía para evitar que Hipo se avergonzara.

Valka: ¿Por qué no vas a ver a los Furias Nocturnas. Los más probable es que los huevos ya hayan eclosionado.

Hipo: Tienes razón. Vamos Astrid, vayamos a ver a las crías.

/Narra el autor/

  Hipo subió en Chimuelo y llevó a Astrid al nido de los Furias Nocturnas. Una vez allí vieron a las crías salir de la cueva en la que se ocultaban y estos corrieron para recibir a Hipo.

Hipo: Mira, parece que les agrado.

Astrid: *Nerviosa* Si, le agradas bastante.

Hipo: ¿Qué te pasa Astrid? Te noto muy nerviosa ¿Esta todo bien?

Astrid: Si, es solo... que no sabía lo mucho que sufrías.

Hipo: Bueno, resistí lo mejor que pude. No quería que me vieran como alguien débil. Cambié mucho para evitar que me vieran así.

Astrid: Me molesta que no me hayas dicho lo mucho que sufriste. Ya vimos que eres capaz de mucho y más. Por favor, me gustaría que cuentes conmigo y me dijeras las cosas. No me importa lo de tu locura ni eso. Sé que podremos ayudarte con lo de tu cabeza, pero quiero que cuentes conmigo para eso, quiero estar a tu lado.

  Hipo se quedó viendo a la chica de sus sueños por un rato y tomó coraje para hacerlo.

  El chico se arrodillo ante ella y le hizo una pregunta muy importante.

Hipo: Astrid, hace ya unas semanas que pasó lo de aquello. Espero que esta vez no te desmayes con los ojos abiertos. Astrid Hofferson ¿Te gustaría ser mi novia?

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente) P2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora